Cardenal Gracias: Madre Teresa esperanza para la paz en Irak, Ucrania y en el mundo
Mumbai (AsiaNews)- Hoy celebramos la memoria litúrgica de la beata Madre Teresa, fundadora de las Misioneras de la Caridad. A AsiaNews el arzobispo de Mumbai, card. Oswald Gracias, hace una reflexión sobre la religiosa de Calcuta- de la cual era un gran amigo y confidente- y sobre su ejemplo para el mundo de hoy.
El ejemplo de Madre Teresa es una esperanza para la paz en nuestro mundo. Madre Teresa decía que "encontró a Cristo en los vestidos dolorosos de los pobres". Es la esperanza para la paz en el mundo delante de las graves penas de los cristianos en Irak, los sufrimientos en Ucrania y en otros lugares del mundo.
El carisma de Madre Teresa es extinguir la sed de las almas por Jesús, sirviendo a los más pobres entre los pobres. El deseo de Madre Teresa era el de pertenecer al corazón de Jesús, De sí, decía: "Soy albanesa de sangre, hindú de ciudadanía. Por lo que se refiere a mi fe, soy una monja católica, Según mi vocación, pertenezco al mundo. Pero en lo que se refiere a mi corazón, pertenezco enteramente al Corazón de Jesús".
El corazón de Jesús anhela por los más pobres entre los pobres, por los más débiles e indefensos, por los que sufren y los indeseables, por aquellos que no cuentan nada o poco. Para Él son "preciosos". Desde Su profundo deseo hacia ellos. Él ha llamado a Madre Teresa "para ellos", para que a través de su humilde figura y obra de amor, ella pudiese aliviar el malestar de ellos y cuidarlos en sus necesidades inmediatas y ser trámite, revelando Su ternura y Su personal amor por ellos.
Las Misioneras de la Caridad aplacan la infinita sed de Dios: esto es una gran alegría para la Iglesia en India. Además, representa la contribución de nuestro País a los esfuerzos internacionales por la paz, gracias a la presencia impactante de las religiosas hindúes en una congregación que cuenta con más de 5.000 misioneras. Ellas sirven en 139 países en todo el mundo en situaciones difíciles, precarias y desafiantes, aliviando en modo desinteresado los sufrimientos físicos de los más pobres entre los pobres, pero también sanando las heridas del abandono, de la miseria y de la desesperación y también los dolores espirituales.
El Papa Francisco tiene el mismo espíritu de Madre Teresa. Desde el inicio de su pontificado él habló de las periferias existenciales. En un encuentro con los periodistas pocos días después de su elección, estableció su agenda en términos lo más claros posibles: "Quisiera una Iglesia pobre para los pobres".
En su homilía en Lampedusa, él lamentó aquella que llama "la anestesia del corazón": somos una sociedad que olvidó cómo llorar, cómo experimentar la compasión del sufrir con "el otro". La globalización de la indiferencia nos ha sacado la capacidad de llorar.
El deseo es el de lograr responder a Jesús, como lo hicieron Madre Teresa y el Papa Francisco.
(Colaboró Nirmala Carvalho)
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