Talibanes de Pakistán: 500 mujeres suicidas dispuestos a matar por la sharia en el país
Islamabad (AsiaNews) - Los talibanes paquistaníes tienen disponibles más de 500 mujeres suicidas, más de 1.300 jóvenes estudiantes de las escuelas coránicas, dispuestos a inmolarse con el fin de lograr el objetivo fijado por los fundamentalistas: introducir la sharia, o ley islámica, en el país. En las últimas semanas, el Tehreek -e- Taliban Pakistan (TTP) ha llevado a cabo una serie de ataques suicidas contra objetivos sensibles, entre ellos policías y miembros de la seguridad, para vengar la muerte de los compañeros y afiliados al luchador movimiento extremista; según el último proclama la violencia continuará " hasta que estemos satisfechos" en sus demandas. Con buena forma el gobierno, tiene la intención de continuar las conversaciones para lograr un alto el fuego, y la creciente desesperación de una gran parte de la población y la sociedad civil, agravada por la violencia y en contra de la "islamización " gradual del Estado.
Con
el fin de lograr un alto el fuego, los talibanes han colocado una serie de
limitaciones que no pueden ser tratados entre ellas: introducción de la sharia
en el país, un sistema educativo con impronta islámica, y la liberación de
todos los terroristas y combatientes, incluyendo a los asesinos de
Salman Taseer y Shahbaz Bhatti; la cesión de todas las zonas tribales y la
retirada del ejército; el fin del sistema bancario basado en intereses; ruptura
del pacto con los Estados Unidos en la guerra contra al terrorismo; reemplazar
el modelo democrático con un régimen islámico.
Hoy
está prevista la segunda reunión entre Islamabad y los talibanes, como parte de
una serie de conversaciones de paz que se puso en marcha a principios de este
mes y que ya han planteado serias preocupaciones y una fuerte polémica. Una
parte sustancial es favorable a la tentativa y la presiona a suscribir un
acuerdo que ponga a un lado las armas y marque el fin de los ataques dirigidos
y ataques sangrientos; por el contrario, hay una gran porción que está
empujando para la operación militar y señalan con el dedo contra
el sistema judicial, incapaz de castigar a los culpables.
Si,
por un lado, los militares han detenido las operaciones de aviones no
tripulados y el primer ministro Nawaz Sharif confirmó su determinación de
seguir el camino del diálogo, la TTP continúa lanzando ataques sangrientos en
todo el país, y sólo en el último período de la guerrilla fundamentalistas ha
cobrado al menos siete ataques, incluyendo la explosión de un autobús de la
policía en Karachi que mató a 12 agentes. Blanco
de los extremistas ha terminado por ser una población tribal de unos pocos
miles de personas se asentaron en el valle de Kalash, sus miembros han vivido
durante siglos en una zona remota del noroeste de Pakistán, fronteriza con
Afganistán, son de carácter pacífico y profesan una religión pagano y politeísta.
Su
líder apoya firmemente la educación en la región, la convivencia pacífica y el
diálogo entre los residentes, los talibanes los han advertido a "convertirse
al Islam o ser sacrificados".
Para
el resto de los líderes talibanes paquistaníes actuales, basadas en el modelo y
los ideales del fundador histórico Ali Jinnah en su histórico discurso al
Parlamento en 1947 (el pluralismo, la libertad religiosa, Estado laico, la
igualdad de derechos para los musulmanes, cristianos, sikhs, hindúes, etc...)
no es digerible. Y
el primer objetivo es, precisamente, el cambio radical de la Constitución, que
ha de ser el modelo de los dictados de la sharia, así como el sistema legal. Una
visión que, para muchos analistas y el lado liberal del país, va a terminar
"psicológicamente devastando a Pakistán en su esencia primaria". Con
los continuos ataques, muchos de ellos dirigidos contra la policía y las
instituciones, los líderes de la TTP dan la impresión de ser más fuerte que el
mismo Estado, y que puede afectar a cualquiera. Y
siguen fomentando un sentido de inseguridad y tensión que eventualmente pisotean
primero que toda a víctimas inocentes. Para
esto es cada vez mayor el consenso entre la población para una operación
militar a gran escala, lo que pondría fin a la amenaza de los talibanes en el
país.