22/08/2018, 14.27
VATICANO
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Papa: respetar el nombre de Dios significa que ‘confiamos en Él con todo lo que somos’

Ilustrando el mandamiento “No pronunciarás el nombre de Dios en vano del Señor, tu Dios”, Francisco afirma que esto “nos llama a demostrar, con nuestras acciones y palabras, la grandeza y la profundidad del Santo nombre con el cual hemos sido llamados”. Enseñar a los niños a hacerse bien la señal de la Cruz.

 

Ciudad de Vaticano (AsiaNews)- Invita a una relación con Dios “sin hipocresías, a una relación en la cual nos confiamos a Él con todo lo que somos” en el mandamiento que dice “No pronunciarás el nombre de Dios en vano”. “Respetar el nombre del Señor” fue el argumento de la meditación del Papa Francisco para la meditación de la audiencia general de hoy en la cual volvió también a reafirmar la invitación a enseñar a los niños a “hacerse bien la señal de la Cruz”.

A las 8 mil personas presentes en el aula Pablo VI, Francisco dijo que en el mandamiento “No pronunciarás el nombre de Dios, Tú Dios, en vano” (Ex 20,7), “la expresión “en vano” significa: “sin carga, en vano”. Se refiere a un sobre vacío, a una forma sin contenido. Es la característica de la hipocresía, del formalismo y la mentira.
“En la Biblia el nombre señala la verdad íntima de las cosas y de las personas. El nombre indica menudo la misión, por ejemplo Abrahán en el Génesis (Cfr 17,5) y Simón Pedro en los Evangelios (Jn 1,42) cambian su nombre que los conduce a la transformación de la propia vida; desde el momento en que Moisés conoce el nombre de Dios, su historia cambia (Cfr. Ex 3,13-15)”..

“En los ritos hebreos, el nombre de Dios sólo es proclamado solemnemente en el Día del Gran Perdón. El pueblo es perdonado, porque a través del nombre entra en contacto con la vida de Dios mismo que es misericordia.  Entonces ‘tomar sobre sí el nombre de Dios’ quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él, fuerte,estrecha con Él. Para nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, como afirmamos cada vez que hacemos sobre nosotros mismos el signo de la cruz,y que debemos vivir nuestra vida cotidiana en comunión real con Dios,para vivir nuestras acciones cotidianas en comunión sentida y real con Dios, o sea en su amor. Y sobre esto quisiera reafirmar una vez más: enseñen a los niños a hacerse la señal de la cruz”.

“Uno se puede preguntar, ¿Es posible asumir el nombre de Dios de manera hipócrita, como una formalidad, vacía? “La respuesta, es por desgracia, positiva: sí, es posible. Se puede vivir una falsa relación con Dios”. “Y esta Palabra del Decálogo es precisamente la invitación a una relación con Dios sin hipocresía, una relación en la que nos encomendamos a Él con todo lo que somos. En el fondo, hasta el día en que no arriesgamos nuestra existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos sólo teorías”.

“Este es el cristianismo que toca los corazones”. “¿Por qué los santos son tan capaces de tocar el corazón?”. “Porque en los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad. Y esto se ve también en aquellos ‘santos en la puerta de al lado’ que son, por ejemplo, padres que dan a sus hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa. Si se multiplican los cristianos que toman sobre sí el nombre de Dios sin falsedad – practicando así la primera pregunta del Padre Nuestro, afirma el Papa, que “tu nombre sea santificado” – el anuncio de la Iglesia es más escuchado y más creíble.

“Si nuestra vida concreta manifiesta el nombre de Dios, se ve ¡cuánto es bello el Bautismo y qué gran don es la Eucaristía! cual sublime unión haya entre nuestro cuerpo y el Cuerpo de Cristo, ¡Cristo en nosotros y nosotros en Él! Esto no es hipocresía, esto es verdad”

“Desde la cruz de Cristo en adelante, nadie puede despreciar a sí mismo y pensar mal sobre su propia existencia. ¡Ninguno, ni nunca! Cualquier cosa haya hecho.“Porque el nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo. Vale la pena tomar sobre nosotros el nombre de Dios porque Él tomó nuestro nombre hasta el final, incluso del mal que hay en nosotros, para poner en nuestros corazones su amor. Por eso Dios proclama en este mandamiento: ‘Tómame sobre ti, porque yo te he tomado sobre mí’. Cualquiera puede invocar el santo nombre del Señor, que es Amor fiel y misericordioso, en cualquier situación que se encuentre. Dios nunca dirá “no” a un corazón que lo invoca sinceramente”.

“Es un mandamiento-subrayó saludando a los fieles árabes-que nos enseña a ´pronunciar el nombre de Dios sólo para glorificarlo y adorarlo y jamás para utilizarlo o explotarlo; nos llama a demostrar, con nuestras acciones y palabras, la grandeza y la profundidad del Santo nombre con el cual somos llamados”.

En el saludo a los fieles italianos, al final, Francisco elevó su pensamiento por las víctimas de la tragedia, sucedida en los días pasados en Calabria, donde han perdido la vida unos excursionistas que provenían de diversas regiones de Italia y pidió que rezaran “para que el próximo viaje a Dublin, el 25 y 26 de agosto próximos, en ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, para que sea un momento de gracia y de escucha de la voz de las familias cristianas de todo el mundo”.
 

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