Nuevo presidente de los obispos coreanos: Renovemos la Iglesia con la misión y la alegría
Gwangju (AsiaNews)_ Renovar la Iglesia coreana y relanzar la Nueva evangelización, utilizando "en modo sistemático" la alegría del Evangelio anunciada por al Papa Francisco y usando su reciente visita a Corea del Sur como "brújula" para la vida de la comunidad católica. Son estos los pasos que mons. Kim neo- elegido presidente de la Conferencia episcopal coreana y arzobispo de Gwangju, quiere iniciar en el curso de su mandato. En una entrevista a AsiaNews, el prelado narra las prioridades y los desafíos de esta nueva tarea teniendo siempre en la mente el "anunciar el mensaje de Cristo, prioridad de cada cristiano".
El "nuevo recorrido" de la Conferencia, explica mons. Kim, "inicia de la "Evangelii gaudium". Quisiera organizar de manera sistemática este mensaje, anunciado por el Papa Francisco, y acercarme a los discursos que pronunció aquí en Corea. La cosa más importante, por ahora, es desarrollar las líneas guías para la renovación de la Iglesia coreana y para la Nueva evangelización".
Esta renovación no es una zalamería. "La reforma protestante del S. XVI demostró que el pueblo de Dios pide a su Iglesia cambiar. El Papa Pío V, con su "Reformatio in capitate", mostró con gran actualidad esta urgencia, subrayando que los primeros en cambiar deben ser los prelados. En conformidad con las enseñanzas católicas y con el espíritu evangélico, también nosotros debemos llevar adelante este concepto. Partiendo de los obispos y sacerdotes".
Ahrandando la mirada al continente, mons. Kim considera que otro de los puntos fundamentales para los católicos coreanos sea el de la misión en Asia: "Me gusta pensar en lo que han hecho los Padres de la Iglesia en los primeros tiempos de su fundación. Llenos de pasión y de confianza en Cristo, estuvieron en grado de declinar una religión nacida en el pueblo de Israel hasta hacerla comprender en manera eficaz a griegos y romanos. Para hacerlo, han trabajado sobre los métodos del anuncio y sobre el modo de pensar".
Este, "no es un discurso solamente académico. Para proclamar a Asia en modo eficaz el mensaje salvífico de Cristo, debemos comprender la historia del continente y de sus pueblos. Y también la cultura, el modo de pensar, las costumbres, el lenguaje. Pero, lo más importante de todo, nuestra misión debe apoyar sus fundamentos en el respeto y en el afecto en relación de aquellos que encontramos en nuestro camino. La encarnación de Cristo es el principio que debe guiar a cada misionero".
Solamente de este modo, retoma el arzobispo de Gwangju, Corea podrá responder al pedido del Papa Francisco para una Iglesia en salida: "Si permanecemos cerrados en nuestros mundos, contentos de nuestros sucesos, ¿quién predicará el Evangelio al mundo? Aliento de hace tiempo a los laicos a llevar los valores católicos a la sociedad, pero veo que no basta. Debemos comprometernos más, buscar caminos nuevos para involucrar a los fieles en el anuncio misionero".
En conclusión, mons. Kim invita a sus co-hermanos obispos y sacerdotes coreanos a pensar en una nueva ropa que ponerse: "El clero, sobre todo en Corea, debe hacer algo distinto de los que ha hecho hasta ahora: debe encarnar el rol del profeta para salvaguardar la imagen del hombre, que es imagen de Dios".