26/06/2019, 15.13
VATICANO
Enviar a un amigo

Papa: el cristiano comparte la Palabra de Dios, pero también el pan

En los Hechos de los Apóstoles la Iglesia de Jerusalén es “el paradigma de cada comunidad cristiana, como ícono de una fraternidad que fascina y que no va mitologizada pero tampoco minimizada”. Nuestras comunidades sean “lugares en los cuales acoger y practicar la vida nueva, las obras de solidaridad y de comunión, lugares en los cuales las liturgias sean un encuentro con Dios, que se convierte en comunión con los hermanos y hermanas”.

 

Ciudad del Vaticano (Asianews)- La Iglesia es la comunidad capaz de compartir con los otros no sólo la Palabra de Dios, sino también el pan y por esto “el egoísmo no es cristiano. “El modo de vivir una comunidad cristiana: armonía, testimonio, pobreza y ocuparse de los pobres” estuvo en el centro de la catequesis del Papa Francisco para la audiencia general de hoy.

A las 15 mil personas presentes en la plaza de S. Pedro, continuando el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, el Papa hablando de la primitiva comunidad cristiana dijo que Lucas muestra “a la Iglesia de Jerusalén como el paradigma de toda comunidad cristiana, como ícono de una fraternidad que fascina y que no va mitologizada pero tampoco minimizada. La narración de los Hechos nos permite mirar entre las paredes de la domus donde los primeros cristianos se reúnen como familia de Dios, espacio de la koinonía, o sea de la comunión de amor entre hermanos y hermanas en Cristo”.

Cuatro, evidenció Francisco, son los elementos que caracterizan la vida de los creyentes de aquella primitiva comunidad: la perseverancia en la escucha de las enseñanzas de los apóstoles, la práctica de “otra calidad de relaciones interpersonales también a través de la comunión de los bienes espirituales y materiales”, el diálogo con Dios a través de la oración y la “fracción del pan”, o sea la Eucaristía. Son estas las “huellas de un buen cristiano”. Diversamente de la sociedad humana se tiende a hacer los propios intereses sin tener en cuenta o incluso en detrimento de los demás, mientras que en cambio, la comunidad de creyentes prohíbe el individualismo para favorecer el compartir y la solidaridad”, pues, de hecho, “no hay lugar para el egoísmo en el alma de un cristiano:Si tu corazón es egoísta no eres cristiano: eres una persona mundana, que sólo buscas tu favor, tu beneficio. Y Lucas nos dice que los cristianos están juntos o sea la proximidad y la unidad de los redimidos:cercanos, preocupados el uno de los otros, no para hablar mal de los otros. No: para ayudar, para acercarse”.

“La gracia del bautismo revela, el íntimo vínculo entre los hermanos en Cristo llamados a compartir, a identificarse con los demás y a dar "según las necesidades de cada uno (Hech. 2,45)". Un modo éste, de escuchar el grito del pobre, algo que gusta mucho a Dior (cfr Salm. 9,13), y restituirle “aquello que le corresponde” (“Evangelii Gaudium”, 189). Entonces la Iglesia es la comunidad capaz de compartir con los otros no sólo la Palabra de Dios, sino también el pan. Por esto, ella se vuelve matriz de una humanidad nueva capaz de transfigurar al mundo, de introducir en la sociedad el fermento de la justicia, de la solidaridad y de la compasión. Justamente porque elige el camino de la comunión y de la atención a los necesidades, esta fraternidad que es la Iglesia puede vivir una auténtica vida litúrgica: “Cada día eran perseverantes juntos en el Templo y partiendo el pan en las casas, comían con alegría y simplicidad de corazón, alabando a dios y gozando del favor de todo el pueblo” (Hech 2,46-47). La liturgia no es un aspecto más de la Iglesia, sino la expresión de su esencia, su aliento, es la puerta abierta hacia el Reino, el lugar donde nos encontramos con el Resucitado y experimentamos su amor, Lucas no nos muestra la liturgia de la comunidad cristiana sino que nos la muestra en acto: es una liturgia vivida, donde el creyente aprende a conocerse en verdad, en modo pascual, como hijo de Dios que trae la vida al mundo. A la luz de esto, podemos preguntarnos cómo vivimos nuestras liturgias. ¿Para nosotros los ritos, las ceremonias o un misterio donde recibimos el amor de Dios para volcarlo al mundo?”. 

“En concreto, la narración de los Hechos nos recuerda que el Señor garantiza el crecimiento de la comunidad (cfr 2,47): el perseverar de los creyentes en la alianza genuina con Dios y con los hermanos se convierte en fuerza atractiva que fascina y conquista a muchos (cfr Evangelii gaudium, 14), principio gracias al cual vive la comunidad creyente de cada tiempo. Recemos al Espíritu Santo para que haga de nuestras comunidades lugares en los cuales acoger y practicar la nueva vida, las obras de solidaridad y de comunión, lugares en los cuales las liturgias sean encuentro con Dios, que se vuelve comunión con los hermanos y las hermanas, lugares que sean puertas abiertas hacia la Jerusalén celestial”.

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Bartolomé: un rol fundamental de las religiones per crear comunión entre los pueblos
05/12/2016 17:00
Papa: mañana se llevará a cabo el encuentro con Al-Tayyeb y Guterres por el Día de la Fraternidad humana
03/02/2021 13:16
Mons. Machado: Defiendo al Papa Francisco en el diálogo entre las religiones
17/09/2019 16:41
Papa a las víctimas del terremoto: “Apenas sea posible también yo espero ir a visitarlos”
28/08/2016 13:40
La liturgia 'uniforme' sigue dividiendo a los siro-malabares
29/11/2021 15:20


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”