Papa en Bangui: “vengo como peregrino de la paz, y me presento como apóstol de la esperanza”
Bangui (AsiaNews) – “Vengo como peregrino de la paz, y me presento como apóstol de la esperanza”. El Papa Francisco se presentó así en la República Centroafricana, en un discurso centrado sobre los valores de “Unidad, dignidad, trabajo. Tres palabras cargadas de significado, cada una de las cuales representa más una obra por hacer que un programa acabado, una tarea que llevar a cabo sin cesar”. No es casual, que la primera visita llevada a cabo por Francisco, luego de aquella protocolar al jefe de Estado, haya sido dedicada al campo de prófugos de Saint Sauveur (en la foto).
Treinta años después que Juan Pablo II, Francisco llegó a un país que desde hace por lo menos veinte años vive entre revueltas y golpes de estado, y que desde los últimos tres años hasta hoy atraviesa una guerra civil con sangrientos enfrentamientos – incluso entre musulmanes y cristianos que son, respectivamente, el 15 y casi el 50% de la población- que han llegado a involucrar también la capital de Bangui. En los últimos días, en Bangui se han sucedido desórdenes, incendios a tiendas y episodios de violencia que desde el mes de septiembre ya han provocado más de setenta muertos. Al punto tal, que se dio una alarma por atentados con ocasión de la visita del Papa, llegando a poner en duda que dicha visita se concretase. Incluso ayer, ante la pregunta sobre las actividades programadas para el día siguiente, que hoy prevé una visita a la mezquita situada en el barrio musulmán de la capital, y la Misa en el centro deportivo Barthelemy Boganda, el Padre Federico Lombardi, director de la sala de Prensa vaticana, respondió que serán respetadas, siempre y cuando “no haya sorpresas”.
Dudas sobre la visita a la República Centroafricana que el Vaticano siempre rechazó. Francisco mismo, durante el vuelo que el 25 de noviembre lo llevaba a Kenia, al comandante de a bordo que le expresaba su esperanza de ir también a Bangui, respondió: "Yo quiero ir también a la República Centroafricana, si no lo logramos, ¡dadme un paracaídas!".
Hoy, el Papa, que partió de Uganda en un vuelo que aterrizó más tarde en el aeropuerto internacional de M’poko de Bangui, poco después de las 10 (hora local), fue recibido por el Jefe de Estado de la transición de la República Centroafricana, Catherine Samba-Panza, por autoridades religiosas y civiles y por un grupo de fieles. Luego, se dirigió al Palacio presidencial, el Palais de la Renaissance, donde, luego de un diálogo en privado con la señora Samba-Panza, en el patio, en un discurso, se dirigió a las autoridades allí reunidas. Además del cuerpo diplomático, estaban allí presentes exponentes de las organizaciones internacionales que operan en el país, con el difícil objetivo de detener la guerra, y a quienes el Papa dijo, refiriéndose a su trabajo: “nos reclama al ideal de la solidaridad y de la cooperación que pide ser cultivado entre los pueblos y las naciones”.
“Vengo como peregrino de la paz, y me presento como apóstol de la esperanza. Por este motivo, felicito a las diversas autoridades nacionales e internacionales, con la Jefa del Estado de Transición a la cabeza, por los esfuerzos que han realizado para dirigir el país en esta etapa. Deseo ardientemente que las diferentes consultas nacionales, que se celebrarán en las próximas semanas, permitan al país entrar con serenidad en una nueva etapa de su historia. . El lema de la República Centroafricana, que resume la esperanza de los pioneros y el sueño de los padres fundadores, es como una luz para el camino: «Unidad – Dignidad – Trabajo». Hoy más que nunca, esta trilogía expresa las aspiraciones de todos los centroafricanos y, por tanto, es una brújula segura para las autoridades que han de guiar los destinos del país. Unidad, dignidad, trabajo. Tres palabras cargadas de significado, cada una de las cuales representa más una obra por hacer que un programa acabado, una tarea que llevar a cabo sin cesar.”.
Evitar el miedo del otro, de quien no pertenece a nuestro grupo
“En primer lugar, la unidad. Como todos saben, éste es un valor fundamental para la armonía de los pueblos. Se ha de vivir y construir teniendo en cuenta la maravillosa diversidad del mundo circundante, evitando la tentación de tener miedo de los demás, del que no nos es familiar, del que no pertenece a nuestro grupo étnico, a nuestras opciones políticas o a nuestra religión. La unidad requiere, por el contrario, crear y promover una síntesis de la riqueza que cada uno lleva consigo. La unidad en la diversidad es un desafío constante que reclama creatividad, generosidad, abnegación y respeto por los demás.”.
“Después, la dignidad. Este valor moral, sinónimo de honestidad, lealtad, bondad y honor, es el que caracteriza a los hombres y mujeres conscientes de sus derechos y de sus deberes, y que lleva al respeto mutuo. Cada persona tiene una dignidad. He escuchado con agrado que la República Centroafricana es el país «Zo Kwe zo», el país donde cada uno es una persona. Hay que hacer lo que sea para salvaguardar la condición y dignidad de la persona humana. Y el que tiene los medios para vivir una vida digna, en lugar de preocuparse por sus privilegios, debe tratar de ayudar a los pobres para que puedan acceder también a una condición de vida acorde con la dignidad humana, mediante el desarrollo de su potencial humano, cultural, económico y social. Por lo tanto, el acceso a la educación y a la sanidad, la lucha contra la desnutrición y el esfuerzo por asegurar a todos una vivienda digna, ha de tener un puesto principal en un plan de desarrollo que se preocupe de la dignidad humana. En última instancia, la grandeza del ser humano consiste en trabajar por la dignidad de sus semejantes”.
“La tercera, el trabajo. A través del trabajo ustedes pueden mejorar la vida de sus familias. San Pablo dijo: «No corresponde a los hijos ahorrar para los padres, sino a los padres para los hijos» (2 Co 12,14). El esfuerzo de los padres pone de manifiesto su amor por los hijos. Ustedes, centroafricanos, pueden mejorar esta maravillosa tierra, usando con responsabilidad sus múltiples recursos. Su país se encuentra en una zona que, debido a su excepcional riqueza en biodiversidad, está considerada como uno de los dos pulmones de la humanidad. En este sentido, y remitiéndome a la Encíclica Laudato si’, me gustaría llamar la atención de todos, ciudadanos, autoridades del país, socios internacionales y empresas multinacionales, acerca de la grave responsabilidad que les corresponde en la explotación de los recursos medioambientales, en las opciones y proyectos de desarrollo, que de una u otra manera afectan a todo el planeta. La construcción de una sociedad próspera debe ser una obra solidaria. La sabiduría de sus gentes ha comprendido siempre esta verdad y la ha expresado en este refrán: «Aunque pequeñas, las hormigas son muchas y por eso almacenan un gran botín en su nido».”.
El Papa, luego de recordar el compromiso de la Iglesia “con los valores de la unidad, la dignidad y el trabajo” renovó “el propósito de esta Iglesia particular de contribuir cada vez más a la promoción del bien común, especialmente a través de la búsqueda de la paz y la reconciliación. No me cabe duda de que las autoridades centroafricanas, actuales y futuras, se esforzarán sin descanso para garantizar a la Iglesia unas condiciones favorables para el cumplimiento de su misión espiritual”.
“Por mi parte, deseo ahora reconocer los esfuerzos realizados por la Comunidad internacional, aquí representada por el Cuerpo diplomático y los miembros de varias Misiones de las organizaciones internacionales. Les animo fervientemente a que sigan avanzando todavía más en el camino de la solidaridad, con la esperanza de que su compromiso, unido al de las Autoridades centroafricanas, sirva para que el país progrese, sobre todo en la reconciliación, el desarme, la preservación de la paz, la asistencia sanitaria y la cultura de una buena gestión en todos los ámbitos”.
“Por último, me gustaría expresar de nuevo mi alegría por visitar este hermoso país, que situado en el corazón de África está habitado por un pueblo profundamente religioso y con un rico patrimonio natural y cultural. Veo que es un país bendecido por Dios. ¡Que el pueblo de Centroáfrica, así como sus líderes e interlocutores, aprecien el verdadero valor de estos dones, trabajando sin cesar por la unidad, la dignidad humana y la paz basada en la justicia! ¡Que Dios los bendiga a todos!”.
La primera visita de Francisco estuvo dedicada al campo de prófugos. Al llegar en su automóvil descubierto, fue saludado por una representante de la asociación de las “Mujeres Desplazadas”. Al ser recibido por los niños del campo, en una festiva confusión, el Papa saludó diciendo: “he leído todo lo que los niños han escrito: ‘paz’, ‘dignidad’, ‘amor’. Nosotros debemos trabajar y rezar, y hacer de todo por la paz, pero la paz sin amor, amistad, tolerancia y perdón no es posible. Cada uno de nosotros debe hacer algo. Yo auguro a la República Centroafricana la paz, una gran paz entre ustedes. Que ustedes puedan vivir en paz, cualquiera sea vuestra etnia, cultura, religión, estado social. Pero todos en paz, todos, porque todos somos hermanos. Me gustaría que todos dijéramos juntos que todos somos hermanos”. Los presentes repitieron por tres “todos somos hermanos”. “Y por esto -retomó Francisco, antes de dar la bendición-, porque todos somos hermanos, queramos la paz”.
Desde el campo de Saint Etienne, el Papa se dirigió luego a la Nunciatura, donde almorzará con los obispos centroafricanos.
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