'Que el Evangelio se pueda anunciar en plenitud y libertad en China'
Francisco invitó a estar cerca de los cristianos chinos en el día en que la Iglesia celebra la fiesta de María Auxiliadora, venerada en el santuario de Sheshan. Un pensamiento especial "para que los pastores y fieles que sufren" encuentren "consuelo y aliento en la comunión y solidaridad de la Iglesia universal".
Ciudad del Vaticano (Roma) - "Que la buena noticia de Cristo crucificado y resucitado sea proclamada en toda su plenitud, belleza y libertad, dando frutos para el bien de la Iglesia católica y de toda la sociedad china". Con esta invocación al terminar la audiencia general del miércoles en la Plaza de San Pedro el Papa Francisco invitó a todos los fieles rezar en la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia Católica en China que se celebra hoy en la fiesta de María Auxiliadora, venerada en el santuario de Nuestra Señora de Sheshan, en Shanghai.
“En esta oportunidad -dijo el pontífice- quisiera asegurar el recuerdo y expresar cercanía a nuestros hermanos y hermanas de China, compartiendo sus alegrías y esperanzas”. Pero el Papa también mencionó expresamente a aquellos que sufren en China a causa de su fe. “Un pensamiento especial -añadió- se dirige a todos aquellos que sufren, pastores y fieles, para que en la comunión y solidaridad de la Iglesia universal experimenten consolación y aliento”.
La Jornada Mundial de Oración por la Iglesia Católica en China se celebra desde hace quince años por voluntad de Benedicto XVI, quien la instituyó con su Carta a los católicos chinos de 2007. Este año coincide con un momento particularmente delicado en las relaciones entre la Santa Sede y Beijing. Tras la segunda renovación del Acuerdo provisorio sobre el nombramiento de obispos en octubre de 2022, hubo dos imposiciones evidentes por parte de la República Popular China: en noviembre el Vaticano había denunciado la violación del acuerdo por parte de las autoridades chinas con el nombramiento de Mons. John Peng Weizhao como obispo auxiliar de la diócesis de Jiangxi. Posteriormente en abril fue la toma de posesión en Shanghai del obispo Shen Bin, trasladado por decisión unilateral desde la sede de Haimen por el Consejo de obispos chinos (no reconocido por la Santa Sede y controlado por el Partido Comunista Chino). Desde el 8 de septiembre de 2021 -hace ya veinte meses- no ha habido en la Iglesia en China ningún nombramiento episcopal acordado con Roma, a pesar de que en este momento están vacantes un tercio de las diócesis chinas.
En este sentido es significativo que el Papa Francisco, cuando habló del anuncio del Evangelio en China, haya utilizado el término "libertad", y recordado que en la comunidad católica también hay "pastores y fieles que sufren". Uno de ellos -como mencionamos hace pocos días- es el vicario de la diócesis de Xuanhua en Hebei, monseñor Simone Zhang Jianlin, quien se encuentra bajo arresto desde hace dos años, en la misma diócesis donde el obispo clandestino Augustine Cui Tai ha estado sujeto a arrestos periódicos desde hace 16 años.
Después de la pandemia, este año se pudo volver a celebrar en China la fiesta de Nuestra Señora de Sheshan con peregrinaciones en el mes de mayo. El arzobispo Shen Bin presidió la semana pasada la de la archidiócesis de Shanghái, durante la cual recitó la oración compuesta por Benedicto XVI en 2008 con motivo de la primera Jornada Mundial de Oración por la Iglesia Católica en China. El mismo Papa Francisco tiene en su habitación de Casa Santa Marta una imagen de Nuestra Señora de Sheshan, como él mismo mostró al Card. Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, durante la audiencia privada que le concedió en el Vaticano el pasado mes de enero.
08/02/2018 10:46
17/04/2020 15:11