Tierra abrasada: la nueva política de Beijing contra los uigures
El cerco se cierra cada vez más sobre las libertades, dando mayor poder a la policía y al espionaje. Chen quiere reducir el número de mezquitas y reforzar el control sobre los jóvenes. Desarrollo económico para resolver el conflicto entre etnias. Potenciamiento de la agricultura y del sector textil. Las autoridades intensifican los esfuerzos para hacer frente al terrorismo, pero los ataques continúan sin cesar. Por gentil concesión de la Jamestown Foundation (Traducción de AsiaNews).
Hong Kong (AsiaNews) - Con el pretexto de participar en la guerra contra el terrorismo, la administración de Xi Jinping ha impuesto restricciones duras y sin precedentes a las libertades y derechos de 10 millones de uigures que viven en la Región autónoma uigur de Xinjiang (Xuar). Lo que ha marcado el cambio en la política del presidente Xi en Xinjiang ha sido la sustitución del Secretario del Partido de la región, Zhang Chunxian (张春贤) – un elemento moderado muy conocido por sus “métodos suaves y flexibles en la conducción de Xinjiang” – con Chen Quanguo (陈全国) (Dwnews.com [Beijing], 29 de agosto, 2016; Ming Pao [Hong Kong], 28 agosto, 2016).
De todos modos, la persistencia de la violencia en Xuar plantea dudas acerca de la eficacia de la estrategia draconiana de Beijing en lo que respecta a la implementación del changzhi jiu’an (长治久安; “Orden perenne y Estabilidad”).
Chen, de 61 años, que anteriormente se desempeñó como Secretario del Partido en la vecina Región del Tíbet entre 2011 y 2016, durante su primer encuentro con los grupos locales anunció un paquete de diez reglas restrictivas y comprehensivas para poner freno a la actividades anti-Beijing en Xinjiang. Las mismas incluyen el apoyo en la colecta de información [espionaje]; el reforzamiento del control ejercido sobre los medios y sobre “el espacio de Internet”; golpear algunos sacos de resistencia uigur siguiendo la ley; el potenciamiento del “trabajo religioso”, promoviendo la aplicación de la ley en la ciudad y en el campo; el aumento del control en los límites de Xinjiang; el mejoramiento de la “gestión del orden público”(People’s Daily, 18 de septiembre de 2013).
Lo que los críticos denominan la política de la tierra abrasada ha empujado los confines del Estado policíaco orwelliano, llegando a sus límites más extremos. En noviembre, todos los residentes de Xuar tuvieron que entregar sus pasaportes a la policía, y éstos quedaron bajo custodia. En particular, los uigures que deseen viajar al exterior deben afrontar un elaborado control de la policía antes de poder obtener nuevamente sus documentos de viaje (Hong Kong Free Press, 25 de noviembre, 2016; Human Rights Watch, 21 de noviembre, 2016).
La policía también tiene bajo su mira las armas que son utilizadas en los ataques. Las armas de fuego están muy atentamente reglamentadas en China, donde los crímenes más violentos, incluyendo el caso de Xinjiang, ocurren con el uso de cuchillos y hachas.
Por el momento, las autoridades exigen a quien compra un cuchillo que haga grabar su nombre y el número de su documento de identidad en el mismo. En base a lo especificado en las circulares de la policía que están fijadas a los muros de los negocios que venden cuchillos, esta restricción se aplica tanto a cuchillos de cocina, como a cuchillas de carnicero, a las hachas que son usadas para matar a los animales y a los cuchillas de corte que son utilizados para la producción de géneros, a las espadas utilizadas en las artes marciales, a la hoz en las granjas, a las hachas y a otras herramientas de metal con filo. (Radio French International, 10 de enero; Oriental Express [Hong Kong] 10 de enero). Estas medidas a menudo son completadas con la inspección corporal de los uigures que la policía y los grupos paramilitares de la Policía armada del pueblo (PAP) enucentran sospechosos y que se llevan cabo tanto en las estaciones de la línea de subterráneo metropolitana, de los buses, en los aeropuertos y en los puestos de control ubicados a lo largo de las carreteras.
Combatir el terror con la Guerra del pueblo y las políticas comunitarias
Chen ha promovido el concepto de “guerra del pueblo” contra las fuerzas desestabilizadoras; dicho concepto fue utilizado por primera vez por parte de Beijing en el año 2008, durante la fase preparatoria de las Olimpíadas estivales en la capital. El ministerio de Seguridad Pública supo contratar a casi 850.000 voluntarios en calidad de vigilantes para controlar a las “personas sospechosas” de entre sus mismos vecinos inmediatos (ver China Brief, 17 de julio, 2008). Desde la terrible revuelta contra Beijing ocurrida en Urumqi en julio de 2009, que provocó la muerte de casi 200 chinos de etnia Han, las autoridades de Xinjiang han destinado generosos fondos para transmutar a residentes ordinarios chinos de etnia Han y convertirlo en espías part-time. En agosto de 2014, las autoridades de Xuar quebraron todos los records estableciendo recompensas de 400 millones de yuanes para los ciudadanos que pudieran brindar información y otro tipo de asistencia a fin de desenmascarar una célula “terrorista” en el condado de Maiyu, en el distrito de Hotan. Con la asistencia de 30.000 residentes, en su mayor parte chinos de etnia Han, la policía fue capaz de localizar a una pandilla de 10 uigures En la batalla que devino, nueve uigures resultaron muertos y uno fue capturado. No hubo ni un solo policía o voluntario Han chino herido. (People’s Daily, 4 de agosto, 2014; Wen Wei Po [Hong Kong], 4 de agosto, 2014).
Desde los primeros años de esta década, Xinjiang ha sido pionero a la hora de establecer la cunjing (村警), o policía aldeana, cuyo objetivo es asegurar la estabilidad política en la zona relativamente remota del sur y el oeste de Xuar, donde el número de uigures supera ampliamente al de los chinos de etnia Han. A diferencia de la policía o de la PAP, haciendo referencia a pueblos específicos, los oficiales cunjing participan de la vida campesina cotidiana y patrullan los territorios que les son asignados durante la noche. La experiencia de Xinjiang ha demostrado ser tan eficaz, que otras cinco provincias y regiones con amplias minorías étnicas han adoptado el sistema de la cunjing (China News Service, 6 de mayo, 2016; Tianshan Net, 11 de abril, 2014). Además, Chen ha alimentado el aparato de vigilancia con la introducción de una red laberíntica de “comisarías a la orden del día” tanto en zonas urbanas como en rurales. Estos apartaos del orden público son, por un lado, centros de consulta donde entablar contacto con los ciudadanos y donde la policía y otros oficiales ayudan a los residentes a obtener beneficios del Estado como el seguro médico y los subsidios para portadores de discapacidades graves. Por otro lado, estas “comisarías ambulantes” también funcionan como lugares sonde se recogen y filtran datos, en los cuales la policía se mezcla entre los ciudadanos que podrían aportar suculentas noticias sobre sus vecinos uigures. Sólo para la capital Urumqi están previstas 950 comisarías de este tipo (Foreign Affairs, 23 de diciembre, 2016; South China Morning Post, 12 de diciembre, 2016).
Chen también ha elevado la apuesta en lo referente al control ejercido sobre la vida religiosa, cultural y académica de los uigures. Un gran número de policías, tanto de uniforme como de civil, y oficiales PAP se desempeñan en actividades de monitoreo de las mezquitas de Xuar, que son vistas por las autoridades chinas de etnia Han como focos de radicalización de los jóvenes uigures. A pesar de su reputación de líder tolerante, el anterior jefe del partido, Zhang, había implementado una política por la cual a los hombres les estaba prohibido dejarse crecer la barba y tenerla larga, y a los jóvenes estudiantes se le prohibía observar el Ramadán. Pareciera ser que el Secretario del Partido, Chen, se está orientando a la idea de reducir gradualmente el número de mezquitas, en particular en Xinjiang meridional y occidental. Al año 2015, en la región autónoma se contaban 20.000 mezquitas, es decir 10 veces más que las que se registraban hace 30 años (Xinhua, 2 de marzo, 2015). En todo caso, muchos expertos Han (chinos) de cultura uigur están convencidos de que las mezquitas son el primer lugar de formación en el fundamentalismo islámico y en los sentimientos anti-chinos. Por este motivo, el número de lugares de culto podría ser reducido, no obstante la oposición que puede anticiparse por parte de los uigures (China Review Net, 28 de noviembre, 2013; Club.China.com, 1 de julio, 2013).
La zanahoria económica
El liderazgo de Chen es optimista de que las inversiones del gobierno central y las empresas de propiedad estatal en esta región autónoma mejorarán la calidad de vida de los uigures - disolviendo las tensiones étnicas. Desde su incorporación a la oficina, Chen ha aplicado un enfoque de "doble golpe", con la combinación de una fuerte represión y los incentivos económicos. "El desarrollo [económico] es la clave para resolver todos los problemas", dijo Chen en enero (Xinjiang Daily, 10 de enero). El PIB de Xinjiang esperado para el 2016 era de 955 millones de yuanes, un aumento del 7,6% respecto a la de 2015. A pesar de la expansión económica superior en un punto porcentual por encima de la media nacional, el valor ha sido una decepción porque el Xinjiang occidental debería ser una piedra angular para el importante y ambicioso plan de acción de la infraestructura global del presidente Xi "Un cinturón y un camino (One Belt One Road)” (Finance.china.com, 12 enero; Xinjiang Daily, 2º de agosto, 2016. Además, es un hecho bien establecido que los chinos Han viven en mucho mejores condiciones económicas que los uigures vecinos. Estadísticamente, el nivel de la instrucción china Han es muy superior y conduce a mayores oportunidades económicas. En el plano personal los chinos Han a menudo tienen el necesario guanxi ("conexiones") de las amistades y favores para encontrar trabajo e introducir inversiones de diferentes partes de China.
En honor de Chen, hay que decir que, además de atraer proyectos de mega-infraestructura, se está prestando atención a la modernización de la agricultura, un área de la que los uigures podrían beneficiarse. Urumqi promueve la agricultura ecológica y orgánica, así como el turismo agrícola (Xinjiang Daily, 11 de enero; Xinjiang Economic Daily, 21 de Diciembre, 2016). Además, el gobierno ha subrayado la reactivación de la industria textil en Xinjiang - el sector que tiene potencial para emplear un gran número de uigures y chinos Han. De acuerdo con el 13er Plan Quinquenal del gobierno regional (2016-2020), Xinjiang se convertirá en un centro clave de la producción textil. Y ampliar la cadena industrial del algodón hilado hasta la producción de prendas de vestir. En 2020, se espera que Xinjiang producirá alrededor de 500 millones de prendas al año y creará más de 600 mil puestos de trabajo (China Daily, 15 de Febrero, 2016).
¿Tendrá éxito la nueva estratagema de Chen? Pocos observadores de Xinjiang dudan el celo y las largas horas que el líder del partido comprometido con su trabajo. Desde el momento de la anterior secretario del partido, Wang Lequan – considerado el "emperador de Xinjiang" que dirigió el XUAR del 2002-2010 - la posición de secretario del partido de Xinjiang ha traído consigo el acceso al Politburó. Si desea ganar la confianza del Presidente Xi, Chen es probable que se introduzca en el Politburó durante el congreso del partido programado para el 19 de este otoño. Esto a pesar del hecho de que, como afiliado, Chen es mucho más cercano al primer ministro Li Keqiang, quien es el máximo representante de la gran reducción de la facción de la Liga Juvenil Comunista. Chen representaba uno de los vicepresidentes de Li cuando éste desempeñaba las funciones de gobernador en el cargo, gobernador y secretario del partido de la provincia de Henan de 1998 a 2004 (BBC Chinese, 27 de septiembre, 2016; Ming Pao [Hong Kong] 30 de agosto de, 2016).
De todos modos, desde que Chen asumió el cargo, los ataques terroristas no disminuyeron. En septiembre pasado, un jefe adjunto de la Oficina de Seguridad Pública, en el condado de Pishan, Distrito de Hotan, murió y varios policías resultaron heridos al intentar exponer una célula terrorista clandestina que operaba como una fábrica de explosivos. Esto a pesar de que la policía se refiere a Pishan - conocida como una base de activistas anti-Beijing - a niveles significativamente más altos de seguridad (Radio Free Asia, 19 de septiembre, 2016; Radio French International, 19 de Septiembre de 2016).
Sin embargo, a finales de diciembre, activistas uigures detonaron una bomba lanzando un vehículo dentro del edificio del comité del partido del condado Maiyu. Cinco personas, entre ellas un funcionario chino Han, un policía y tres atacantes uigures murieron en el tiroteo subsiguiente (Xinhua, 29 de diciembre, 2016; Oriental Express 29 de diciembre de 2016).
Igualmente significativo es el hecho de que un número cada vez mayor de jóvenes uigures se han convertido en yihadistas radicalizados. Muchos fueron capaces de salir de esta región autónoma y se unieron a los grupos terroristas internacionales, incluidos los talibanes y el Estado Islámico. La policía turca ha detenido a varios jóvenes uigures sospechosos de estar implicados en el ataque de Año Nuevo a la discoteca en Estambul que mató a 39 personas. Los medios de comunicación oficiales chinos han afirmado que saben que los yihadistas uigures llegaron a Turquía a través de Tailandia y Malasia (Global Times, 13 de enero; Deutsche Welle, 6 de enero; Hurriyet Daily News [Ankara], 4 de enero).
Conclusiones
La intensificación de los mecanismos estatales de policía iniciadas por Chen ha obviamente fallado, para impedir el crecimiento del radicalismo en la región autónoma. Según lo indicado por Patrick Poon, investigador de Amnistía Internacional para China "las estrategias represivas [en Xinjiang] se han vuelto un boomerang". "Cuando el pueblo uigur ya no pueda tolerar las medidas discriminatorias, algunos de los radicales pudieran reaccionar" ha añadido. "Las medidas restrictivas de las autoridades nunca traerá paz a la región." [1] Para muchos intelectuales liberales chinos, el camino a la estabilidad perenne en Xinjiang no es la opresión, sino la reanudación del diálogo entre los Han y los uigures - especialmente con las generaciones más jóvenes que tienen miedo de perder su identidad religiosa y cultural. "¿Cómo podemos crear una cultura común y multifacética [en Xinjiang] sin un espacio público para el recíproco [diálogo]?", Se pregunta Wang Hui, profesor de la Universidad de Tsinghua, un respetado intelectual público (Dong Yue Tribune, 18 de Mayo, 2016) .
Aunque sea por un corto tiempo, las autoridades de Xinjiang han hecho esfuerzos para la reconciliación de los frentes étnicos. En marzo de 2016, el ex secretario del partido Zhang había designado el año como "Año por la Unidad y el Progreso de las Nacionalidades." Aunque subrayando la dirección imperativa de la CPC, Zhang instó a "los diferentes nacionalidades en [Xinjiang] para mejorar su comunicación, el intercambio y mezcla". "Los miembros de diferentes nacionalidades deben respetarse mutuamente, conciliar y apreciar uno al otro", dijo Zhang, añadiendo que deben "aprender unos de otros, ayudarse mutuamente con aquellos que los sentimientos unen a ellos para seguir creciendo" (People’s Daily, 30 de Marzo, 2016). Por desgracia, Zhang perdió la posición cinco meses más tarde, y el “Año por la Unidad y el Progreso de las Nacionalidades" se ha convertido en una cosa del pasado.
Notas:
[1] Entrevista del autor con Patrick Poon, 16 de enero.
17/12/2016 13:14