Rangún, operativo contra los trabajadores ferroviarios en huelga
Los trabajadores ferroviarios han estado a la vanguardia del movimiento de desobediencia civil. La economía del país, cuya mayor parte está en manos de los militares, sufre los efectos de la crisis. Boicot a los productos vinculados a empresas extranjeras, especialmente de Singapur y China. La empresa japonesa Kirin rompe su contrato con un holding de la Junta. Al menos 100 policías que huyeron a la India, piden asilo político: sus superiores les ordenaron "disparar [a los manifestantes] hasta que mueran".
Rangún (AsiaNews) – Las fuerzas de seguridad lanzaron un operativo contra una serie de edificios donde los trabajadores ferroviarios llevan adelante una huelga. Los trabajadores del ferrocarril han estado a la vanguardia del movimiento de desobediencia civil que nuclea a médicos, personal de enfermería, empleados del gobierno y de la banca, y trabajadores de fábricas y comercios. Como consecuencia, la economía del país, mayoritariamente en manos de los militares, está sufriendo los embates de la crisis.
Mientras tanto, en Mandalay hoy se despliega una nueva manifestación. A medida que aumentan las marchas de protesta, también crece la violencia de las fuerzas de seguridad. Según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos, a un mes del golpe de Estado, al menos 60 manifestantes fueron asesinados y hay más de 1900 detenidos.
La población ha decidido emprender un boicot a los productos vinculados a empresas extranjeras que colaboran indirectamente con la Junta, en particular los productos procedentes de Singapur y China. La empresa japonesa Kirin, que produce bebidas, canceló su contrato con el holding Mehl, vinculado al ejército.
Hubo una clara condena del golpe de Estado por parte de numerosos países occidentales y también de una parte del Consejo de Seguridad de la ONU, donde China y Rusia frenan una moción de condena e incluso se niegan a utilizar la palabra "golpe de Estado". Por otro lado, los países de la ASEAN, cercanos a Myanmar, hasta el momento se han limitado a pedir que cese la violencia y se reanude una vía democrática "inclusiva". Pero se abstuvieron de pronunciar condenas.
Según documentos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, para mejorar su imagen en el mundo, la Junta militar birmana ha contratado al lobista israelí-canadiense Ari Ben-Menashe, que con su firma, Dickens & Madson Canada, debe instar a los países e incluso a la ONU a mirar con buenos ojos el golpe militar. En la lista de países con los que deberá ponerse en contacto figuran Estados Unidos, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Israel y Rusia.
La Junta militar también sufre un proceso de desintegración interna. Además de los 600 soldados que abandonaron el ejército y otras fuerzas del orden, en los últimos días salió a la luz la historia de al menos 100 policías que huyeron con sus familias a través de la frontera india y que ahora buscan asilo político. Algunos de ellos afirmaron que decidieron abandonar sus funciones y huir luego de que sus superiores ordenaron "disparar [a los manifestantes] hasta que mueran".
En un interrogatorio con la policía india, declararon: "En un escenario así... no tenemos la fuerza para disparar contra nuestra propia gente, que se está manifestando pacíficamente".
17/12/2016 13:14