La pareja caldea desapareció el pasado enero de su pueblo en el sudeste del país. n marzo encontraron el cadáver de la mujer. De parte de las autoridades todavía ninguna respuesta sobre las causas de la muerte. Tuma Çelik: excluido la involucración del PKK, aparato del Estado quieren impedir el retorno de los cristianos a sus tierras.

 

Estambul (AsiaNews) - La desaparición de Tuma Çelik y de su esposa en el sudeste de Turquía en enero pasado, a la cual siguió el reciente hallazgo del cadáver de la mujer, se relaciona en una política del Estado que quiere “impedir el retorno” de los cristianos “a sus lugares de origen”. Es cuanto denuncia en una entrevista a Bianet el parlamentario de la oposición turco Tuma Çelik, del Partito Democrático de los Pueblos (HDP), mientras queda envuelto en el misterio la suerte del hombre y las cuestiones que han llevado a la muerte de su esposa. “Tenemos como la impresión- narra- que personas potentes del aparato oficial” quieren impedir una nueva presencia cristiana del área circunstante “el arresto de habitantes de los pueblos, de nuestra gente, también comprendidos los sacerdotes.

Houmouz y Şimoni Diril, caldeos, vivían en el pueblo cristianos de Beytüşşebap, provincia di Şırnak, en el sudeste de Turquía donde está en acto desde hace tiempo una lucha entre el gobierno turco y los separatistas kurdos. Según cuanto refirió un testimonio ocular, el pasado 11 de enero hombres armados entraron en Kovankaya deteniendo a la pareja; adversas condiciones meteorológicas y un silencio impuesto por las autoridades locales de hecho han bloqueado las operaciones de búsqueda.

Al 20 de marzo resale el hallazgo del cadáver de la mujer, abandonado en las orillas de un torrente mientras que del marido no se tienen todavía noticias.En los días sucesivos a la desaparición, el único habitante de Mehri dijo que detrás del secuestro estarían los hombres del partido independentista kurdo PKK. Sin embargo, a distancia de pocos días esta persona cambió versión diciendo que los cónyuges dejaron la casa solos, después de ellos no se supo nada más.

Activistas y miembros de la sociedad civil han lanzado una petición en change.org (#DoveèHurmuzDiril #GiustiziaperSimuniDiril) para solicitar una respuesta a las autoridade, hasta ahora en vano. Por el momento no hay ni siquiera un informe sobre las causas del deceso de la mujer, que el gobierno atribuye a los atrasos provocados por la emergencia coronavirus. “De las informaciones en mi  posesión-subraya Tuma Çelik - no creo que haya sido la organización” PKK en promover el secuestro. Al mismo tiempo “no creo sea un secuestro bajo comisión del Estado”. “Sin embargo, el hecho que haya sucedido “en un área controlada 24hs, 7 días a la semana por el Estado y los sucesivos desarrollos” hacen pensar que el secuestro haya sido hecho por manos de grupos “relacionados al Estado, en un modo u otro”.

Para el parlamentario democrático si el gobierno, las autoridades o los responsables institucionales quisieran, podrían “hacer luz sobre la cuestión en modo claro y transparente”. Su actitud contraria “quiere decir que por debajo hay otra cosa”. Turquía, agrega, tiene precedentes pocos tranquilizadores “en términos de personas desaparecidas, desapariciones y homicidios no identificados”. Estos eventos recuerdan los años 90, además las investigaciones iniciadas, las declaraciones contradictorias y los testimonios “dejando más de un punto de pregunta abierto”.

En el área surgen diversos pueblos de tradición siríaca y cristiana, expulsados por la fuerza durante los años de la guerra entre turcos e independentistas kurdos. “Con el inicio del período de una disminución de la escalada y el proceso de paz-agrega- inició el retorno a sus casas” y a “sus tierras”. Como respuesta, las autoridades turcas han promovido una campaña de intimidación y ataques, para desalentar la vuelta a las poblaciones cristianas y la pareja de los cónyuges Diril fue una de las primeras y de las pocas, en desafiar las prohibiciones impuestas de lo alto.