Sacerdote de Damasco: Más allá del Covid, los sirios están hambrientos y desesperados
La gente hace cola durante horas para conseguir un poco de pan a precio subvencionado. Los niños faltan a la escuela y deambulan por las calles en busca de dinero. PMA: 12,4 millones de personas en condiciones de "inseguridad alimentaria". La pandemia de Covid-19 "se ignora, porque la gente no puede darse el lujo de no trabajar".
Damasco (AsiaNews) - “El hambre también se puede ver en las calles, en personas desesperadas que se levantan a las tres de la mañana y pasan horas en largas colas (en la foto) para comprar pan, y a las 8 van a trabajar. Cuando regresan a casa por la tarde, solo tienen fuerzas para arrastrarse hasta la cama”, cuenta a AsiaNews el P. Amer Kassar, sacerdote de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, de Damasco y confirma que existe una situación cada vez más dramática en Siria, donde una parte creciente de la población se encuentra en riesgo de hambre. “El pan cuesta 250 liras, pero se requieren horas para comprarlo. La alternativa son los hornos privados, donde no hay cola, pero allí cuesta mil liras y pocas personas se lo pueden permitir. Y luego los niños -continúa el cura- que no van a la escuela y deambulan por las calles, buscando algún trabajo que ayude a mantener la familia”.
La gravedad de la situación, no solo en Damasco sino en muchas zonas y centros urbanos del país, también se desprende de los datos sobre la pequeña delincuencia y la violencia relacionada con ella. “Otro aspecto muy grave que desde hace tiempo se está verificando en la capital - subraya el P. Kassar - son los ladrones que cometen cada vez más robos en casas y tiendas, y roban coches para revenderlos. En nuestro barrio [cristiano] hace pocos días atacaron a un hombre cuando fue a retirar dinero del banco. Los delincuentes también intentaron matarlo, y todo ocurrió por la mañana, a la luz del día. Es el 'coraje' que da la desesperación".
Según estimaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), actualmente hay cerca de 12,4 millones de personas en condiciones de "inseguridad alimentaria" en Siria, una nación devastada por un conflicto de una década que ha causado 400.000 muertos y millones de desplazados. El nivel de criticidad, advierten los expertos, en este momento es "alarmante". De los resultados de un estudio realizado a finales de 2020, afirma la agencia de la ONU, se desprende que "aproximadamente el 60% de la población" se encuentra "en situación de inseguridad alimentaria" y es de lejos "la peor cifra jamás registrada" desde que comenzó el conflicto.
En un país con unos 20 millones de habitantes, cada vez son más los que no tienen algo para comer en el almuerzo o la cena. La cifra es muy superior a los 9,3 millones registrados en mayo del año pasado y la tendencia es que seguirá aumentando en el futuro. El 83% de la población, según estimaciones de las Naciones Unidas, vive por debajo del umbral de pobreza. Diez años de guerra civil, violencia yihadista, la emergencia de los refugiados, las sanciones internacionales y la crisis de los bancos libaneses han puesto de rodillas al país, y los más afectados, como señaló el arzobispo maronita de Damasco, son los más frágiles, los enfermos, los niños y los ancianos, en medio de una crisis nunca antes vista.
“Estos últimos meses - explica el sacerdote de Damasco - han sido muy duros para los sirios, porque la lira nacional se ha devaluado considerablemente. Antes del nuevo coronavirus la proporción era de uno a 1500, ahora estamos en 3600 liras por dólar. Un salario promedio es de 25/30 dólares y los precios de las materias primas han subido significativamente debido a la inflación. El gobierno entrega bonos un par de veces al año, pero no ayudan demasiado. En muchos casos, una familia se ve obligada a sobrevivir con un dólar por día, o incluso menos ”.
En este contexto de enorme necesidad, la pandemia Covid-19 "se ignora, porque la gente no puede darse el lujo de no trabajar, de comprar mascarillas o geles para la higiene personal". La Iglesia "está presente, pero las necesidades son mucho más grandes". Uno de los proyectos más exitosos es el de los "Hospitales Abiertos", que cuenta con dos estructuras en Damasco y una en Alepo, "pero no podemos reemplazar al gobierno ni a las organizaciones internacionales" admite desconsolado el padre Kassar. “El pueblo sirio - concluye - se encuentra en una situación terrible, sin esperanzas de futuro, sin luz al final del túnel. Necesitamos ayuda en todos los niveles, hay que flexibilizar las sanciones y garantizar la posibilidad de viajar, para que el dinero pueda entrar nuevamente a Siria. Hoy está todo paralizado por las diversas crisis que están ocurriendo en Europa y en el vecino Líbano”.
17/12/2016 13:14
12/07/2022 15:12
16/03/2023 14:58