09/09/2014, 00.00
ISRAEL - PALESTINA
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Uri Avnery: El peligro del Estado Islámico y el sionismo mesiánico de Israel

de Uri Avnery
La falta de acuerdo por la paz en Tierra Santa ha impulsado el surgimiento de fuerzas islamistas árabes. Un conflicto de inclinaciones nacionalistas se convirtió en guerra sectaria; fuerzas laicas sionistas han asumido una imagen religiosa y fundamentalista. El movimiento islamista responde al deseo de venganza del mundo musulmán. A continuación, publicamos un editorial de Uri Avnery, ex parlamentario israelí, escritor y activista por la paz. (DE Gush Shalom. Traducción por AsiaNews)

Jerusalén (AsiaNews) - Durante seis décadas, mis amigos y yo hemos emitido advertencias a nuestro pueblo si no llegamos a un acuerdo de paz con las fuerzas nacionalistas árabes, deberemos hacer frente a las fuerzas islamistas  árabes.

El conflicto entre Israel y Palestina se convertirá en una guerra entre los judíos y los musulmanes. La guerra nacional se convertirá en una guerra de naturaleza sectaria.

Los conflictos nacionales tienen su propia lógica. Ellos cubren un territorio determinado. Se puede solucionar, por lo general, a través de un compromiso.

Las guerras sectarias, sin embargo, son irracionales. Cada una de las partes en conflicto cree poseer la verdad absoluta, y considera automáticamente todos los otros como infieles, enemigos del único Dios verdadero.

No puede haber un compromiso entre "verdaderos creyentes", que creen luchar por Dios y recibir órdenes directamente del cielo. "Dios lo quiere" gritaban  los cruzados antes del sacrificio de musulmanes y judíos. "Dios es grande" gritaban los  musulmanes fanáticos mientras cortaban las gargantas de sus enemigos. "¿Quién entre los dioses es como tú, Señor?" exclamaron los Macabeos, aniquilando a los hermanos judíos que habían adoptado las costumbres y formas de los griegos.

Han sido judíos laicos los que crearon el movimiento sionista, tras la victoria de la Ilustración europea. Casi todos los fundadores eran ateos. Eran bastante propensos a usar símbolos religiosos como volantes decorativos, pero fueron duramente denunciados por todos los eruditos religiosos de su tiempo.

De hecho, antes de la creación del Estado de Israel, el proyecto sionista estaba casi totalmente carente de dogmas religiosos. Incluso hoy en día, el ala dura del sionismo habla de "el Estado nacional del pueblo judío", no "Estado religioso de la fe judía." Incluso en el campo de los "nacionalistas religiosos", los precursores de los colonos de hoy y semi-fascistas, la fe estaba sujeta al proyecto nacional: la creación de un estado nacional judío, sobre la tierra que se encuentra entre el Mar Mediterráneo y el río Jordán.

Este nacionalista asalto chocó, obviamente, con la decidida resistencia del movimiento nacional árabe. Después de algunas dudas iniciales, los líderes de los nacionalistas árabes se rebelaron contra. Esta resistencia tuvo poco que ver con la religión. En realidad, durante un corto período de tiempo para conducir a la resistencia palestina estuvo el Gran Mufti de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini, pero ciertamente no por sus posiciones religiosas, sino más bien porque él era jefe del clan aristocrático más influyente de toda Jerusalén.

El movimiento nacional árabe siempre ha sido decididamente laico. Algunos de sus líderes más influyentes eran cristianos. El partido de la "Resurrección" pan-árabe (Partido Ba'ath), que ha llegado a prevalecer en Siria e Irak, fue fundada por los cristianos.

El gran héroe de las masas árabes de la época, Gamal Abd-al-Nasser, aunque formalmente musulmán, estaba completamente libre de determinadas confesiones religiosas. Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), era un musulmán devoto en privado, pero bajo su liderazgo, la OLP se ha mantenido como una organización laico, con muchas connotaciones cristianas en ella. Él habló de la liberación de "las iglesias y las mezquitas" de Jerusalén Este. Y por un cierto período, el principal objetivo de la OLP era crear en Palestina un Estado "democrático y no sectario."

Así que, ¿qué pasó? ¿Cómo era posible que un movimiento nacionalista se convirtiera en una realidad violenta y  fanática en el plano religioso?

Karen Armstrong, una monja convertida en un estudiosa de la historia, señaló que lo mismo sucedió - en la práctica, al mismo tiempo - en las tres grandes religiones monoteístas. En Estados Unidos, los cristianos evangélicos ahora juegan un papel de liderazgo en el campo de la política, en estrecha colaboración con el establishment judío de la extrema derecha. En el mundo musulmán, los movimientos fundamentalistas están ganando cada vez más fuerza. Y en Israel, el molde fundamentalismo judío mesiánico es cada vez más popular e importante.

Cuando el mismo evento ocurre en tantas naciones diferentes, y creencias tan distantes unos de otros, tiene que haber una causa común. ¿Qué es?

Es fácil hablar de algo tan oscuro como la expresión alemana del Zeitgeist, el espíritu de los tiempos, pero en realidad dice muy poco.

En el mundo musulmán, la bancarrota del nacionalismo laico y liberal ha dado lugar a un vacío espiritual, un colapso de la economía y la humillación a nivel nacional. La promesa del futuro nasserismo se termina en un estancamiento abyecto bajo Hosni Mubarak. Los dictadores Baath en Bagdad y Damasco han fracasado en el proyecto de la creación de los Estados modernos. Los  militares en Argelia y Turquía no han combinado nada mejor. Tras el derrocamiento del líder iraní elegido democráticamente Mohammed Mossadegh, operado por las potencias occidentales hambrientas de petróleo, el malogrado Shah ciertamente no ha sido capaz de llenar el vacío.

Y, durante todo este tiempo, no fue la visión humillante de Israel, que de los asentamientos pequeños iniciales creció hasta convertirse en una potencia económica y militar formidable, capaz de superar en muchas  ocasiones a los Estados árabes.

Al final de cada nueva guerra, el pueblo de los musulmanes pregunta: ¿Qué pasa? Si el nacionalismo ha fracasado tanto en la paz como en la guerra, si el capitalismo y el socialismo han fracasado en crear una economía sana, si ni el humanismo europeo, ni el comunismo soviético han logrado el objetivo de llenar el vacío espiritual, ¿dónde está la solución?

Desde las profundidades de las masas llega la respuesta en voz alta: "¡El Islam es la respuesta!".

La lógica dictaría que la respuesta de Israel es de naturaleza opuesta.

Israel es una historia de éxito. No sólo tiene una gran capacidad militar y un arsenal nuclear creíble, pero al mismo tiempo es una potencia tecnológica y también tiene una base económica relativamente sólida. Sin embargo, el fundamentalismo mesiánico, estrechamente aliado con el nacionalismo extremo, hoy en día dicta la línea.

En la víspera de la última guerra [de Gaza - ndr], el comandante de las brigadas Giv'ati ha publicado un programa dirigido a sus funcionarios, lo que ha causado profunda conmoción para muchos.

La brigada Giv'ati ha tenido una potencia de fuego de alcance excepcional durante la guerra de 1948 (yo era uno de los primeros combatientes y he escrito dos libros sobre el mismo). Nos sentimos muy orgullosos de su composición. Los combatientes eran una mezcla de hijos de los residentes de élite de Tel Aviv y los habitantes de los barrios más pobres y degradados; una mezcla que resultó ser un gran éxito y lo demostró en la batalla.

El comandante de la brigada era un ex luchador clandestino comunista alemán en la época de los nazis, que se convirtieron al sionismo y se convirtió en un miembro de un kibbutz de extrema izquierda. Al igual que él lo fueron también una gran parte de los oficiales. No recuerdo un solo soldado en la brigada que llevabase la kippah (kipá).

Piense en nuestra sorpresa cuando el actual comandante de la brigada ha invocado la guerra santa para cumplir la voluntad de Dios. El coronel Ofer Winter, que en su juventud asistió a una escuela militar de estampa religiosa, en la víspera de una batalla  pronunció estas palabras dirigiéndose a sus soldados: "La historia nos ha elegido como punta de lanza en la lucha contra el enemigo terrorista de Gaza, que abusa y maldice al Dios de los ejércitos de Israel... Levanto mis ojos al cielo e invoco con ustedes: 'Oye, Israel, el Señor nuestro Dios es el único y verdadero Señor. 'Oh Señor, Dios de Israel, haz el modo que podamos triunfar en el camino, ¡porque vamos a luchar por Israel, contra un enemigo que maldice Su nombre! ".

El propósito oficial del ejército israelí en esta campaña era la de vigilar las fronteras y detener el lanzamiento de cohetes contra ciudades y pueblos israelíes. Pero este no era el objetivo final de coronel. Él envió a sus soldados a morir (como ha ocurrido en tres de ellos) por el Dios de Israel, contra los que maldicen su nombre.

Si este oficial fuese el único fanático religioso del ejército, en sí mismo sería bastante malo. Pero hoy en día el ejército está lleno de oficiales que llevan la kipá, que han sido embotados con celo religioso y que, a su vez, adoctrinan a sus soldados con el mismo espíritu.

El partido religioso Sionista y sus rabinos fanáticos, muchos de los cuales abiertamente fascistas,  trabajan por años para infiltrar de manera sistemática a sus representantes dentro del cuerpo de oficiales del ejército. Se trata de un proceso de selección natural: los oficiales que se resisten a comportarse como amos coloniales en los territorios ocupados abandonaron el ejército para convertirse en empresarios de alta tecnología, mientras que los fanáticos mesiánicos son enviados a ocupar los asientos que quedaron vacíos.

El coronel, en este sentido, no fue de ninguna manera afectada o castigado por sus acciones. Por el contrario, se le llenó de elogios durante la guerra como un ejemplo del comandante en la batalla.

Todo esto me hace pensar en ISIS, el Estado Islámico de Irak y el Levante, que recientemente cambió su nombre por el de "Estado islámico". El cambio significa que los antiguos Estados, creados por los poderes coloniales occidentales después de la Primera Guerra Mundial, se han eliminado. Sólo será un Estado islámico que abarque todos los antiguos y actuales territorios islámicos, incluida Palestina (comprendiendo a Israel).

Se trata de un fenómeno nuevo y aterrador. Es cierto que hay muchos partidos y organizaciones islamistas en el mundo musulmán - del partido gobernante en Turquía a la Hermandad Musulmana en Egipto, y el Hamas palestino-. Pero casi todos reducen su campo de batalla dentro de las fronteras nacionales: Turquia, Siria, Palestina, Yemen. Ellos quieren ganar poder y control dentro de sus respectivas naciones.

Incluso Osama bin Laden quería, más que nada, tomar el poder en su país natal, Arabia Saudita.

El Isis es algo profundamente diferente. Quiere destruir a todos los Estados, especialmente aquellos musulmanes que los imperialistas occidentales han cortado de la tierra del Islam. Todo rematado con una brutalidad salvaje, elevado a un símbolo religioso, para ostentar en el camino de la conquista del mundo musulmán, y después el resto del mundo.

Puede parecer un objetivo ridículo, dado que todo el grupo está formado por unos pocos miles de combatientes. Sin embargo, esta pequeña fuerza ya ha capturado una gran parte de Siria e Irak. Expresa el deseo Musulmán de revivir las antiguas glorias, su odio hacia aquellos (incluidos nosotros) que han humillado Islam, una sed de valores espirituales.

No se puede dejar de recordar los inicios del movimiento nazi, su resentimiento, su sed de venganza, el grado de atracción hacia los pobres y humillados. Puede ser suficiente sólo unos pocos años, para que se convierta en una gran fuerza, capaz de amenazar a los países de esta región.

¿Es capaz de amenazar a Israel? Ciertamente. Si mantiene su dinamismo, será capaz de derrocar al régimen de Assad y alcanzar las fronteras de Israel, donde otros rebeldes islamistas ya han disparado los primeros tiros la semana pasada.

Con esa amenaza que se avecina en el norte, me parece ridículo luchar contra una pequeña fuerza islámica y patriota en Gaza, aunque maldiga el nombre del Señor.

Quizás hay poco tiempo para alcanzar la paz con el movimiento nacional árabe y, en particular, con el pueblo palestino - incluyendo la OLP y Hamas - y unir fuerzas en la lucha contra el Estado islámico.

La alternativa es aterradora.

 

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