Riad cancela la pena de muerte para menores, tras un récord de ejecuciones en el 2019
Ya no habrá pena capital para quien sea menor de edad al momento de cometer el delito. Se sustituye por un máximo de 10 años en una cárcel de menores. El año pasado, 184 personas terminaron bajo la manos del verdugo; más de 800, desde que subió al poder el rey Salman. Murió en prisión un destacado activista por los derechos humanos.
Riad (AsiaNews/Agencias) - Arabia Saudita dejará de aplicar la pena de muerte a las personas que al momento de cometer el delito eran menores de edad. Así lo anunció la Comisión Nacional de Derechos Humanos, subrayando que la decisión, tomada el pasado fin de semana, sigue un decreto del rey Salman que marca la abolición de los azotes como forma de castigo, en particular en los casos de violación de la Sharia.
La convención de la ONU en materia de derechos de la infancia, que Riad ha suscrito, afirma que la pena capital no debe ser aplicada en delitos cometidos por menores de edad. Una práctica común en el reino wahabita, que detenta uno de los récords en cuanto a represión de los derechos humanos, perpetrada fundamentalmente por los aparatos del Estado.
En un comunicado, el presidente de la Comisión saudí, Awwad Alawwad, resalta que el decreto cancela las ejecuciones en aquellos casos en que los delitos hayan sido cometidos por menores de edad. En lugar de la horca, se aplicarán penas de hasta 10 años, que deberán ser descontadas en una cárcel de menores. “El decreto - agrega - nos ayuda a actuar un código penal más moderno”. Sin embargo, hasta el momento no hay indicaciones oficiales sobre los tiempos para la entrada en vigor de la medida.
En la monarquía saudí del rey Salman y del número dos (aunque verdadero hombre fuerte) Mohammed bin Salman (MBS), el pasado fin de semana la Corte Suprema abolió los azotes, por considerar que esta es una forma de condena que “mancha” la imagen “reformista” impresa por el gobierno wahabita. En realidad, en el país árabe - con el desinterés de la comunidad internacional, más atenta a la economía y a los petrodólares - las violaciones a los derechos humanos se suceden una tras otra. Van desde la muerte de los opositores en prisión, al récord de ejecuciones en un año, llegando al hacinamiento de más de 20.000 personas para satisfacer el afán de grandeza del príncipe heredero, que quiere construir de la nada una metrópoli 30 veces más grande que Nueva York.
A pesar de las proclamas en favor de la modernidad, según datos de Amnesty International, en el 2019 Arabia Saudita llegó a un récord de 184 condenas a muerte, la cifra más elevada en un año. El verdugo ajustició a 178 hombres y seis mujeres, y más de la mitad eran extranjeros. En el 2018 hubo 149 ejecuciones.
El dato de las ejecuciones confirma una tendencia en continuo alza, ya que en los cinco años de reinado de Salman - con una aceleración desde que MBS subió al poder - fueron ajusticiadas más de 800 personas. Se trata de una cifra que “duplica” las del quinquenio anterior, cuando el poder estaba en manos del predecesor, el rey Abdullah, bajo cuyo reinado, entre el 2009 y el 2014, terminaron bajo las manos del verdugo 423 individuos.
Los opositores y las voces críticas no solo son acalladas por la pena capital, ya que muchas veces terminan muriendo en prisión por enfermedades, porque se les deniega la atención médica. Una prueba de ello es lo que sucedió la semana pasada: murió en su celda Abdullah al-Hamid, de 69 años, una figura de primera línea en el país, fundador de la Asociación Saudí por los derechos civiles y políticos.
El hombre se encontraba en prisión desde el 2013 y cumplía una condena de 10 años por su obra en favor de las libertades y los derechos; en el pasado habían exigido su excarcelación varias ONG y movimientos, tanto en la patria como en el exterior. Antes de morir por un ACV, el hombre estuvo dos semanas en precarias condiciones de salud, pero ningún médico pudo visitarlo.
17/12/2016 13:14
30/10/2020 12:21