Planicie de Nínive, no del patriarcado caldeo al enclave cristiano relanzada por obispos sirios

Un prelado siro- católico y dos siro-ortodoxos relanzan la idea de un área protegida para los cristianos en el norte. Y piden autonomía administrativa y protección internacional. Una posición que no representa la línea del patriarca Sako. De los caldeos y de la Iglesia iraquí la invitación a la unidad territorial, contra la trampa de los guetos.

Bagdad (AsiaNews)- Un declaración que no representa la línea del patriarcado caldeo y de la Iglesia iraquí, las cuales relanzan con fuerza el principio de la unidad del país y de la integridad territorial. Y que alejan, como por varias veces subrayó el patriarca mismo en el reciente pasado a Asia News, la idea de la creación de un enclave cristiana en el norte. Es una toma de distancia neta y sin margen de discusión aquella tomada por la dirigencia caldea, respecto a la declaración de tres prelados de la Iglesia siríaca (católica y ortodoxa) de Mosul y de la llanura de Nínive, que relanzaba el proyecto de un área reservada a la minoría cristiana para tutelarla de nuevos ataques y violencias.

En una nota Mons. Shlemo Warduni, obispo auxiliar del patriarcado caldeo, subraya que las recientes declaraciones “no representan nuestra visión” y “no reflejan nuestra posición”. Los caldeos, agrega el prelado, “están comprometidos” en sustentar el proyecto de unidad del país reafirmado en las pasadas semanas también por mar Sako “en el sitio oficial del patriarcado”.

En los días pasados tres obispos del norte de Irak-un siro-católico y dos siro-ortodoxos-difundieron una nota en la que pedían la creación de un área protegida y reservada a los cristianos, en la llanura de Nínive. Una zona que, después de su nacimiento, será colocada bajo la protección internacional, un escudo de las Naciones Unidas para proteger a la minoría cristiana iraquí de persecuciones y violencias de matriz confesional.

Promotores de la (controvertida) declaración del obispo siro-católico de Mosul, Boutros Moshe, el homólogo siro-ortodoxo Mar Nicodemus Daud Sharaf y el arzobispo siro-ortodoxo de Bartella Mar Timotheos Musa al Shamany. La creación de un área “protegida” por los tres prelados es esencial al fin de tutelar los derechos de los cristianos y para evitar el repetirse eventos similares a los sucedidos en el verano de 2014.

En la apatía de las autoridades de gobierno y del ejército iraquí los yihadistas del Estado islámico (EI) asumieron en pocas semanas el control de Mosul y de gran parte de la planicie de Nínive, expulsando a los cristianos de sus casas y masacrando a los opositores. Centenares de miles de personas han abandonado bienes y tierras frente a la avanzada de las milicias del “Califato”, encontrando refugio en la región de Kurdistán iraquí o tratando de encontrar la salvación en el extranjero.

Una fuga que contribuyó a vaciar aún más a Irak de la presencia cristiana, por otro lado ya reducida a la mitad después de la invasión de los estadounidenses de 2003. A distancia de casi 3 años el ejército gubernamental y las milicias kurdas, apoyados por los ataques aéreos de EEUU, parecen estar en el punto de reconquistar el control de la zona, pero la amenaza de los grupos yihadistas es todavía un nudo irresuelto. En el pedir que la llanura de Nínive se convierta en un enclave cristiano, los tres obispos reivindican además el derecho a la autonomía administrativa.

Sin embargo, el proyecto encuentra la neta oposición de la Iglesia iraquí y de los vértices del patriarcado caldeo guiado por mar Louis Raphael Sako, que ya en los tiempos que era arzobispo de Kirkuk, se opuso a la “ilusión” del “gueto cristiano”. El primado caldeo ya en el año 2007-como también el Vaticano-definía una “trampa” la propuesta de un enclave cristiano e invitaba a “abandonar este arriesgado proyecto de gueto”. Para el prelado el problema en Irak es el “fundamentalismo” y no un “enfrentamiento de civilizaciones”.