Todavía desaparecido Mons. Pietro Shao Zhumin, obispo de Wenzhou, no reconocido por el gobierno

El obispo debía llegar al aeropuerto de Wenzhou, pero no fue llevado a su casa. Mons. Shao fue recogido por la gente del gobierno y acompañado a un lugar desconocido. Sus sacerdotes no lo han visto en su casa. Las cifras actualizadas de las comunidades Wenzhou: 130 mil católicos.

Wenzhou (AsiaNews) - Mons. Pietro Shao Zhumin, obispo ordinario de Wenzhou, está todavía bajo custodia policial en un lugar desconocido. La noticia dada por AsiaNews hace dos días (Wenzhou: Mons. Shao volvió a la diócesis escoltado por la seguridad pública") es cierta, pero sólo en parte. Hace tres días, de hecho, el obispo fue visto en el aeropuerto de Wenzhou, a la espera por el equipaje. Unos fieles que estaban allí por un evento incluso le han tomado una fotografía (v. Foto). De ahí la conclusión, extendida por algunos de los fieles, de que el obispo fue finalmente llevado de vuelta a su ciudad.

Pero al día siguiente algunos sacerdotes de la diócesis han señalado que el obispo no había sido visto a su casa.

Cuando recogia su equipaje en el aeropuerto, el prelado estaba con algunos representantes del gobierno (¿policía de paisano?) que lo acompañaron en un coche, un Volkswagen, y lo escoltaron no a su casa, sino a un lugar desconocido.

Mons. Shao, de 54 años, pertenece a la comunidad clandestina, no reconocida por el gobierno, pero él es el obispo ordinario de la diócesis de Wenzhou. Había sido capturado por la policía el 18 de mayo por casi un mes, y luego volvió a aparecer en el aeropuerto. Se cree que su ausencia, al igual que otros en el pasado, se deben a querer convencerlo de unirse a la Asociación Patriótica, para estar sujeto a su control, teniendo en cuenta que los llamados obispos "clandestinos" son considerados "poco fiables".

Sacerdotes de la diócesis de Wenzhou dieron las cifras de la última población católica: los fieles serían 130 mil, de los cuales más de 80 mil pertenecen a la comunidad no oficial. Pero las relaciones entre las dos comunidades, después de un turbulento pasado, ahora son buenas.