Papa al Gran Muftí de Jerusalén: Aprendamos a comprender el dolor del otro
Jerusalén (AsiaNews)- "¡Aprendamos a comprender el dolor del otro!", "¡Trabajemos juntos para la justicia y la paz!", "¡Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas!" y "¡Ninguno instrumentalice por la violencia el nombre de Dios!": Son el pedido acongojado que el Papa Francisco dirigió a la comunidad musulmana en su saludo en el discurso al Gran Muftí Sheik Muhammad Ahmad Hussein y al Concejo Supremo musulmán.
El Papa llegó a las 8.15 a la cúpula de la Roca, el tercer lugar santo para los musulmanes (que veneran la roca de la cual Mahoma subió al cielo) y donde los hebreos piensan haya sido el lugar del sacrificio de Isaac. El pontífice fue recibido por el príncipe Ghazi bin Muhammad, que con la familia real jordana es el custodio de los lugares santos de Jerusalén.
En una sala cerca de la Cúpula de la Roca, tomando un café, el Papa escuchó el discurso de saludo del Gran Muftí, en tono muy encendido, reivindicando el derecho a la libertad religiosa para los fieles musulmanes. De hace años, a causa de la intifada, la policía israelí no permite a las personas varones debajo de los 50 años, participar a la oración del viernes en la explanada de las mezquitas. Es más, diversas veces extremistas hebreos han manifestado en la explanada de las mezquitas reivindicando la posesión del lugar para la comunidad hebrea.
El Muftí condenó con fuerza la ocupación israelí: "Santidad-dijo- la paz no podrá existir hasta que permanezca la ocupación". El jefe islámico también recordó que "de Gaza-no pueden venir a rezar en este tercer lugar santo del islam". Y pidió al Pontífice, con la autoridad que se lo reconoce internacionalmente, que se interese por la suerte de los "más de 5 mil prisioneros que están en las cárceles israelíes". "Nosotros-agregó- confiamos en el rol que pueda desarrollar en favor de nuestro pueblo y por los derechos humanos y religiosos que fueron suscritos por la comunidad internacional".
A continuación un discurso en tono más moderado, pero doloroso, del Presidente del Concejo supremo musulmán. También él ha recordado los sufrimientos de las comunidades palestinas, musulmanas y cristianas por la ocupación israelí. Entre otras cosas, en estos días se está discutiendo si se va a proceder al corte de electricidad a la West Bank y a Jerusalén este, a causa de la enorme deuda de la Autoridad palestina hacia las compañías energéticas israelíes. El temor de algunas personalidades del ejército es que la cuestión, en sí comercial, podría llevar a frustraciones y violencias.
El Papa Francisco tomó la palabra, dirigiéndose a los "Amigos musulmanes"
Él centró su discurso en la figura de Abraham. "Musulmanes, Cristianos y Hebreos-dijo- reconocen a Abrahán, si bien cada uno de manera diferente, como padre en la fe y un gran ejemplo a imitar. Él se hizo peregrino, dejando a su gente, su casa, para emprender la aventura espiritual a la que Dios lo llamaba.
Un peregrino es una persona que se hace pobre, que se pone en camino, que persigue una meta grande apasionadamente, que vive de la esperanza de una promesa recibida (cf. Hb 11,8-19). Así era Abrahán, y ésa debería ser también nuestra actitud espiritual. Nunca podemos considerarnos autosuficientes, dueños de nuestra vida; no podemos limitarnos a quedarnos encerrados, seguros de nuestras convicciones. Ante el misterio de Dios, todos somos pobres, sentimos que tenemos que estar siempre dispuestos a salir de nosotros mismos, dóciles a la llamada que Dios nos hace, abiertos al futuro que Él quiere construir para nosotros.
En nuestra peregrinación terrena no estamos solos: nos encontramos con otros hermanos, a veces compartimos con ellos un tramo del camino, otras veces hacemos juntos una pausa reparadora. Así es el encuentro de hoy, y lo vivo con particular gratitud: se trata de un agradable descanso juntos, que ha sido posible gracias a su hospitalidad, en esa peregrinación que es nuestra vida y la de nuestras comunidades. Vivimos una comunicación y un intercambio fraterno que pueden reponernos y darnos nuevas fuerzas para afrontar los retos comunes que se nos plantean.
De hecho, no podemos olvidar que la peregrinación de Abrahán ha sido también una llamada a la justicia: Dios ha querido que sea testigo de su actuación e imitador suyo. También nosotros quisiéramos ser testigos de la acción de Dios en el mundo y por eso, precisamente en este encuentro, oímos resonar intensamente la llamada a ser agentes de paz y de justicia, a implorar en la oración estos dones y a aprender de lo alto la misericordia, la grandeza de ánimo, la compasión..
Y concluyó con el pedido: "Queridos amigos, desde este lugar santo lanzo un vehemente llamamiento a todas las personas y comunidades que se reconocen en Abrahán:
Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas.
Aprendamos a comprender el dolor del otro.
Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia.
Trabajemos juntos por la justicia y por la paz.
¡Salam!"
24/06/2016 13:32
03/04/2017 11:50
