Papa: cada esfuerzo por la paz en Siria e Irak es un ladrillo en la construcción de una sociedad justa
Video-mensaje de Francisco durante el encuentro que convocó a más de 50 agencias católicas. La emergencia humanitaria, el drama de los refugiados y la huida de los cristianos de sus lugares de origen son algunos de los problemas acuciantes en Siria, Irak y los países limítrofes.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La emergencia humanitaria, el drama de los refugiados, la huida de los cristianos de sus lugares de origen. Estos son algunos de los problemas acuciantes en Siria, Irak y los países vecinos que surgieron durante el cuarto encuentro de más de 50 agencias católicas, patrocinado por el Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral, celebrado ayer por la tarde vía streaming.
El Papa Francisco, en un mensaje de vídeo, subrayó: “Mis pensamientos se dirigen sobre todo a las personas que han tenido que dejar sus hogares para escapar de los horrores de la guerra, en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus seres queridos. En particular, recuerdo a los cristianos obligados a abandonar los lugares donde nacieron y crecieron, donde se desarrolló y enriqueció su fe . Debemos hacer que la presencia cristiana en estas tierras siga siendo lo que siempre ha sido - agregó - : un signo de paz, de progreso, de desarrollo y de reconciliación entre las personas y los pueblos”.
“En segundo lugar – continuó el Papa - mis pensamientos se dirigen a los refugiados que desean retornar a su país. Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que haga el máximo esfuerzo para facilitar este retorno, garantizando las condiciones de seguridad y económicas necesarias para que esto sea posible. Cada gesto, cada esfuerzo en esta dirección es precioso”. Y “cada esfuerzo -grande o pequeño- destinado a favorecer el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa, abierta a la acogida, y donde todos puedan encontrar un lugar para vivir en paz”.
El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, no pudo participar personalmente pero su discurso fue leído por Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados. Sus palabras invitaron a centrar la atención sobre todo en Siria, asolada por casi diez años de conflicto. "Hoy más que nunca -afirmó- no debemos desatender las necesidades de la población. Como Iglesia, debemos renovar nuestro compromiso caritativo y permanecer junto a los más frágiles y necesitados, promoviendo asimismo acciones innovadoras, sin olvidar la formación de nuestros trabajadores, ya sea profesional o espiritual. Pero también debemos considerar al Líbano, "golpeado por el colapso del sistema financiero, la crisis socioeconómica y la explosión del puerto de Beirut", un país donde existe la necesidad urgente de "un fuerte compromiso no sólo para la reconstrucción, sino también para sostener las escuelas católicas y hospitales, dos piedras angulares de la presencia cristiana en el país y en toda la región".
Por su parte, mons. Gallagher expresó el deseo de que los recientes "acuerdos de Abraham" puedan favorecer la disminución de las "tensiones y conflictos" que atraviesa la región. "Cada vez que las diócesis, parroquias, asociaciones, voluntarios o individuos trabajan para sostener a quien está abandonado a su suerte o necesitado", concluyó, "el Evangelio adquiere una nueva fuerza de atracción”.
En este contexto, el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, ofreció una vez más su testimonio personal sobre las consecuencias humanas y materiales de la crisis en el país. Según fuentes de las Naciones Unidas, se trata de un drama que ha dejado a 11 millones de personas necesitadas de asistencia.
La situación de las comunidades cristianas que residen en los países afectados por la guerra fue el tema central del discurso del cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. El purpurado esperaba que se hiciera todo lo posible para evitar un "Oriente Medio monocromático, que no reflejararía en absoluto su riqueza humana e histórica". En esta vasta región hay cristianos que desean "volver a su tierra" para "volver a construir sus sueños", aprovechando también las oportunidades que se abren con las crisis actuales.
El cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, subrayó que "es necesario dar a las personas un signo de esperanza concreta, para permitirles regresar a sus países y poder vivir seguros".
Por su parte, el Secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John, describió la ayuda material que la organización ofrece "para apoyar, acompañar y defender" a las "víctimas inocentes" de los conflictos, especialmente a "un gran número de minorías cristianas, que son las más vulnerables".
Son tres las propuestas presentadas por Caritas Internationalis: el levantamiento inmediato de las sanciones, para aliviar el sufrimiento de la población local y permitir que las organizaciones humanitarias respondan a las necesidades urgentes relacionadas con la proximidad del invierno y la pandemia de Covid-19; un aumento de los recursos financieros que se asignan a los programas de ayuda para reconstruir el tejido social y satisfacer las necesidades de las comunidades locales; un mayor apoyo a los programas de las organizaciones de la sociedad civil destinados a prestar ayuda humanitaria y promover la reinserción y el desarrollo.