Pasdaran contra Bahréin: la revocación de la ciudadanía al líder chiíta inflama la región
Qassem Soleimani critica a Manama por la revocación de la ciudadanía al ayatolá Isa Qassim. Una elección que dará lugar a la "resistencia armada" de los chiitas, una "línea roja" que con el tiempo "incendiará" al país y el Oriente Medio. Arabia Saudita, Egipto y la Liga Árabe expresan su pleno apoyo en Manama
Manama (AsiaNews / Agencias) - La decisión de las autoridades de Bahrein (una familia real suní vinculada a Arabia Saudita) para revocar la ciudadanía del lder religioso chiita Sheikh Isa Qassim es probable que fomente una "resistencia armada" en el interior del país. Así lo aseguró el general Qassem Soleimani, comandante de la Brigada al Quds del Pasdaran - los guardias de la Revolución Islámica iraní – según el cual el movimiento de las líderes de Manama podría "encender la región".
En una entrevista a la agencia Fars News el alto oficial subrayó que "los al-Khalifa [al poder en Bahrein] sabe que es un hecho que la agresión" contra el religioso chiita es "una línea roja, más allá del cual se corre el riesgo de incendiar" el país y de todo el Oriente Medio. "No deja otra opción a la gente - añadió el gen. Soleimani - que la resistencia armada".
Anteriormente, el tema también fue abordado en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Teherán – hace tiempo al lado de la mayoría chiíta en el reino sunita autocrático – criticando fuertemente la decisión de Manama y la familia real. Sin embargo, Irán niega las acusaciones formuladas por Bahrein de fomentar la violencia y el terrorismo en el país.
En los últimos días, las autoridades locales han decidido quitarle la ciudadanía del líder chiíta Isa Qassim, que cuenta con el título de ayatolá, porque utilizaría su posición y su papel para "servir a los intereses" de potencias "exteriores". También habría animado a una deriva "confesional" y la escalada de la "violencia" en el país.
Pleno apoyo a la decisión de Bahrein proviene de Arabia Saudita, Egipto y la Liga Árabe. En una declaración oficial del gobierno de Arabia Saudita confirma el vínculo con Manama y los esfuerzos realizados por las autoridades para "luchar contra el terrorismo y el extremismo” en todas sus formas y manifestaciones. El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi apoya las medidas adoptadas por los tribunales de Bahrein contra las organizaciones rebeldes para garantizar la paz y la seguridad en el país. Palabras similares también provienen del Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio, expresando su "pleno apoyo" a todas las medidas adoptadas recientemente por Bahrein.
Mientras tanto, en este momento miles de personas se reunieron bajo la casa del líder religioso chiíta, expresándole su apoyo. El temor es que las protestas podrían extenderse y convertirse en disturbios. Los manifestantes corearon consignas y canciones de protesta contra el rey Hamad bin Isa al-Khalifa y su gobierno.
Pronta la réplica del Ministerio del Interior de Bahrein, que dice que está dispuesto a intervenir por la fuerza para reprimir cualquier forma de disidencia.
Los analistas y expertos políticos locales hablan de una historia política que se está convirtiendo en una disputa religiosa, mientras que los líderes en el poder eligen el camino de tensión y confrontación sectaria para salvar su posición dominante.
En el pasado, Sheikh Isa Qassim había sostenido en primera persona las protestas promovidas por la comunidad chií - mayoría en Bahrein - que exige mayores derechos civiles y políticos.
Bahrein es una monarquía del Golfo gobernado por una dinastía sunita en un país donde la mayoría de la población (al menos 60-70%) es chiíta y hace tiempo pide cambios constitucionales y los derechos sociales y económicos. En 2011 a raíz de la primavera árabe, hubo disturbios que el rey de Bahrein - aliado de Washington y con el apoyo de Riad - derrotó con tropas armadas enviadas por Arabia Saudita.
En las últimas semanas, las autoridades han detenido y condenado activistas y lideres religiosos chiíes y se suspendieron las actividades de Al-Wefaq, el principal grupo chií de oposición. Se le acusa de "terrorismo, extremismo y violencia", así como vínculos con una potencia extranjera (léase Irán).
El nuevo frente de confrontación entre Irán y la monarquía del Golfo - que se suma a las tensiones religiosas, politicas y diplomáticas en curso por algún tiempo entre Riad y Teherán - preocupa no sólo a las cancillerías occidentales y, en particular, Estado Unidos. En un comunicado del Departamento de Estado de Estados Unidos dice que está "alarmado" por la decisión de las autoridades de Bahrein, ya que actualmente no hay "pruebas" que justifiquen la decisión de quitarle la ciudadanía al líder religioso chiíta.
22/06/2016 13:20
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