Sacerdote indio ordenado en Abu Dhabi: No me pude resistir a la llamada del Señor
El Padre Darick Paul D’Souza fue ordenado a principios del mes de enero por Mons. Hinder en Abu Dhabi. Él es hijo de padres migrantes. La llamada vocacional ocurrió en el momento de la ordenación episcopal del vicario apostólico de Arabia meridional. “Pero no lograba creerlo. Además tenía un buen empleo. Pero comprendí que necesitaba ser sacerdote”. Actualmente está en la India: “Mi lugar está aquí”.
Bangalore (AsiaNews) – La verdad es que “yo jamás imaginé que me volvería sacerdote. Pero cuando Mons. Paul Hinder fue ordenado obispo de Arabia, algo me conmovió. Entendí que la vida consagrada era algo bellísimo, el hecho de testimoniar el Evangelio. Esa ceremonia me hizo entender que yo debía estar al servicio de Dios, al servicio de la humanidad. La llamada se volvió cada vez más evidente.”. Quien habla es el Padre Darick Paul D’Souza, uno de los dos sacerdotes indios ordenados por el vicario apostólico de Arabia meridional al inicio del año. El sacerdote cuenta a AsiaNews cómo nació su vocación sacerdotal: “Al comienzo, no creía que ésa fuera mi tarea. Pero luego comprendí que era la llamada de Dios”.
El Padre Darick Paul proviene de una familia católica india, que se mudó a Dubai cuando él era muy pequeño. Los padres son migrantes en busca de trabajo, y en los Emiratos sus hijos crecieron de acuerdo a las enseñanzas de la religión cristiana.
“Esto fue posible –explica el sacerdote- porque la libertad religiosa está garantizada en los siete Emiratos. Los Emiratos son una nación hospitalaria y pacífica. Si bien el 90% de la población es de fe musulmana, los inmigrantes católicos que vienen del exterior pueden profesar libremente su credo, sin restricciones. Es más, aquí la religión es fortalecida y mantenida viva por la comunidad cristiana y por la iglesia local”.
Cerca del 80% de la población local proviene de otros países asiáticos, como la India, las Filipinas o Sri Lanka. Los trabajadores son incorporados a la sociedad y ayudan económicamente a los familiares que quedaron en su patria. El Padre Darick Paul incluso tenía un empleo gratificante y bien retribuido: trabajaba en el sector de la informática.
La suya ha sido una vocación adulta, consciente de las implicaciones en la vida a futuro. “Transcurrí dos años –dice- haciendo madurar mi vocación, pero finalmente me di cuenta de que era inevitable, y le dije a Mons. Hinder que necesitaba volverme sacerdote. Esa era mi elección”. Con respecto al testimonio del Evangelio en un país musulmán, dice: “Nuestra misión en esta parte del mundo es un gran desafío: es testimoniar nuestra fe de manera respetuosa, sin tratar de convencer a nadie, tan sólo mostrando la belleza del Evangelio con los hechos. Éste es también el mensaje del Papa Francisco”.
El Padre Darick luego refiere que a partir de su elección vocacional se le presentaron otros desafíos. “Fui a ver a mi empleador –continúa- y le dije que quería dejar el trabajo. Llegado ese punto, él me dijo que la empresa estaba dispuesta a ofrecerme un puesto mejor. Estaba perturbado, no sabía cómo manejar la situación”.
Pero la “decisión era irreversible”. Luego de seis meses más en la empresa, que eran necesarios para poner fin a sus responsabilidades laborales, el padre Darick pasó un primer período de noviciado en Sri Lanka, y luego concluyó su formación en la India, en Karnataka (el Estado del cual son oriundos sus padres) dentro de la Orden de los Hermanos menores capuchinos.
Actualmente, luego de la ordenación en Abu Dhabi, él está de regreso en Karnataka. Por ahora se ocupará sobre todo de las confesiones y será el asistente de la iglesia de St. Anthony de Bangalore, donde desempeñará el rol de tesorero. Sin embargo, nada dice “que en el futuro no pueda volver a los Emiratos. Allí maduró mi vocación, pero por ahora mi lugar está en la India”.
