Cristianos sirios, las primeras víctimas de la guerra interna de las milicias islamistas anti-Assad
Damasco (AsiaNews/Agencias)- En Siria se agrava el enfrentamiento entre las varias facciones en lucha contra el presidente Bashar al-Assad, una galaxia compuesta por movimientos extremistas rebeldes al interior de los cuales adquiere siempre más espacio la franja terrorista del Estado islámico (Is). En un clima de creciente violencia y terror, quien paga las consecuencias son las minorías en particular los cristianos, cuya presencia- milenaria- está siempre en riesgo en esta tierra .Provoca una profunda preocupación la situación de la comunidad griego-ortodoxa de Mhardeh, uno de los últimos bastiones cristianos, objeto de un asedio por parte de las tropas de Jabhat al-Nusra.
La lucha entre las facciones anti-Assad, en acto de hace tiempo en Siria, registra una nueva ilustre víctima en las últimas horas: en un ataque suicida sucedido ayer en Ram Hamdam, en la región de Idlib, en el nord-oeste del país, murió Hassan Abboud, jefe del movimiento islamista Ahrar al-Sham. Murieron también diversos jefes y altos oficiales del grupo combatiente, mientras el número total de muertos es de unas 40 personas, si bien n o hay confirmaciones oficiales y las fuentes no están de acuerdo.
Ahrar al-Sham era parte de una coalición formada por 7 grupos rebeldes sirios, nombrada Frente islámico. Estaba en abierta oposición con las milicias fanáticas del Estado islámico-que ha conquistado vastas porciones de territorio en Irak y Siria, y tiende a la formación de un Califato que supera los confines nacionales- que el líder Abboud definía "la peor imagen desde siempre del islam".
En los meses pasados los milicianos del Estado islámico han cumplido ataques directos contra los miembros de Ahrar al-Sham. Enyre los tantos, el ataque kamikaze de febrero en Alepo en el cual murió Abu Khaled al-Suri; y también el atentado de ayer, las principales sospechas convergen sobre el Is. A diferencia del Estado islámico, Ahrar al-Sham no entiende jurar fidelidad a organismos o entidades externas a Siria y el único objetivo- al interno de una visión igualmente extrema del islam- es la de derrocar al régimen de Damasco.
Si, por un lado, la creciente oposición al presidente Assad sigue dividida, los
islamistas - sin excepción
- continúan su búsqueda
de las minorías religiosas, especialmente
los cristianos. En este momento está ocurriendo el asedio de la ciudad histórica de Mhardeh, uno de la
últimas fortalezas cristianas en
Siria. Los combatientes de Jabhat al-Nusra,
los miembros de la red terrorista al-Qaeda
y líder inexperto Ayman al-Zawahiri, han
rodeado la zona y han lanzado una
serie de ataques con fuegos de mortero.
Testigos locales hablan de "bombardeo día y noche", la población está "sin
electricidad", hay "un camino"
para salir de la ciudad, pero
es inutilizable porque
es "peligroso".
Durante siglos Mhardeh fue una isla feliz para la comunidad cristiana greco-ortodoxa (en
la foto), con una población de cerca de 23 mil personas. Conocida desde hace tiempo por el apodo de
"Ciudad del Sol", se ha
convertido en uno de los centros de
la guerra civil siria, aunque en los últimos años
ha sido escenario de atentados
suicidas explotados por miembros de al-Nusra. En las últimas semanas, los
militantes se han aprovechado de la
falta de atención por parte de los
medios de comunicación y la comunidad
internacional - con los ojos puestos en la avanzada
del EI en Irak - para impulsar la ofensiva contra el pueblo
cristiano y, más en general, en la región de Hama
.
Sin embargo, según fuentes de la oposición siria el interés
por Mhardeh no es sobre el hecho de que es una fortaleza cristiana, sino más bien debido a que el grupo de al-Nusra quiere apoderarse de un gran complejo militar en Damasco. Por otra parte las milicias Jabhat al-Nusra
siempre han mostrado una cara menos "extrema" que
el Estado islámico, que es culpable de atroces matanzas habituales y e
incluso contra civiles desarmados. Cuando la milicia de
al-Nusra capturo, más tarde, dio a conocer a tres hermanas de la ciudad cristiana
de Maaloula, las religiosas han declarado en repetidas ocasiones que "fueron tratados bien." Pero el hecho es que si la ciudad cristiana cae en manos de la milicia, como Kasab
en el norte, han visto
la profanación sistemática de iglesias y destrucción de monumentos religiosos.