28/06/2017, 18.02
HONG KONG-CHINA
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¿Qué cambia y qué queda de los últimos 20 años de Hong Kong? La contribución de los cristianos

de Mary Mee-Yin Yuen (*)

El pasaje de la ex colonia británica a China en 1997 no fue sin dolor. Pero Beijin, por mucho tiempo respetó el estilo de vida del territorio. En los últimos tiempos aumentó la intromisión en los asuntos internos de Hong Kong. Sobre todo entre los jóvenes, hay una fuerte reacción no sólo por la democracia, sino por la autonomía. El compromiso por el bien común por parte de la Iglesia católica. El Card. Zen considerado u héroe de la democracia y de los marginados. Es todavía posible construir un confianza entre gobernantes y gobernados, el análisis de una investigadora de la Universidad china de Hong Kong.

Hong Kong (AsiaNews)- El próximo 1° de julio, Carrie Lam, el cuarto jefe del ejecutivo de la Región con administración especial de Hong Kong (HKSAR), prestará juramento delante del presidente chino Xi Jinping, en ocasión del 20° aniversario de la HKSAR y del retorno de la soberanía de Hong Kong de Gran Bretaña a China.

Lam, una católica, fue elegida por un Comité electoral de 1194 miembros, pero no fue elegida ni apoyada por la mayoría de la población de Hong Kong, como es evuidente de las encuestas de opiniones realizadas antes de las elecciones. De todos modos, muchas personas tienen todavía el deseo de ver a un nuevo líder con un estilo de gobierno más inclusivo, después de haber sufrido las frustraciones, las divisiones sociales y las fuertes oposiciones en la arena política con la administración de C.Y. Leung en los últimos cinco años. Lam, que fue jefa de la secretaría y vice –jefe ejecutivo, ha confirmado también que introducirá un n uevo estilo de gobierno y actuará en modo práctico las políticas.

Mantener la política: “Una nación, dos sistemas”

En los últimos años, Hong Kong experimentó muchas altas y bajas. Algunos dicen que las promesas (chinas) de la política de “una nación, dos sistemas” y de “un gobierno con un alto grado de autonomía” fueron mantenidas con suceso. Según ellos, la gente de Hong Kong en general puede mantener un estilo de vida capitalista, heredado del gobierno colonial británico, manteniendo el principio de 250 años sin cambiar” después del retorno a China (Handover). En el tiempo del handover, el gobierno central dio repetidas órdenes prohibiendo interferencias en los asuntos internos de Hong Kong y Macao han impuesto restricciones a personalidades oficiales de China en ir a Hong Kong. Al mismo tiempo, la Oficina para las relaciones de Hong Kong con el gobierno central del pueblo (Liason Office) mantuvo un perfil bajo.

Además, el gobierno central introdujo medidas para ayudar a Hong Kong a superar la recesión económica después de la crisis financiera que explotó inmediatamente después del handover y la siguiente epidemia de Sars de 2003.Tales medidas incluyen el proyecto para las visitas individuales y el Acuerdo para una más estrecha colaboración económica entre China y Hong Kong (Closer Economic Partnership Arrangement, CEPA). Estos pasos han tenido suceso y han garantizado la recuperación de la economía. En los primeros años del handover, el gobierno central se ganó la aprobación y el aplauso de la gente de Hong Kong ayudando al territorio durante la crisis económica, pero también deteniéndose en el intervenir en los asuntos internos.

La amenaza al alto grado de autonomía

De todos modos con el andar del tiempo, la intervención china sobre Hong Kong se hizo cada vez más obvia, sobre todo después de la propuesta en 2003 de  la aprobación del Art. 23 de la Basic Law (la mini-constitución de la HKSAR), sobre la subversión.

Algunos críticos afirman que la política de “una nación, dos sistemas” se deterioró desde ahora, enfatizando más “una nación” y los “dos sistemas”. Uno después del otro, los jefes del ejecutivo, han manifestado una siempre más fuerte inclinación hacia el gobierno de Beijing, especialmente el actual jefe, C.Y. Leung y todo el campo pro-Beijing presente en Hong Kong. Esto es evidente para un cierto número de cuestiones: la interpretación de la Basic Law de la HKSAR por parte del Comité permanente de la Asamblea nacional del pueblo (SCNPC); la propuesta de introducir cursos de patriotismo y educación nacional; el criterio de “patriotismo” en la elección del jefe del ejecutivo por parte de la Liason Office; el arresto de un editor-librero en Hong Kong por parte de la policía china. Leung es también considerado un seguidor de cerca de la línea de Beijing y con una actitud hostil hacia los pan-democráticos.

Todavía, en junio de 2014, la publicación de un Libro blanco sobre la actuación del principio “una nación, dos sistemas” por parte de la Oficina del Consejo de Estado de Beijing muestra en modo explícito la actitud del gobierno chino hacia el gobierno autónomo de Hong Kong. En el Libro blanco se afirma que ambos sistemas son subordinados a “una nación”. Y se subraya también que el gobierno central tiene pleno control sobre la HKSAR. También se afirma que el alto grado de autonomía deriva del gobierno central y no pertenece a Hong Kong para sí. Fuerzas externas deben ser conscientes de esto y no usar a Hong Kong para intervenir en los asuntos internos de China.

Además, el 31 de agosto de 2014, la decisión del SCNPC sobre la reforma electoral de Hong Kong es considerada por muchos como una obvia intromisión en los asuntos internos de Hong Kong sin respeto hacia el fuerte deseo del pueblo de Hong Kong al sufragio universal. Tal intervención obstaculizó el desarrollo democrático de Hong Kong y privado el derecho a la participación política de la población. Tal decisión produjo el movimiento Occupy Central, que se hizo famoso en todo el mundo y fue rebautizado como “la revolución de los paraguas” por los medios occidentales. Desde entonces hay una fuerte grieta entre el gobierno de Hong Kong (junto al gobierno central) y una ancha porción de la población del territorio.

El énfasis sobre la identidad

Todo esto ha provocado una creciente desconfianza entre la gente de Hong Kong y Beijing y una áspera relación entre la población y la administración local. A su vez, esto llevó a una debilitación del sentido del ser “chino” y a un reforzamiento del ser “hongkongnés”, sobre todo entre las jóvenes generaciones. Y se produjeron hasta campañas o movimientos que alaban al auto-gobierno, al localismo y a la autodeterminación.

Por ejemplo, el crítico cultural Chen Wen comenzó una campaña sobre el auto-gobierno de Hong Kong, poniendo el énfasis en los intereses locales, objeciones contra la política de integración entre China y Hong Kong, evidenciando la importancia de la heredad de la cultura confuciana tradicional en cambio de la contemporánea bajo la guía comunista, hasta llegar al auto-gobierno por parte de la gente de Hong Kong.

Mientras tanto, algunos jóvenes se organizaron en diversos grupos. Algunos se definen localistas, decididos a usar medios más radicales o hasta violentos para llegar al auto-gobierno y a la democracia. Otros combaten por la auto-determinación, tienden a izquierda y subrayan el reforzamiento de la comunidad social y usan métodos racionales y no violentos.

Representantes de estos diversos grupos han ganado un cierto número de escaños en las elecciones parlamentarias en setiembre de 2016, poniendo en luz el apoyo que ellos tienen del público y el deseo de cambio sobre la escena política.

Desigualdades económicas y humillantes niveles de vida

Las protestas a larga escala del movimiento de Occupy y las campañas para la auto-determinación o el auto-gobierno tienen un profunda causa común: el pueblo de Hong Kong no está satisfecho del injusto sistema político que dura de hace mucho tiempo y de la inicua distribución de la riqueza. El gobierno de Hong Kong siguió la economía de mercado liberal y capitalista, que se quedó como tal también después del handover. Esto delega un cierto número de trabajos y servicios a compañías privadas, dejando sin protección bajo la explotación de muchos obreros con un bajo salario. Esto favorece a las compañías edilicias y permite que hegemonías monopolistas acrecienten injusticias sociales y económicas, ignorando el fenómeno del envejecimiento de los pobres y las condiciones sociales adversas de los obreros pobres.

En general, no obstante la propiedad y el crecimiento económico de Hong Kong, algunas personas, especialmente aquellas con bajo rédito, no logran recibir beneficio alguno del desarrollo económico. Esto es evidente por la enorme brecha existente entre ricos y pobres y por el irracional alto costo de las casas. Si bien la administración, Leung haya trabajado con decisión en el enfrentar a la pobreza y en el reducir las durezas para los pobres, gastando de más en el bienestar, el coeficiente Gini para Hong Kong, basado en el rédito mensual por familia de 2016, subió a la cifra record de 0,538. Es irónico saber que a fines de marzo de 2018 Hong Kong tendrá enormes reservas de dólares de Hong Kong (pares a unos 122,52 millardos de dólares de EEUU). Dada esta enorme reserva, muchos activistas sociales acusan al gobierno de Hong Kong de no haber actuado en los últimos años ningún proyecto de largo plazo para reducir las desigualdades, que se convirtieron en una fuente de conflicto en la sociedad y haciendo menos efectivo al gobierno.

Las respuestas de la Iglesia

Después de haberse batido por la democracia y por los derechos humanos por muchos años, frente al escenario descripto, muchos se sienten frustrados o no defendidos. Algunos desean alejarse de la política y dedicarse a ganar dinero. Otros contrariados emigran a otro lugar. Todavía, algunos jóvenes quieren separarse de China, del gobierno, de la vida de las personas y de su situación social.

Como cristiano nosotros creemos que Dios es Creador y Señor de la historia. Y nosotros, como instrumentos y colaboradores de Dios, podemos hacer algo y hacer significativa nuestra vida trabajando juntos y difundiendo el Reino de Dios. Según la doctrina social de la Iglesia, es importante dar valor y afirmar la dignidad de la persona humana. La persona debería venir antes del interés económico. Cada persona es una agente moral, capaz de generar un cambio. Por esto, las leyes y las políticas de la sociedad deberían ser plasmadas por el desarrollo humano integral, el bien común, los derechos fundamentales de cada persona. La Iglesia se muestra atenta especialmente con los necesitados, los desheredados, basándose en el principio de la opción por los pobres y los marginados.

Desde el handover hasta hoy, basándose sobre estas enseñanzas sociales, los líderes de la Iglesia católica local han guiado a la comunidad cristiana. Algunos grupos cristianos se pusieron a colaborar con organizaciones no gubernamentales para apoyar a la democracia y un sistema social honesto y justo. Desde el handover hasta hoy, los líderes de la Iglesia católica, especialmente el Card. Joseph Zen Ze-kiun, obispo coadjutor de Hong Kong en 1996, ordinario del 2002 al 2009, cardenal desde 2005, han hablado con frecuencia a través de los medios, obrando como fuerza moral de la sociedad.

El Card. Zen es famoso por gritar en defensa de los derechos humanos y del derecho de los marginados, por ejemplo en la defensa del derecho de residencia para personas cuyos padres sean residentes locales y por la educación de los niños, sin considerar el status de emigrantes. Él apoyó el sufragio universal en la elección del jefe del ejecutivo y de todos los miembros de la legislatura. Muchas personas los consideran un líder justo, sabio, valiente y atento, que osa denunciar las injusticias y no teme a los potentes. En una ciudad donde los católicos son sólo el 7% de la población, la popularidad y visibilidad del obispo son extraordinarias.

En febrero de 2012, 15 años después del cambio de soberanía y antes de las elecciones de un nuevo jefe del ejecutivo, la diócesis difundió un documento que tenía por título. “Algunas expectativas en lo referente al futuro del gobierno de la SAR, expresado por la Iglesia católica de Hong Kong”. El documento discute el desarrollo político y social y recuerda al gobierno la importancia de los valores orientados hacia la población y sobre las políticas a largo plazo. En esto se trata de defender el nivel de vida de las personas y de su dignidad, como también la lleva a crear una sociedad donde la gente pueda expresar con libertad las preocupaciones recíprocas. Tres años después, en mayo 2015, el Card. John Tong emite una Carta pastoral sobre: “La reforma electoral y el bienestar de la sociedad de Hong Kong”. En ella se afirma: “La diócesis cree que sin justicia no se puede tener paz verdadera y sustentable, ni estabilidad en la sociedad. Así, por lo que se refiere a la reforma electoral, la diócesis hace claro que “el propósito final” del sufragio universal, como escrito en la Basic Law de Hong Kong, no se puede realizar por otro lado sino a través de un comité con nombres que sean realmente “ampliamente representativo” y sin que los procedimientos adoptados sean genuinamente “democráticos”.

Sostener los valores cristianos

Es un hecho innegable que Hong Kong sea parte de China, por lo cual China tiene el poder de ejercitar la soberanía sobre Hong Kong. En tiempos de la elaboración de la Basic Law, el gobierno chino era consciente que Hong Kong debía ser dejada que mantuviese el Sistema existente y el estilo de vida, que es diverso del de China. Este es el motivo de la acuñación de los principios “una nación, dos sistemas”, “alto grado de autonomía”, “50 años sin cambios”.

En los 20 años transcurridos, algunas personalidades del gobierno chino han intentado apoyar esta política, pero otros han olvidado esta finalidad original. Esto es evidente de lo hizo la Liason Office en los años recientes. Ellos han tratado de intervenir siempre más en los asuntos internos de Hong Kong para tener al territorio bajo control.

Nosotros gente de Hong Kong, apoyamos no sólo un estilo de vida capitalista, pero también un estilo y una cultura que defienda la dignidad y los derechos humanos, el estado de derecho y la inclusividad. Estos son valores profundos de Hong Kong en tiempos del handover, que nosotros queremos mantener. Y no necesitamos tener políticas injustas y deshonestas. Es más, ellas deberían ser cambiadas, de modo que las personas puedan conducir una vida más digna.

Nosotros esperamos que el nuevo jefe del ejecutivo y los parlamentarios filo-Beijing resistan a la interferencia de China y persuadan la laison Office u otras personalidades chinas a mantenerse a distancia de los asuntos internos de Hong Kong. Como lo dijo un comentador en estos días, si todos no interfieren en modo activo o pasivo, si no invitan a interferir, será posible restaurar lentamente la dignidad de la política de Hong Kong. Se podrá reconstruir la confianza recíproca y Hong Kong podrá salir de su (difícil) situación.

En cuanto cristianos, necesitamos conocer los objetivos de la vida social y política (y de evaluarlas) según la doctrina social de la Iglesia. Como cristianos, insistimos en que las personas humanas son la base y el objetivo de la vida política (“Gaudium et Spes” n. 25). Miembros de cada comunidad política tienen su responsabilidad y su credo. Ellos son agentes morales que van respetados, teniendo su propia subjetividad. Cada gobierno debería mantener una buena relación y cordial con su gente, no sofocando sus derechos u oprimiéndolos. Por esto, el gobierno debe defender y promover los derechos humanos, apoyar la amistad y la solidaridad social, proyectar políticas y emitir leyes para el bien común (“Gaudium et Spes”, n. 78). Basándose sobre estos valores, esperamos que nuestro nuevo gobierno tome en consideración las opiniones y la participación de la gente, afirmando la dignidad humana y los derechos de todas las personas que viven en Hong Kong, acrecentando su nivel de vida, especialmente los desheredados. Si los líderes políticos respetarán al pueblo y su participación, el pueblo respetará a los líderes y contribuirá en construir una sociedad que desea el bien común.

Mary Mee-Yin YUEN, PhD

 (*) Investigadora en el Centro para los Estudios católicos en la Chinese University of Hong Kong.  Docente de Etica social en el Seminario teológico del Holy Spirit (diócesis de Hong Kong).

 

 

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