28/01/2016, 11.35
VATICANO
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Papa: el cristiano debe ser un testimonio de la "luz de Jesús" y "magnánimo"

"Cuando un cristiano prefiere no hacer ver la luz de Dios, sino que prefiere sus propias tinieblas, éstas le entran en su corazón porque tiene miedo de la luz y los ídolos, que son tinieblas, le gustan más, entonces le falta: le falta algo y no es un verdadero cristiano". "Cuando entras en esta luz de Jesús, cuando entras en la amistad con Jesús, cuando te dejas guiar por el Espíritu Santo, el corazón se vuelve abierto, magnánimo...".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El cristiano debe ser un testimonio de la "luz de Jesús" y magnánimo "porque es el hijo de un padre noble, de gran corazón". El Papa Francisco lo dijo en la homilía de la Misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta - presentes algunos sacerdotes que celebraron el 50 aniversario de su ordenación - comentando el Evangelio del día en el que Jesús dice que la luz no viene, "para ser puesta bajo un celemín o debajo de una cama, sino para ser puesta en el candelabro, para iluminar ".

"El misterio de Dios es luz", afirma Francisco. "Y éste es uno de los rasgos del cristiano, que ha recibido la luz en el Bautismo y debe darla. Es decir, el cristiano es un testigo. Testimonio. Una de las peculiaridades de las actitudes cristianas. Un cristiano que lleva esta luz, debe hacerla ver porque él es un testigo. Cuando un cristiano prefiere no hacer ver la luz de Dios, sino que prefiere sus propias tinieblas, éstas le entran en su corazón porque tiene miedo de la luz y los ídolos, que son tinieblas, le gustan más. Entonces le falta, le falta algo y no es un verdadero cristiano. El testimonio. Un cristiano es un testigo. De Jesucristo, Luz de Dios. Y debe poner esta luz sobre el candelabro de su vida".

En el Evangelio, Jesús dice: "Con la medida con la que mides serás medido; de hecho, se le dará más". "Otra señal del cristiano es la magnanimidad, porque es el hijo de un padre noble, de gran corazón". "El corazón cristiano es magnánimo. Esta abierto, siempre. No es un corazón que está cerrado en su propio egoísmo. O por lo menos es: hasta aquí, hasta aquí. Al entrar en esta luz de Jesús, cuando entras en la amistad con Jesús, cuando te dejas guiar por el Espíritu Santo, el corazón se vuelve abierto, magnánimo... El cristiano, entonces, no gana: pierde. Pero pierde para ganar algo más, y esta - entre comillas - "derrota" de los intereses, gana Jesús, gana convirtiéndose en un testimonio de Jesús".

El Papa Francisco se volvió luego a los sacerdotes que han alcanzado los 50 años de la ordenación. "Para mí es una alegría celebra hoy entre ustedes, que festejan el 50º aniversario de su sacerdocio: Cincuenta años por el camino de la luz y del testimonio, cincuenta años tratando de ser mejores, tratando de llevar la luz en el candelabro: a veces se cae, pero vamos otra vez, siempre con esa voluntad de dar luz, generosamente, es decir, con el corazón magnánimo. Sólo Dios y su memoria saben a cuánta gente han recibido con magnanimidad, con  bondad de padres, de hermanos… A cuánta gente que tenía el corazón un poco oscuro le han dada luz, la luz de Jesús. Gracias. Gracias por lo que han hecho en la Iglesia, por la Iglesia de Jesús". "Que el Señor - concluyó el Papa – os dé alegría, esta gran alegría de haber sembrado así, de haber iluminado bien y tener los brazos abiertos para recibir a todos con magnanimidad".

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