05/10/2018, 16.15
VATICANO
Enviar a un amigo

Papa: somos cristianos, pero a menudo ‘lo dejamos a Jesús en la iglesia’

“Reducimos el Evangelio a un hecho social, sociológico, en lugar de ser una relación personal con Jesús. Jesús me habla a mí, te habla a ti, nos habla a cada uno de nosotros”. “Pidamos al Espíritu Santo que nos abra de par en par las puertas del corazón, para que Jesús pueda entrar, de modo que no sólo oigamos a Jesús’, sino que escuchemos su mensaje. 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Somos cristianos, nacimos en una sociedad cristiana, pero a menudo lo “dejamos a Jesús en la iglesia”, “no vuelve con nosotros a casa: a la familia, a la educación de los hijos, a la escuela, al barrio…”.  Fue lo que dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en la Casa Santa Marta, tomando como punto de partida el pasaje del Evangelio de Lucas (Lc 10,13-16) donde se narra cómo Jesús reprende a la gente de Betsaida, Corazín y Cafarnaúm, que no creyeron en él, a pesar de los “prodigios”.

Jesús, subrayó Francisco, “siente dolor por haber sido rechazado”, mientras que, en cambio, en ciudades paganas como Tiro y Sidón, al ver sus milagros “sin lugar a dudas habrían creído”. Y llora, “porque esta gente no fue capaz de amar”, cuando él “quería llegar a todos los corazones, con un mensaje que no era un mensaje dictatorial, sino un mensaje de amor”.

Pongámonos en el lugar de los habitantes de las tres ciudades, prosiguió Francisco, pongámonos nosotros, me pongo yo [en su lugar]. “Yo, que he recibido tanto del Señor, que he nacido en una sociedad cristiana, he conocido a Jesucristo, he conocido la salvación”, que he sido educado en la fe. Y que con mucha facilidad, me olvido de Jesús. Y que, en cambio, “sentimos noticias de otra gente que enseguida escucha el anuncio de Jesús, se convierte y lo sigue”. Sin embargo, nosotros estamos “habituados”, acostumbrados.  “Y esta costumbre nos hace mal, porque reducimos al Evangelio a un hecho social, sociológico, y no a una relación personal con Jesús. Jesús me habla a mí, te habla a ti, nos habla a cada uno de nosotros. ¿Cómo es posible que esos paganos, que apenas oyeron la predicación de Jesús, fueron con él; y yo, que he nacido en una sociedad cristiana, me he acostumbrado, y el cristianismo es como si fuese una costumbre social, una vestido que me coloco y que luego me quito? Y Jesús llora, sobre cada uno de nosotros llora, cuando nosotros vivimos el cristianismo formalmente, y no realmente”.

Si hacemos esto, somos un poco hipócritas, [nos manejamos] con la hipocresía de los justos. “Está la hipocresía de los pecadores, pero la hipocresía de los justos es el miedo al amor de Jesús, es el  miedo a dejarse amar. Y, en realidad, cuando hacemos esto, tratamos de manejar nosotros la relación con Jesús. ‘Sí, yo voy a la Misa… pero tú, quédate en la iglesia, que yo me voy a casa’. “Y Jesús no vuelve con nosotros, a casa: a la familia, a la educación de los hijos, a la escuela, al barrio…”.   

De esta manera, Jesús se queda allá, en la Iglesia, “O se queda en el crucifijo o en una estampita”. “Hoy puede ser el día en que nosotros hagamos un examen de conciencia, con este estribillo: ‘Ay de ti, ay de ti’, porque te he dado tanto, yo mismo me he entregado a ti, te he elegido para ser cristiano, para ser cristiana, y tú prefieres una vida a medias, una vida superficial: un poco de cristianismo y agua bendita pero nada más. En realidad, cuando se vive esta hipocresía cristiana, lo que nosotros hacemos es expulsar a Jesús de nuestro corazón. Fingimos que está allí, pero lo hemos echado. ‘Somos cristianos, orgullosos de ser cristianos’, pero vivimos como paganos”.

El Papa concluyó diciendo: “Cada uno de nosotros, piense: ¿Soy Corazín? ¿Soy Betsaida? ¿Soy Cafarnaúm? Y si Jesús llora, pedir la gracias de llorar, también, nosotros. Con esta oración: “Señor, tú me has dado tanto. Mi corazón es tan duro, que no te deja entrar; he pecado de ingratitud, soy un ingrato, soy una ingrata”. “Y pidamos al Espíritu Santo que nos abra de par en par las puertas del corazón, para que Jesús pueda entrar, y para que no sólo oigamos a Jesús”, sino que escuchemos su mensaje de salvación y “le demos gracias por tantas cosas buenas que ha hecho por cada uno de nosotros”. 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
Centenares de parientes de las víctimas del 11/9 inician acciones legales contra Riad
22/03/2017 13:04
Corte suprema de Moscú: Los Testigos de Jehová están fuera de la ley
21/04/2017 12:09
Sacerdote iraquí: la ‘derrota militar’ de Isis no cancela la amenaza yihadista
03/11/2017 14:18
Mons. Barwa: La herencia de los mártires de Orissa
29/08/2020 11:22


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”