22/06/2016, 12.32
RUSIA-CHINA
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Vladimir Putin vuela a Beijing. En su agenda: energía, transportes y comercio

de Nina Achmatova

El presidente ruso es esperado por Xi Jinping el 25 de junio. La agenda del encuentro no es todavía conocida pero las diplomacias han anticipado la posible firma de una treintena de acuerdos. Chinos podrían participar en la privatización de Rosneft.

Moscú (AsiaNews)- El presidente ruso Vladimir Putin visitará China el 25 de junio, invitado por su homólogo Xi Jinping. La misión fue oficializada en estos días si bien no se conocen los detalles del programa. Ambos líderes tienen relaciones desde cuando Xi eligió a Putin como primer jefe de Estado extranjero al cual visitar después de su elección como presidente en 2013. Desde entonces los encuentros de alto nivel se volvieron regulares, con Rusia que ha apuntado mucho sobre la república popular para compensar los obstáculos que las sanciones occidentales le están creando en el mercado europeo.  

A cuanto se hizo conocer por las respectivas cancelerías, los coloquios tratarán temas de la cooperación bilateral en campo económico y comercial al interior de las organizaciones multilaterales, como la Shanghai Cooperation Organization (SCO), los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), las naciones Unidas y el G20, este último previsto para los primeros días de septiembre en Hangzhou, en China oriental. Citado por la Tass, el embajador de Moscú en China, Andrei Denisov anticipó que sobre la mesa hay una treintena entre acuerdos y documentos para firmar. El acercamiento de la federación es el mismo asunto también con los socios occidentales: reducir el simple comercio de mercaderías y apuntar sobre una cooperación hecha de proyectos de inversiones recíprocas. “Los proyectos de inversiones anticipan relaciones financieras, cooperación inter-bancarias, colaboración técnica y cooperación en la venta de proyectos terminados, particularmente en mercados de terceros países”, explicó Denisov. La exportación hacia Rusia aumentó en un 4,4% sobre una base anual en los primeros cuatro meses de 2016, llegando a 9,8 billones de dólares. La importación de bienes rusos a China descendió del 2,8% anual año tras año, a 10 billones de dólares, como lo recuerda la Tass.

Entre los acuerdos más esperados está aquel para la realización de alta velocidad entre Moscú y Kazán, proyecto para el cual Beijing había manifestado interés ya el año pasado, con un anuncio de inversiones por 2,4 billones de dólares en el proyecto por parte del China Railway Group. Luego está el préstamo de 12 mil millones de dólares de dos bancos chinos (Export-Import Bank of China Development Bank) para el desarrollo de los yacimientos de gas natural licuado en Yamal, realizados por la sociedad privada Novatek. La energía será una voz importante en la agenda, con ambos países que tienen como proyecto la construcción de dos pipeline, la de Altai y el gasoducto “Poder de Siberia”, pero sobre el cual se empantanaron los gigantes estatales de la energía, Gazprom y China National Petroleum Company (CNPC). Después está la privatización del 19,5% de la mayor empresa estatal rusa, la Rosnfet. Los vértices de CNPC han abiertamente expresado su interés en aumentar su cuota en la sociedad, pero a pacto de obtener un paquete que permita sentarse en el consejo de administración. Prospectiva que-según fuentes que participan en los negociados- no está muy bien vista por Rusia, la cual está tratando de buscar otros socios, entre los cuales India e Italia. Estando tras indiscreciones de Bloomberg, el Kremlin está evaluando vender a una “joint venture” entre chinos e indios. La ganancia prevista por la parcial privatización es de al menos setecientos mil millones de rublos (11 mil millones de dólares), un record para el país en busca de oxígeno para las arcas públicas probadas por la continua caída de los precios del petróleo.

Pero Rusia apunta también en vender armas. “Después de las sanciones occidentales y la caída del barril en 2014, las ventas de armas se convirtieron siempre más importantes para el balance ruso”. Hizo notar a Newsweek Agnia Grigs, analista del Atlantic Council, según el cual es posible que durante la visita del 25 de junio se firmen nuevos contratos.

El diálogo se concentrará sobre la política y las cuestiones de carácter internacional. La cooperación bilateral ve a Rusia y China alineadas sobre temas de los cuales está interesado Beijing: las disputas de soberanía en el Mar Chino Meridional y el no al Thaad, el sistema de defensa anti-misiles que los EEUU quisieran instalar en Corea del Sur, para detener la amenaza nord-coreana.

Putin en concreto, necesita demostrar que la alianza con Beijing es sólida y puede ser un válido contrapeso al Occidente. “Cualquiera siga a China no cree en el acuerdo de una alianza chino-rusa-agregó Grigs- hay mucha falta de confianza y los dos tienen intereses diversos a nivel internacional”.

 

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