Prohíben el ingreso a Bielorrusia de mons. Kondrusiewicz
El prelado estuvo varios días en Polonia, donde participó en algunas celebraciones marianas en Częstochowa. El Comité Estatal de Fronteras de Bielorrusia no da las razones de la medida. Las sospechas: a Lukašenko no le agradaron los gestos y comentarios del arzobispo sobre las elecciones, como tampoco su cercanía a los prisioneros. El obispo metropolitano ortodoxo de Minsk, Pavel, fue transferido a Rusia. Benjamin Tupeko es el nuevo metropolitano ortodoxo de Minsk.
Moscú (AsiaNews) - Ayer bloquearon en la frontera bielorrusa al arzobispo católico metropolitano de Minsk-Mogilev, Tadeusz Kondrusiewicz. El prelado regresaba al país luego de una visita de pocos días a Polonia, donde había participado en algunas celebraciones en honor a la Virgen de Częstochowa. El mismísimo Kondrusiewicz comunicó a Radio Svoboda que fue detenido en el puesto fronterizo de Kuznitsa Belostokskaja, a pocos kilómetros de su pueblo natal, Grodno, y que los guardias de frontera le impidieron regresar a su patria.
Hacia la noche, el vehículo oficial del prelado cruzó la frontera con su chófer y llegó a Minsk. El metropolitano, por su parte, regresó a Polonia, aguardando el desarrollo de los hechos. La oficina de prensa explica que el prelado confía en el artículo 30 de la Constitución de la República de Bielorrusia, que afirma: “Todo ciudadano de Bielorrusia tiene derecho a moverse libremente, a elegir su lugar de residencia en todo el territorio de la República de Bielorrusia, a dejar el territorio y a volver sin impedimentos”. El derecho a volver a su patria también está garantizado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y por el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, que Bielorrusia ha ratificado.
Abordado por las preguntas de los periodistas, el Comité Estatal de Fronteras de Bielorrusia se limitó a responder: “Sin comentarios”.
A través del sitio catholic.by, los católicos del lugar invitan a rezar por su obispo metropolitano; “En un momento difícil para todos nosotros, movilicémonos con la oración, manifestemos una solidaridad especial y sostengámonos mutuamente en cada situación, ya que somos de una misma y gran familia”.
Algún que otro católico baraja la hipótesis de que la prohibición se debió a las apariciones públicas del prelado y a sus llamados al diálogo, además de la iniciativa de asistir a las personas que fueron arrestadas en las últimas manifestaciones. Aunque en el pasado Kondrusiewicz tuvo buenas relaciones con el presidente Alexandr Lukašenko, sus últimos comentarios no fueron del agrado del líder bielorruso.
Hace pocos días, el arzobispo concedió una larga entrevista a un canal televisivo religioso polaco, TV Trwam, ocasión en la que defendió los derechos de la población bielorrusa.
Por otro lado, ese mismo día regresó a Rusia el metropolitano ortodoxo Pavel (Ponomarev, foto 3), quien dejó Minsk para transferirse a una sede en el Sur de Rusia, en Kuban, junto a un grupo de sacerdotes que figuran entre sus más allegados. El prelado agradeció a los numerosos fieles presentes en la liturgia matutina de despedida, y aseguró: “jamás hice distinciones entre las personas por motivos políticos; de hecho, ¡ay de los sacerdotes que se mezclan en la política… nosotros tenemos que hablar solamente en la iglesia, y no en la prensa o en Internet; ya hay gente que se dedica a esto”. Por la noche, el nuevo metropolitano de Minsk, Benjamin (Tupeko, foto 4), presidió un moleben en la iglesia de la Madre de Dios. En la homilía observó que “al pueblo bielorruso le ha tocado atravesar una gran prueba, precisamente en el año de la pandemia de coronavirus, con los desórdenes sociales de los últimos días… cuando un edificio se cae a pedazos, no se discute cómo fue construido, sino que se colabora para ponerlo en pie”. Benjamin propuso a todos abocarse a la “grandiosa y fructífera oración, el único trabajo que da resultados de verdad”.
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