Papa: “me enfado, pero no muerdo” y “si cantase parecería un asno"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Me enfado, pero no muerdo”, y “si cantase parecería un asno” y en la televisión hay “sólo cosas feas”, porque las cosas que son buenas “no tienen rating”, “la gente se aburre”. Pero “el mundo puede mejorar” si todos se esfuerzan para no ceder a las tentaciones del diablo. Son algunas de las afirmaciones hechas esta mañana por el Papa Francisco, en respuesta a las preguntas efectuadas por los Pueri Cantores, los coros que acompañan también las celebraciones religiosas, de los cuales hay presentes seis mil miembros en Roma para su 40mo Congreso internacional.
El canto. “Me gusta cantar, pero, si yo cantase, parecería un asno, porque no sé cantar. Tampoco sé hablar bien, porque tengo un defecto en la manera de hablar, en la fonética.. Pero me gusta tanto escuchar cantar. Y os contaré una anécdota. De niño -nosotros somos cinco hermanos- de niños, nuestra mamá, el sábado, a las dos de la tarde, nos hacía sentar frente a la radio para escucharla. ¿Y qué escuchábamos? Todos los sábados se hacía la transmisión de una ópera [lírica]. Y mamá nos enseñaba cómo era esa ópera, nos explicaba”. Y “el canto educa el alma, el canto hace bien al alma. Por ejemplo, cuando una mamá quiere hacer que su hijito se duerma, no le dice: ‘Uno, dos, tres, cuatro…’. Le canta una canción de cuna...la canta...y le hace bien al alma, el niño se tranquiliza y se duerme. San Agustín dice una frase muy bella. Cada uno de vosotros debe aprenderla en su propia lengua. Hablando sobre la vida cristiana, de la alegría de la vida cristiana, dice así: ‘Canta y camina’. La vida cristiana es un camino, pero no es un camino triste, es un camino alegre. Y por eso canta. Canta y camina, ¡a no olvidarlo!”.
Los enfados. “Me enfado, ¡pero no muerdo! A veces me enfado, cuando alguien hace algo que no me parece bien, me enfado un poco ’... Pero me ayuda el hecho de detenerme, y pensar en todas las veces que yo he hecho enfadar a los demás. Y pienso y me pregunto: ¿Yo hice enojar a los otros? Y, sí, tantas veces. Entonces no tienes derecho a enfadarte. Pero éste hizo esto...Sí, pero si esa persona hizo esa cosa que es mala, que no es algo bueno, llámalo y háblale como a un hermano, habla como un hermano y hermana, habla, habla...Pero sin enfadarse, porque el enfado es venenoso, te envenena el alma. Tantas veces he visto a los niños asustarse. ¿Por qué? Porque los padres, o en la escuela, les gritan. Y cuando uno está enfadado y grita hace mal, hiere: gritar a otra persona es como dar una cuchillada en el alma, esto no hace bien. ¿Han entendido bien? Yo me enfado, sí, algunas veces me enfado, pero me ayuda el hecho de pensar en las veces en que yo he hecho enfadar a los otros, esto me serena un poco, me deja un poco más tranquilo. Enfadarse es algo que hace mal no sólo a la otra persona, sino que te hace mal a tí, te envenena. Y hay gente, que seguramente vosotros conocéis, que tiene el alma amarga, siempre con amarguras, que viven enfadados. ¡Pareciera que todas las mañanas se lavan los dientes con vinagre para estar tan enfadados! La gente que es así...: es una enfermedad. Si entiende, si hay algo que no me agrada, me enfado un poco’. Pero esto, la costumbre de enfadarse, la costumbre de gritar, la costumbre de gritar a los demás, ¡esto es un veneno! Pregunto a vosotros, y cada uno responda en su propia lengua: ¿Cómo era el alma de Jesús?¿Dulce o amarga? [responden: ‘¡Dulce!’]. ¿Por qué era dulce?Porque cuando se enfadaba, esto no llegaba hasta su alma, era solamente para corregir, y luego volvía a la paz. ‘¿Cuáles son sus propósitos para el año nuevo?’. Yo hice uno en estos los últimos días, en los cuales he tenido algo más de tiempo para hacer un retiro espiritual: rezar más. Porque me he dado cuenta de que los obispos y los sacerdotes -yo soy obispo- deben conducir al pueblo de Dios ante todo con la oración, es el primer servicio”.
El bien no parece tener rating
Otra pregunta: cuando era joven, ¿Qué soñaba ser? Por la noche, cuando veo la televisión con mi familia, veo tantas historias tristes y dramáticas: ¿el mundo siempre será así, también cuando sea grande? "Si te dijera la verdad sobre la primera pregunta, Los haría reír... les diré la verdad. La pregunta era: " cuando era joven, ¿Qué soñaba ser?". De niño a menudo iba con la abuela, pero también con mamá, al mercado para hacer compras. En esa época no había supermercados, no había televisión, no había nada ... El mercado estaba sobre la calle y había lugares para las verduras, las frutas, la carne, el pescado y se compraba todo. Un día, en casa, en la mesa, me preguntó: ¿qué te place ser cuando seas grande? ¿Saben lo que dije? 'Carnicero'. ¿Por qué? Porque los carniceros en el mercado - había 3 o 4 puestos de carne – tomaban el cuchillo, cortaban los pedazos... es un arte, y me gustaba verlos, mirarlos. Ahora, la idea ha cambiado, por supuesto; Pero, para responder a su pregunta, cuando era pequeño, pensaba en convertirme en un carnicero. Me hubiera gustado".
"Entonces, la segunda pregunta - ¡esta es seria! -: 'Por la noche, mientras cenaba con mi familia, mirando la televisión, escucho siempre hablar de noticias tristes y trágicas... Pero el mundo, cuando yo soy grande, ¿va a ser siempre así?'. Es cierto lo que dices. Hay muchas personas que sufren en el mundo de hoy. Hay guerras. Pero, ¿cuántas guerras son? En África, piensa cuántas guerras. El Medio Oriente, donde nació Jesús, todo está en guerra. Ucrania, guerra. En muchos lugares. En América Latina hay guerras. ¡Las cosas están mal! ¿Y qué causa hacer la guerra? Hace pobreza, causa dolor, heridas, mal. Sólo cosas tristes... Piensen en los niños. Ustedes, chicos y chicas, niños y niñas, que tiene el don de Dios para ser capaces de cantar, para ser felices, para vivir la vida cristiana como decía San Agustín - ¿cómo era que dijo San Agustín? [Responden: "cantar y caminar! '] -, pero hay niños que no tienen nada que comer en el mundo; hay niños que no pueden ir a la escuela porque hay guerra, pobreza, y no hay escuelas; hay niños que, cuando se enferman, no tienen la oportunidad de ir al hospital. Oren por estos niños. ¡Oren! Pero, ¿el mundo siempre será así? El mundo puede mejorar. Pero hay una cosa de la cual no me gusta hablar, pero de la que se debe hablar: en el mundo está la lucha entre el bien y el mal - dicen los filósofos -, la lucha entre el diablo y Dios. Siempre existe. Cuando cada uno de nosotros tiene el deseo de hacer algo malo, esa pequeña maldad es una inspiración del diablo, que, a través de la debilidad que nos dejó el pecado original, nos lleva a esto. Se hace el mal tanto en las cosas pequeñas como en las grandes cosas; en las guerras como - por ejemplo - un muchacho o una muchacha que miente: es una guerra contra la verdad de Dios, en contra de la verdad de la vida, en contra de la alegría. Esta lucha entre el diablo y Dios, la Biblia dice que continuará hasta el final. Esto está claro, ¿no? ¿Entiendes esto? Es claro. Todos estamos en un campo de batalla. Se lucha entre el bien y el mal, todos nosotros. Tenemos gracias y tentaciones, y debemos hablar con el sacerdote, con el catequista de estas cosas para conocerlas mejor. Esto es lo primero. El segundo: hay muchas cosas buenas en el mundo, y me pregunto: ¿por qué de estas cosas buenas no hacen publicidad? Porque parece que a la gente le gusta ver las cosas más malas o escuchar las malas noticias. Pensemos en África: tantas cosas malas, tantas guerras - como dije - pero hay misioneros, sacerdotes, monjas, que han pasado toda su vida allí, en la predicación del Evangelio, en la pobreza ... Cuando el mes pasado fui a África encontré a una monja... Creo que tenía 83 de edad, era italiana, y me dijo 'yo desde cuando tenía 26 años he estado aquí". Y hay muchas familias santas, muchos padres que educan bien a los hijos. ¿Por qué no se ve en la televisión una familia que educa bien, que educa a un buen hijo? ¡No se ve! Porque existe esta atracción al mal: parece mejor ver las cosas malas que las cosas buenas, las cosas grandes. El diablo hace su parte - eso es cierto - pero Dios también juega un papel: ¡tanta gente santa! No sólo en las misiones, sino en el mundo, en el trabajo, en las familias; muchos padres, abuelos y abuelas que sobrellevan la enfermedad, los problemas; y esto no se ve en la televisión. ¿Por qué? ¿Porque esto no tiene rating, no tiene publicidad... Aquí, en Italia, he descubierto muchas asociaciones, hombres y mujeres, que dan de su tiempo para ayudar, para acompañar, para ser cuidadores de los enfermos. Esto es bueno. Pero esto no se ve en la publicidad. ¿Es cierto o no? Si se quiere tener rating - sea periodístico, sea en la televisión, o en lo que quieras – se hace sólo viendo las cosas malas; con las cosas buenas la gente se aburre. O no saben cómo presentar y hacer las cosas bien, hacer ver bien las cosas buenas. Cuando tú [se gira a la chica que hizo la pregunta] veas la televisión en tu casa, recuerda estas dos cosas: hay una lucha en el mundo entre el bien y el mal, hay muchos niños que sufren, hay guerras, hay cosas malas, porque la lucha es entre Dios y el diablo; pero también piensa en tanta gente, tantas personas santas, tantas personas que dan su vida por ayudar a los demás, a orar por los demás. Pero, ¿por qué en la televisión no se puede ver a las monjas de clausura que se pasan la vida rezando por todos? Eso no interesa... Tal vez es más interesante las joyas de una modelo importante, que se deja ver... las cosas que hacen la vanidad. ¡No nos dejemos engañar! A nivel mundial, hay cosas malas, malas, feas, y esta es la obra del diablo contra Dios; pero hay cosas sagradas, las cosas santas, las cosas grandes que son obra de Dios. Son los santos ocultos".
28/08/2016 13:40
17/07/2018 11:41