Represión de los uigures: Beijing también aplica sanciones contra Londres

La medida afecta a nueve ciudadanos y cuatro entidades británicas que denunciaron las violaciones de derechos humanos en Xinjiang. El 22 de marzo los chinos sancionaron a personalidades e instituciones de la Unión Europea. China responde a las medidas punitivas de EE.UU, Europa, Reino Unido y Canadá. Para Londres y para la UE, Beijing es una amenaza “sistémica”.

Beijing (AsiaNews) – China adoptó hoy sanciones contra nueve ciudadanos británicos, acusados de difundir “falsedades” sobre la situación en Xinjiang. Es la segunda ráfaga de medidas punitivas adoptadas por Beijing en los últimos días. La primera fue el 22 de marzo, inmediatamente después de que EE.UU, la Unión Europea, Gran Bretaña y Canadá dictaran sanciones contra cuatro funcionarios y un ente de gobierno chinos por la violación de derechos humanos en la región autónoma china. El gobierno chino respondió con contramedidas para penalizar a órganos de la UE, euro-parlamentarios, políticos, académicos y centros de investigación europeos.

Entre las personalidades británicas sancionadas por Beijing hay cinco parlamentarios, y uno de ellos es Iain Duncan Smith, ex líder de los Conservadores (v. foto). Todos forman parte de la Alianza Interparlamentaria sobre China, que reúne a legisladores de distintos países. El gobierno chino también azotó a cuatro grupos que denunciaron la represión de los uigures y de otras minorías de habla turca y credo islámico en la región de Xinjiang. Las personas sancionadas no podrán ingresar a China, Hong Kong, y Macao; además, se procederá a congelar los bienes que posean en territorio chino y no podrán entablar relaciones comerciales con ciudadanos e instituciones chinas.

Según datos de expertos, confirmados por las Naciones Unidas, las autoridades chinas detienen y han detenido a más de un millón de musulmanes en campos de concentración en Xinjiang, la región a la que uigures, kazajos y kirguises se refieren como el “Turquestán oriental”.

Según recientes revelaciones de la prensa, existen campos de trabajo forzado en la región autónoma china. Allí, cientos de miles de musulmanes serían empleados por la fuerza, fundamentalmente en la cosecha del algodón. Según el investigador alemán Adrian Zenz, en Xinjiang hay establecimientos textiles construidos junto a los campos de concentración. El académico sostiene que las imágenes satelitales muestran enormes grupos de personas, vestidas con uniformes, que se desplazan de un sitio al otro.

Los chinos desmienten todas las acusaciones y sostienen que en Xinjiang existen centros de formación profesional y proyectos orientados a la reducción de la pobreza y a la lucha contra el terrorismo y el separatismo. Beijing justificó las medidas contra los ciudadanos y entidades británicas con las clásicas acusaciones para estos casos: “La flagrante violación de las normas internacionales y de aquellas básicas que regulan las relaciones entre los Estados, interfiriendo en los asuntos internos de China y dañando las relaciones entre China y Gran Bretaña”.

En el reciente documento que condensa su estrategia en política exterior, el gobierno de Boris Johnson describió al gigante asiático como un “competidor sistémico” y como “la mayor amenaza estatal a la seguridad económica del Reino Unido” . Es la misma visión que ha adoptado la Unión Europea, que por el momento no ha preparado una contra-respuesta a las sanciones chinas, y se limita a hacer declaraciones de protesta.