El atentado terrorista en el café Holey Artisan dejó un saldo de 22 víctimas. Después de los arrestos masivos en Bangladés no ocurrieron nuevas masacres de esta magnitud. Sin embargo, las organizaciones yihadistas están tratando de reconstruirse: los investigadores consideran que el líder del JMB estaría organizando actividades a través de Internet desde Turquía, especialmente orientadas a los más jóvenes.
Dacca (AsiaNews) - Hace ocho años, alrededor de las 20.45 del 1 de julio de 2016, un grupo terrorista armado atacó el restaurante Holey Artisan en Gulshan, sembrando el caos y el terror y matando a 22 personas. En aquel momento, lo mismo que ahora, la sombra del fundamentalismo islámico estaba muy presente en Bangladés. El triste aniversario de la masacre reivindicada por el ISIS - en el que murieron todos los comandos después de tomar como rehenes a numerosas personas - es una oportunidad para recordar que las actividades de las organizaciones proscritas no han cesado en el país. En este momento se siguen llevando a cabo por internet y están dirigidas sobre todo a adolescentes. Fuentes policiales indican que los militantes reclutan a jóvenes de entre 18 y 20 años, así como a estudiantes y profesores de las madrazas.
Las víctimas del ataque al café Gulshan fueron nueve italianos, siete japoneses, un indio, un estadounidense, dos ciudadanos de Bangladés y dos agentes de policía. La policía y el ejército, que intervinieron para neutralizar a los terroristas, mataron a seis militantes y pusieron a salvo a 32 ciudadanos y extranjeros. Funcionarios de varias embajadas en Bangladés rindieron hoy homenaje a las víctimas del atentado terrorista en el restaurante situado en una zona residencial de Dacca. En las iglesias católicas de todo el país se reza por las almas de las 22 víctimas.
A pesar del paso de los años, el brutal ataque ha dejado una profunda huella en Bangladés. Recientemente los investigadores arrestaron a cinco miembros de una organización denominada As Shahadat en Cox's Bazar, lo que permitió descubrir que los militantes logran evadir los controles comunicándose incluso desde la cárcel.
Este no es un caso aislado. Asaduzzaman, responsable de la unidad de lucha contra el terrorismo y el crimen transnacional (CTTC), y subcomisario de policía de Dacca, declaró que el grupo militante islamista Ansar Al Islam todavía sigue constituyendo una amenaza. Sus actividades están siendo controladas, pero uno de los desafíos más importantes es su estructuración en el ciberespacio, para lo que utiliza diferentes aplicaciones.
Desde el 1 de julio de 2016 los principales referentes de las organizaciones prohibidas han sido arrestados uno tras otro en el país y varios de ellos fueron muertos. En estos años la policía ha arrestado a cerca de 4.000 milicianos. Pero las actividades de reclutamiento continúan. Según fuentes de la unidad CTTC de la policía y del equipo de inteligencia del RAB (la unidad anticrimen y antiterrorista de la policía de Bangladés), el actual líder del JMB, Mahadi Hasan John, está llevando a cabo actividades de organización por internet desde Turquía. Los primeros destinatarios son los jóvenes, a los que resulta fácil influenciar con tergiversaciones. Los militantes han mantenido encuentros secretos con estos miembros en diferentes momentos, en espacios religiosos, en las casas particulares y en otros lugares. Hace apenas unos días, el 27 de junio, el RAB arrestó a tres miembros activos de la organización militante prohibida Ansar Al Islam en Choufaldandi.