Taskent, cae el trabajo forzado en los campos de algodón
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2018 el uso de trabajadores tratados como esclavos disminuyó un 48%. El 70% del territorio es usado para el cultivo de algodón y trigo. Uno de cada 5 adultos es empleado en la cosecha. Formas de los capataces y multas incentivan la explotación.
Taskent (AsiaNews) – El último informe de la Organización internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas resalta que en el 2018, por primera vez, hubo una caída de la mano de obra forzada en los campos de algodón en Uzbekistán. Sin embargo, sus resultados son cuestionados por los activistas de Cotton Campaign, que desde hace años denuncian las condiciones de trabajo forzado a las cuales se somete a la población -inclusive a médicos y docentes- con tal de hacer progresar la industria más rentable del país. La ONG admite que hay “esfuerzos significativos de parte del gobierno”, pero subraya también que en el país “persiste una explotación sistemática del trabajo”.
La cosecha anual del algodón es una antigua práctica en el país de Asia central, a la cual son obligados también los niños. El informe de la OIT se llama: “Third party monitoring of child labour and forced labour during the 2018 cotton harvest in Uzbekistan” y fue publicado el 1°de abril. El documento cita los datos del Banco Mundial, según el cual Uzbekistán es el sexto productor en el mundo de algodón. Para la irrigación de los campos este destina el 65% de los propios recursos hídricos y el 13% de aquellas eléctricas.
En el pasado, varios países a nivel mundial -incluida la Unión europea- boicotearon el algodón exportado por Uzbekistán, fruto del trabajo forzado de miles de menores. De todos modos, el año pasado la OIT anunció que se había puesto fin a la explotación de menores, gracias al nuevo camino de reformas emprendido por el presidente Shavkat Mirziyoyev, que sucedió al recordado líder Islam Karimov.
Cada año, la cosecha se extiende desde septiembre hasta la primera semana de diciembre. Según la agencia de la ONU, en 2018 el sector usó 170 mil trabajadores reducidos a esclavos, o sea un 48% menos. Al mismo tiempo los salarios “aumentaron hasta el 85% respecto al precedente período de cosecha” y “los cosecheros fueron pagados en tiempo y en modo correcto”. Según los expertos, sobre una población total de 27 millones de habitantes, uno de cada cinco adultos (es decir, 2.5 millones) trabaja en los campos cada año. Además más del 70% de los campos son cultivados con algodón y trigo, a pesar del intento de diversificar la producción agrícola.
Ayer Cotton Campaign difundió los resultados de una investigación independiente efectuada por la ONG alemana Uzbek-German Forum for Human Rights (UGF). En 2018 esta última realizó 300 visitas a los campos, monitoreando más de 100 empresas, efectuando 70 entrevistas. Para los activistas, existen “señales de progreso, pero permanecen enormes desafíos”, debido, sobre todo, a factores estructurales. Según la directora Umida Niyazova, ellos son: el sistema jerárquico de cuotas de trabajo que lleva a los funcionarios a mandar a la gente común a los campos; la producción centralizada y la escasa mano de obra, sobre todo en los distritos rurales, que aumentan la demanda de trabajo de los voluntarios; el hecho de que el gobierno continúe asignando cuotas fijas de producción a las regiones y descargue sobre las espaldas de los funcionarios la responsabilidad de los objetivos de producción. Estos últimos a su vez, para evitar las multas o su despido, piden a los empresarios, al sector público y a las escuelas proveer empleados.
18/09/2020 15:30
15/02/2018 12:26