28/03/2019, 14.28
VATICANO
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Papa: durante la Cuaresma recordar que Jesús dice ‘Quien no está conmigo, está contra mí’

“La Cuaresma sirve para esto, para volver a sembrar nuestro corazón. ‘Escuchen hoy la voz del Señor’ es la invitación de la Iglesia. ‘No endurezcan vuestro corazón’”. “Este el tiempo de la misericordia, es el tiempo de la piedad del Señor: abramos el corazón para que Él venga a nosotros”.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Convertirse es volver al Señor, porque, como dice Jesús: “Quién no está conmigo, está contra mí”, esto es (o tienes el corazón obediente o has perdido la fidelidad”. Lo dijo hoy el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en la casa Santa Marta, partiendo del pasaje evangélico (Lc 11,14-23) en el cual Jesús que expulsa un demonio es acusado de hacerlo “por medio de Belcebú”.

El Papa  advirtió acerca de lo que comporta tener un corazón que no escucha la voz del Señor, puesto que si lo hacemos durante “días, meses y años, se vuelve “como la tierra sin agua, se endurece”. Y cuando sucede algo que no le gusta, desacredita y calumnia al Señor.

“Nosotros tantas veces, estamos sordos y no escuchamos la voz del Señor, Sí, escuchamos el noticiero, el chusmerío del barrio: este sí, lo escuchamos siempre”. Pero, el Señor exhorta a escuchar su voz y no endurecer el corazón. La Primera Lectura, habla del profeta Jeremías (Jer 7,23-28), describe justamente esta experiencia de Dios delante del “pueblo testarudo, que no quiere escuchar”. Este pasaje de Jeremías es por lo tanto, comentó Francisco, “un poco el lamento del Señor”: Dios ordena al pueblo escuchar su voz uniéndolo con la promesa que siempre será su Dios y “vosotros seréis mi pueblo”. Pero, el pueblo no lo escuchó, “los oídos cerrados”, es más- dijo el Papa invitando a escuchar lo que dice el Señor y pensar “si no ha hecho esto”- “procedieron obstinadamente según su propio corazón malvado y en vez de dirigirse hacia mí, me dieron vuelta la espalda”. “El Señor no cuenta: yo prefiero esto”, “sí, Dios está ahí, pero yo hago mis cosas”. Siempre en la Primera Lectura, Dios recuerda que envió ya desde la salida de Egipto “con asidua prisa a todos mis siervos, los profetas”, pero que no fue escuchado: “es más, han puesto dura su cerviz, volviéndose peores de sus padres”. “Les dirás a ellos todas estas cosas”, dice el Señor, “pero no te escucharán” y termina luego con “esta triste declaración” que “es un testimonio de muerte”: “La fidelidad desapareció”.

“Un pueblo sin fidelidad, que perdió el sentido de la fidelidad. Y esta es la pregunta que hoy la Iglesia quiere que nosotros nos hagamos, cada uno: ¿’Yo, perdí la fidelidad al Señor?’-’No, no, voy a misa todos los domingos a Misa…’- ‘Sí, sí: pero aquella fidelidad del corazón: ¿yo he perdido aquella fidelidad o mi corazón es duro, está obstinado, está sordo, no deja entrar al Señor, se arregla solo con tres o cuatro cosas y luego hace lo que quiere?’.Esta es la pregunta para cada uno de nosotros: todos debemos hacérnosla, porque la Cuaresma sirve para esto, para reexaminar nuestro corazón. ‘Escuchen hoy la voz del Señor’, es la invitación de la Iglesia. ‘No endurezcan vuestro corazón’. Cuando uno vive con el corazón duro, que no escucha al Señor, va más allá del no escucharlo y cuando hay algo del Señor que no le gusta, deja a un lado al Señor con cualquier pretexto, desacredita al Señor, calumnia al Señor, difama al Señor”.

“Es lo que sucedió a Jesús con la gente”, indicó el Papa refiriéndose al Evangelio de hoy (Lc 11,14-23), para hacer comprender qué significa desacreditar al Señor. Jesús realizaba milagros, curaba a los enfermos”, para hacer ver que tenía el poder de curar también a las almas, a nuestros corazones. ¿Y, estos obstinados que dijeron? ‘Es’ por el poder de Belcebú, el jefe de los demonios, que Él expulsa a los demonios’”. “Desacreditar al Señor”, agregó Francisco es “el penúltimo paso de este rechazo del Señor”. Priemro, no escucharlo dejando que el corazón se vuelva duro, luego desacreditándolo. Falta sólo “el último paso del cual no hay retorno, que es la blasfemia contra el Espíritu Santo”, añadió el Papa recordando que “Jesús trata de convencerlos, pero no funciona…. Y al final, así como termina el profeta con esta clara frase- ‘la fidelidad se fue’- Jesús termina con otra frase que puede ayudarnos. ‘Quien no está conmigo, está contra mí’. ‘No, no, yo estoy con Jesús, pero a una cierta distancia, no me acerco demasiado’: no, esto no existe. O estás con Jesús o estás contra Jesús; o eres fiel o eres infiel; o tienes el corazón obediente o has perdido la fidelidad. Piense cada uno de nosotros, hoy, durante la Misa y después durante la jornada: piensa un poco. ‘¿Cómo va mi fidelidad? Yo, para rechazar al Señor, busco cualquier pretexto, algo que desacredite al Señor?’. No pierdan la esperanza. Y estas dos palabras- ‘la fidelidad desapareció’ y ‘quien no está conmigo está contra mí’- todavía dejando espacio a la esperanza, también a nosotros”.

Estamos llamados a volver al Señor, concluyó el Papa. “Vuelvan a mí de todo corazón”, dice el Señor, ‘porque yo soy misericordioso y tengo piedad: yo me olvidaré de todo. Lo que me importa a mí es que tú vengas a mí. Esto es lo que importa, dice el Señor. Y olvida todo el resto. Este es el tiempo de la misericordia, es el tiempo de la piedad del Señor: abramos el corazón para que Él venga a nosotros”.

 

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