Silsilah, diálogo y educación al centro de la ‘Semana de la armonía religiosa’

“Celebrar el poder transformador del amor de Dios y el amor al prójimo por el bien común” es el tema de la edición 2018. Cerca de 250 docentes islámicos han participado en el encuentro, junto a los más respetados religiosos de Zamboanga. El p. Sebastiano D´Ambra: “Las reflexiones de algunos, en línea con el mensaje del Papa Francisco contra la violencia en nombre de la religión”.

Zamboanga (AsiaNews)- Se concluyó ayer en Zamboanga (Mindanao), la “Semana mundial de la armonía religiosa” (WIHW, 1-7 de febrero, promovida por el movimiento para el diálogo y la paz Silsilah (en árabe: cadena, ligamen, Ndr), fundado por el misionero del PIME, el p. Sebastiano D´Ambra en 1984. La iniciativa llegó a su sexta edición y el suceso alcanzado alentó a grupos interreligiosos de Zamboanga en formar una asociación: la United Nations Interfaith-Harmony Partners-Zamboanga (Uni-Hp-Z). Forman parte de ella los 35 socios, organizaciones operativas en el ámbito de la educación, que han coordinado y financiado las numerosas actividades de la edición 2018, que tenía como tema “Celebrar el poder transformador del amor de Dios y el amor al prójimo por el bien común”.

El año pasado, la isla de Mindanao estuvo en el centro de los sangrientos enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los Maute, un grupo terrorista inspirado en el Estado islámico, que por 5 meses han asediado la ciudad islámica de Marawi. Las violencias han causado la muerte a al menos 1,131 personas y suscitó tensiones étnico-religiosas en el territorio, donde se concentró la mayor parte de la población musulmana de Filipinas, cerca del 20% de aquella total.

“En calidad de promotor de este programa-cuenta el p. Sebastiano D´Ambra- estuve presente en la mayor parte de los eventos importantes en la ciudad y seguí las mismas actividades desarrolladas a nivel nacional. He focalizado mi intención sobre un proyecto desarrollado en Zamboanga, dedicado a todos los docentes musulmanes de Lengua árabe y educación a los valores islámicos (ALIVE) del Departamento de educación DepEd) bajo la guía de Haja Sara Handang”. La educadora musulmana y activista para el diálogo religioso es un miembro comprometido de Silsilah. Ella está c omo jefa del MPE, el Programa educativo para las madrasas (escuelas coránicas, Ndr). El proyecto, financiado por el gobierno de Filipinas, ofrece un estándar de instrucción de base a todos los docentes de Alive en las madrasas públicas y privadas del país.

Cerca de 250 docentes han tomado parte en el encuentro del 2 de febrero (foto), junto a los a los más respetados religiosos de Zamboanga. El p. D´Ambra subraya la importancia de este momento de diálogo: “El espíritu de sincera amistad y respeto por Silsilah que los participantes han demostrado en esta ocasión muy tocantes. Escuché a los líderes musulmanes presentar al islam como una religión de paz y alentar a los docentes a dejarse guiar por el espíritu bueno de la religión y no por aquellos que promueven la violencia. En este contexto, encuentro las reflexiones de algunos líderes musulmanes en línea con el mensaje de Francisco”.

El p. D´Ambra cita las palabras que el pontífice ha pronunciado el pasado 2 de febrero en la audiencia con la Conferencia “Tackling violence committed in the name of religion”. Durante el discurso dirigido a los presentes, él había declarado: “La violencia que propaganda y actúa en nombre de la religión no puede que atraer la desacreditación hacia la religión misma; como tal, debería ser condenada por todos y con especial convicción, por el hombre auténticamente religioso, el cual sabe que Dios es solamente bondad, amor, compasión y que en Él no puede haber espacio para el odio, el rencor y la venganza (…). Es necesario por lo tanto comprometerse juntos, líderes políticos y responsables religiosos, docentes y operadores de la educación, de la formación y de la información, para advertir a cualquiera fuese tentado por formas perversas de religiosidad descarriada, que ellas nada tienen que ver con el testimonio de una religión digna de este nombre”.