Rusia: el convoy de ayuda fue “incendiado”, y no “golpeado” por un ataque aéreo
Los Estados Unidos, la Cruz Roja y las milicias acusan a Moscú y a Siria. Para Rusia, se trata de un enésimo acto publicitario de Al Nusra. Kerry y Lavrov intentan salvar la tregua. Ban Ki-moon acusa a todos, pero sobre todo al gobierno sirio.
Nueva York (AsiaNews/Agencias) - El ministerio ruso de Defensa ha rechazado las acusaciones según las cuales un convoy de ayuda humanitaria en Urum al-Kubra, cerca de Alepo, habría sido golpeado por un ataque aéreo ruso o sirio, afirmando, en cambio, que dicho convoy fue incendiado.
Para los Estados Unidos, por el contrario, el convoy fue golpeado por dos aviones rusos durante un ataque que ha puesto fin, de modo explícito, a la frágil tregua que ha durado poco menos de una semana.
En el incidente, ocurrido el 19 de septiembre, 18 camiones de un convoy de 31 vehículos fueron destruidos. Al menos 20 personas resultaron muertas, además de un representante de la Medialuna roja árabe. A raíz de esto, las Naciones Unidas suspendieron, desde ayer, todo transporte de ayuda humanitaria.
Además de los Estados Unidos, la Cruz Roja y las Naciones Unidas han definido el incidente como un “ataque aéreo” –que ocurrió mientras en los cielos de Alepo volaban aviones rusos Sukhoi SU-24. Sin embargo, la ONU luego corrigió su declaración, retirando la frase “ataque aéreo”, y dejando en su lugar un término más genérico: “ataque”. El vocero de la ONU para la asistencia humanitaria, Jens Laerke, precisó que la ONU no está en una posición que le permita determinar con exactitud si el convoy fue golpeado por un ataque aéreo o por un “ataque”.
Igor Konashenkov, vocero del ministerio ruso de Defensa, declaró que “hemos estudiado las imágenes de video de la escena, que fueron filmadas por los llamados ‘activistas’ y no hemos encontrado ninguna prueba de que el convoy haya sido golpeado [por un ataque aéreo]”. Destacó el hecho de que “no hay cráteres” provocados por bombas, y que los vehículos no presentan los daños típicos que son causados por bombas arrojadas desde altura.
Por el contrario, los daños visibles son típicos de un incendio, ocurrido “extrañamente” y precisamente en un momento en que las milicias rebeldes vinculadas a Al Nusra han iniciado una nueva gran ofensiva en Alepo.
Konashenkov incluso ironizó con respecto a los “Cascos blancos”, la organización humanitaria vinculada a Al Nusra, que se encuentra “casualmente en el momento justo, en el lugar justo, con sus cámaras de video”.
Sólo ellos –dijo- “pueden decir quién es el responsable”.
La ironía se refiere al uso publicitario que los “Cascos blancos” hacen a su favor, mostrando la “crueldad” de los rusos y sirios y la “inocencia” de las milicias.
La polémica, y el intercambio mutuo de acusaciones en cuanto a las responsabilidades del hecho, ocurren a pocas horas de un encuentro del Consejo de seguridad de la ONU sobre la cuestión Siria.
En Nueva York, al margen de la Asamblea de la ONU, los diplomáticos están intentando salvar y proseguir la tregua acordada entre los EEUU y Rusia, que era apoyada por el ejército sirio antes de ocurrir el incidente. Otra tegua, la semana pasada, estuvo marcada por varias violaciones.
John Kerry, secretario de Estado de los EEUU, hablando junto al ministro ruso de Relaciones Exteriores, insistió en que el acuerdo para el cese del fuego “no ha muerto”. Incluso el presidente Barack Obama declaró que “no hay una victoria militar por obtener”, y que se precisa proseguir con “el duro trabajo” de la diplomacia.
En la Asamblea general de la ONU, el secretario Ban Ki-moon tuvo palabras muy duras para aquellos que sostienen a los diferentes grupos en el conflicto sirio, acusándolos de tener “sangre en sus manos”. Pero tuvo palabras más duras aún para Damasco: “Muchos grupos han asesinado a muchos inocentes”- dijo- pero no más que lo que ha hecho el gobierno de Siria, que continúa atacando con bombas de barril los barrios habitados y tortura de manera sistemática a miles de detenidos”.
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