“Una amenaza para la democracia”: 400 personas recuerdan la violencia de Kandahmal

de Nirmala Carvalho

Ayer se celebró el octavo aniversario de las masacres contra los cristianos. Los radicales hindúes “usan la religión para sus finalidades de propaganda nacionalista”. La política de discriminación de casta sigue en vigor. Los radicales se sirven de la sumisión de los más pobres e indefensos para gobernar. Es necesario romper con la política del “divide y reinarás”.

Bhubaneswar (AsiaNews)- Unas 400 personas recordaron ayer a las víctimas cristianas de Khandhamal, en el Estado de Orissa, que en 2008 fueron asesinadas por los radicales hindúes, a causa de su fe. La celebración se desarrolló en el IDCOL Auditorium en Bhubaneswar, capital estatal, con la presencia de estudiantes universitarios, activistas, académicos, políticos de los partidos comunistas y del Congress. Partiendo del recuerdo de aquellos episodios de violencia que perurbaron a la India y al mundo entero, todos han subrayado el alarmante crecimiento de la discriminación de casta, del sectarismo y del fundamentalismo por parte de los radicales hindúes. Todo esto, han afirmado, constituye una “grave amenaza para la democracia en la India”.

El encuentro de ayer fue organizado por el National Solidarity Forum (NSF)-una coalición de artistas, escritores, cineastas, activistas y organizaciones en defensa de los derechos humanos -en colaboración con la Odisha Forum for Social Action (OFSA). Los participantes -de fe cristiana, hindú y musulmana- han renovado su apoyo a los familiares de quienes fueron víctimas de la más feroz persecución contra la minoría cristiana jamás vista en la India, en vista de la celebración de la primera “Jornada de los mártires" prevista para el 30 de agosto.

Durante el encuentro, se subrayó que las personas afectadas por esta tragedia todavía esperan obtener justicia, en tanto los perseguidores jamás comparecieron delante de ningún juez. Dhirendra Panada, coordinados del NSF, afirmó: “La mayor parte de aquellos que fueron acusados de estar involucrados directamente fueron absueltos o están excarcelados bajo fianza, puesto que las investigaciones fueron realizadas de un modo inadecuado. Por otra parte, algunas personas inocentes todavía languidecen en la cárcel.

Los relatores evidencian que la violencia contra las minorías y la discriminación contra las castas aumentaron a partir del año 2008. El motivo de ellos, según afirman, es que “la religión es usada como arma para hacer que el sistema tenga un servicio aún más fuerte… En nombre del nacionalismo, la propaganda patriótica del sectarismo se hace camino en toda India y representa una seria amenaza para la democracia india”. Además, aquellos que “elevan su voz contra la presente política del intercambio de votos de las fuerzas fundamentalistas son condenados por el delito de sedición”.

Según los participantes, la laicidad está en riesgo, porque los valores democráticos están siendo atacados en las universidades, en el poder judicial. Esto es evidente en la discriminación fundada en el sistema de castas, que sigue vigente aún hoy.

Si bien las castas fueron abolidas constitucionalmente, los dalit y los adivasi aún sufren maltratos y son víctimas de la marginación. Los datos presentados demuestran una profunda disparidad social para los miembros de estos dos grupos: al 90% de aquellos que viven en los pueblos se les prohíbe entrar en los templos; el 54% de los niños son separados del resto de los estudiantes en las escuelas; el 80% de las comunidades dalit y adivasi viven por debajo de la línea de pobreza.

Los relatores han declarado que la esclavitud de los indefensos y de aquellos que no tienen manera de poder mejorar su calidad de vida, son los medios de los cuales se sirve la mayoría radical para gobernar de manera indiscriminada. Por eso, afirman en conclusión, “debemos romper con la política del “divide y reinarás” y “cambiar nuestra mentalidad”. “La misma debe liberarse de las actuales fuerzas sectarias y corporativas”.