‘Amar a Liu Xiaobo es un crimen, una sentencia de muerte’
Una nueva conversación entre el escritor Liao Yiwu y Liu Xia, esposa del difunto disidente Liu Xiaobo, quien fue dejado morir de cáncer en la cárcel. Liu Xia, actualmente bajo arresto domiciliario, recibió de parte del gobierno la promesa de que podría dejar China para recibir tratamiento médico en el exterior. Pero nada sucedió hasta ahora. Aunque Ángela Merkel lo solicitó, no pudo verla. El llamamiento de políticos y personas comunes.
Berlín (AsiaNews/China Change) – Publicamos a continuación la traducción integral de un artículo difundido hoy por el escritor chino Liao Yiwu, actualmente exilado en Alemania, y su nuevo pedido por la liberación de Liu Xia, la esposa del difunto Premio Nobel de la Paz 2010, obligada a permanecer en aislamiento y bajo arresto domiciliario. Liu Xia se encuentra en una situación de gran fragilidad psicológica y si bien no cometió ningún crimen, le niegan el derecho a viajar al extranjero para recibir atención médica..
Queridos amigos, una vez más difundo una parte de la conversación con Liu Xia, esta vez del 25 de mayo de 2018. La grabación dura 21 minutos, yo sólo extraje los últimos 8 minutos. Liu Xia, me dijo: “Amar a Liu Xiaobo es un crimen, por eso yo he recibido una sentencia a muerte”
Todo esto es suficiente para llenarse de rabia. ¿Desde cuándo es un crimen amar? Cuando el padre de Xi Jinping fue calificado por Mao Zedong como un elemento contrario al Partido comunista chino, durante la Revolución cultural, su madre no lo abandonó, y ella tampoco fue segregada por años, como hacen ahora con Liu Xia.
Liu Xia ya llevaba tres años aislada del mundo cuando, en enero de 2014, logré contactarme con ella desde Alemania, llamando por teléfono a su casa de Beijing. Apenas pronuncié su nombre, ella comenzó a llorar y siguió así por 20 minutos. No sabía qué decir. Ella colgó. La volví a llamar y sucedió lo mismo -ella permaneció prácticamente muda.
En un instante pasaron tantos años -el tormento vivido es imposible expresar con palabras-. Al final sucedió: Xiaobo fue asesinado bajo la apariencia de una “caución por motivos de salud”. La pareja tuvo la posibilidad de verse en un hospital-prisión por menos de un mes. Cada día había personas que entraban y salían, al menos 100 veces, “salvando” a Xiaobo, pero en realidad, lo que hacían era aislarlos del mundo externo.
Xiaobo quería desesperadamente y con todas sus fuerzas, que Liu Xia abandonase China. En el poco tiempo que le quedaba por vivir, incluso soñaba con acompañarla hasta Alemania junto a Liu Hui, el hermano de Liu Xia. Después de que murió, a Liu Xia la policía le dijo muchas veces que si ella cooperaba con ellos, le permitirían dejar el país para atenderse en el exterior.
En abril de 2017, a través de uno de los más famosos poetas y cantantes del Muro de Berlín, Wolf Birmann y su esposa, logré contactar a la canciller Merkel con una carta en la cual le pedía ayuda. Agregué una nota escrita a mano de Liu Xia, que tenía por título: “Pedido para salir de China presentada a los departamentos relativos (fechada el 9 de abril de 2017).
Mi carta recibió una rápida respuesta y se estableció un canal de comunicación con la canciller. Desde hace más de un año, hasta ahora, los gobiernos de Alemania y China se comprometieron a entablar negociaciones privadas. A principios de abril de 2018, en respuesta a las aparentes señales positivas, Liu Xia alistó las valijas, preparándose para el viaje- pero sus sueños se apagaron y quedaron en penunmbras. El funcionario chino que les había hecho la promesa desapareció y fue tal la desesperación de Liu Xia, que llegó a decir que usaría “la muerte como desafío”.
Yo le dije que no se precipitara y percibiendo que las cosas estaban llegando a un punto crítico, por primera vez, publiqué una grabación de audio de una conversación nuestra, la cual titulamos: “Dona, Dona, dale la libertad a Liu Xia”. La idea era transformar una negociación de bajo perfil en un llamamiento en voz alta, para captar la atención de la comunidad internacional.
El 23 de mayo, un día antes de que Merkel viajase a China, recibí una llamada de ZDF, la televisión alemana, en la cual expresé el pedido de que Merkel viajase trayendo consigo a Liu Xia, quien estaba enferma o lograr que un experto en medicina pudiese atenderla. Para Liu Xia, encerrada en su casa-prisión, esta hubiera sido la mejor ocasión obtener su liberación.
Y en cambio, ¡nada de esto sucedió! Y esto, a pesar de que en la embajada alemana en Beijing, Merkel se encontró con Li Wenzu, la mujer de Wang Quanghang, abogado por los derechos humanos, encarcelado, y con otros familiares del grupo de las víctimas del 709 y subrayó que deseaba encontrase personalmente con Liu Xia. Cuando la canciller se encontró con el Premier chino Li Keqiang y tuvieron su conferencia de prensa conjunta. Li anunció que China respeta los pedidos humanitarios y deseaba comprometerse en un diálogo con Alemania sobre “casos individuales de derechos humanos”: esta es la declaración oficial más importante que se haya dado sobre la cuestión.
En cuanto a Liu Xia, días antes de la visita de Ángela Merkel, la policía fue a su departamento y le ordenó que dejara la ciudad por “turismo”. Liu Xia se negó de manera rotunda, y la policía no la obligó. Al contrario, han tratado insistentemente de convencerla diciendo que pronto alguien iría a hablarle a propósito de dejar el país.
Ya perdió la cuenta de cuántas veces le fue hecha esa promesa. La policía dijo que en julio, días después del aniversario de la muerte de Liu Xiaobo, le habrían dado el permiso para abandonar China, de manera absoluta. Yo le expresé mis dudas y le aconsejé a Li Xia que pensase en las contramedidas en caso de que no le otorgaran el permiso en julio. Cuando sintió estas palabras Liu Xia se aterrorizó y cayó en una desesperación.
Lo que sigue es un parte de nuestra conversación telefónica del 25 de mayo, coincidiendo con el último día de la visita de Merkel a China:
Liao Yiwu:la última vez, cuando continuaste diciendo ‘muerte, muerte, muerte’, sentí como si me hubiese golpeado una descarga eléctrica.
Liu Xia: Una vez muerta, ya no daré fastidio más a nadie
LYW: ¿Cómo puedes decir estas cosas? ¿Por qué morir así? Esta no es una opción.
LX: Entonces hazme compañía con tranquilidad. Cuando todos vosotros me decís que haga esto o aquello, ya no aceptaré más ninguna llamada… Ustedes piensan que estas cosas son fáciles de hacer- si yo pudiese viviría como una persona libre, ¿por qué debería dejar China? Xiaobo quería que yo fuese al exterior para ser libre… porque él vio que la policía me seguía por todas partes y que la habitación estaba llena de todo tipo de instrumentos de vigilancia y nada era fácil para mí. También aquí tengo un montón de amigos…tantas veces estoy así aplastada que no me queda ninguna otra elección…
LYW: Sí, la vez pasada me dijiste que grabase- sentía que me estaba cayendo a pedazos. Aquella vez, yo…
LX: No pasa nada. Pero, no me pidas, como hiciste la última vez, que haga esto y aquello…
LYW: Ok, ok, ok. Esperamos que pase julio y luego vemos qué dicen.
LX: Perfecto.
LYW: Siento que tendrás la posibilidad de salir…pero es un tal ca… de tormento…
Más llantos, Llantos si fin. No pude frenarla, ni consolarla. Así que comencé a tocar la canción ‘Too much love’ del cantante israelí Motty Steinmetz. La había tocado muchas veces para ella y le gustaba mucho. Ya desde su infancia Steinmetz había aprendido los himnos hebreos tradicionales de su abuelo y sus poesías son sacadas de la Biblia hebrea.
Mientras iba adelante con el sonido, Liu Xia gime. “Me tendrán aquí para descontar la pena de Xiaobo”.
Quedé perplejo. El año pasado, cuando ella pudo volver a su casa después de la muerte de Xiaobo, fijó su mirada en la habitación llena de libros. Los viejos libros los había leído; los nuevos, ni siquiera había comenzado a leerlos. Sentía que le faltaba el aire y fue a tomar sus remedios, pero luego se desmayó y cayó al suelo. Cuando se despertó, vio que estaba toda llena de moretones.
Mientras medito todo esto, desde lo profundo de mi mente me salen algunas palabras de Jeremías:
Así dice el Señor:
Me acuerdo de ti
Del afecto de tu juventud
Del amor en el tiempo de tu prometido
Cuando me seguías por el desierto
En la tierra no sembrada (Cfr, Jer 2,2)
Parecía que era la voz de Xiaobo que venía del Paraíso. Liu Xia continuó. “Quiero ver hasta qué punto de crueldad pueden llegar y cuán desvergonzados pueden ser; quiero ver cuán depravado puede ser este mundo”.
Yo respondí: Todo lo que has hecho fue amar, a través de todo lo que has pasado…
Y ella: Deberían agregar a la Constitución una frase: ‘Amar a Liu Xiaobo es un grave crimen, una sentencia a muerte”
Estaba demasiado afectado por estas palabras para poder continuar. en ese momento Liu Xia, dijo "voy a tomarme mis remedios"
La saludo con un hasta luego. Sé paciente. Esperemos hasta julio.
Murmuró algo y colgó el teléfono. Permanecí en silencio, sentado junto a mi escritorio. Se acerca el aniversario de la masacre de Tiananmen y decidí difundir este mensaje al mundo, para seguir pidiendo que ella sea liberada.
Queridos amigos o chinos; líderes políticos, diputados, diplomáticos o simples ciudadanos- amigos de Xiaobo que sois disidentes, poetas, autores, académicos, artistas, sinólogos, actores, abogados y personas del público intelectual- si están en Beijing, por favor, usen un momento de vuestro tiempo para ir a visitar a Liu Xia. Si tienen miedo de ir solos, lleven con ustedes a algún amigo que piense como vosotros. Si ellos no les permiten visitarla, lean su poema delante de su casa o llámenla. Si sus guardias los detienen, denles un volante con su poema.
Si no están en Beijing o no quieren hacer lo que acabo de mencionar, al menos, envíen la grabación. Hagan que más gente -entre ellos, el presidente de los EEUU, Donald Trump, el presidente francés Emmanuel Macron, la Premier británica Theresa May, el Comité del Nobel de Noruega-comprenda lo que le ha pasado en todos estos últimos años a la esposa de Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz 2010.
1° de junio de 2018
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