Naypyitaw, en mayo la nueva sesión de la Conferencia de paz

Aung San Suu Kyi intenta poner fin a decenios de guerras civiles entre las fuerzas gubernamentales y los ejércitos étnicos. Concordado el desplazamiento porque en los Estados de Shan y Rakhine no se han realizado aún consultaciones públicas. El estancamiento debido a la renuencia del ejército.

Naypyitaw (AsiaNews/Agenzie) – El gobierno de Myanmar y los representantes de los grupos étnicos involucrados en el difícil proceso de reconciliación nacional postergados a los primeros días de mayo la tercera sesión de la Conferencia de paz de Panglong del siglo XXI (UPC), en precedencia prevista para febrero. Es cuánto declara Zaw Htay, vocero de la líder birmana Aung San Suu Kyi, al finalizar los coloquios del Joint Implementation Coordination Meeting (Jicm) realizados ayer en Naypyitaw con la presencia de la Señora (foto).

Funcionarios del gobierno, altos oficiales del ejército y representantes de las milicias étnicas han concordado el reenvío porque los Estados de Khan y Rakhine no han realizado aún consultaciones a nivel local, por vía de los conflictos en curso en las 2 regiones. En la reunión del JICM de ayer tomaron parte los delegados de 8 ejércitos étnicos que en 2015 han firmado con el gobierno central el Acuerdo del cese del fuego a nivel nacional (NCA). Entre ellos estaban presentes también los exponentes del New Mon State Party (Nmsp) and Lahu Democratic Party (Ldp), que recién firmaron el acuerdo.

Yawd Serk, presidente del Restoration Council of Shan State (Rcss) y comandante e jefe del Shan State Army-South (Ssa-S) desertó el encuentro. En enero, el RCSS, una de las organizaciones dominantes en el Estado oriental de Myanmar, canceló el Diálogo nacional de Shan después que el ejército de Myanmar, apoyado por el gobierno nacional, impidió el desarrollo de consultaciones públicas en la región.

El Comité mixto de diálogo por la paz de la Unión (UPDJC), órgano presidido por Aung San Suu Kyi está discutiendo con el RSCC sobre cómo superar el estancamiento. La comisión guiada por la líder democrática sobreentiende el proceso de elaboración del cuadro por el diálogo político nacional. Forman parte los que firmaron el NCA, representantes de los partidos políticos y funcionarios del gobierno. Aung San Suu Kyi, que está intentando poner fin a decenios de guerras civiles entre las fuerzas del gobierno y los ejércitos étnicos, tuvo la primera sesión de la Conferencia de paz en agosto de 2016, con la intención de convocar otras reuniones cada 6 meses. La segunda sesión se tuvo en mayo de 2017.

Sin embargo, el proceso de paz continúa sufriendo momentos de atraso a causa de la inflexibilidad de los militares en referencia de los principios que hay que seguir para los coloquios y por rechazo de ellos en permitir las consultaciones públicas en los Estados étnicos. Los vértices del Tatmadaw (el ejército birmano, Ndr) insisten sobre las necesidades que las Organizaciones étnicas armadas (EAOs) ejecuten las órdenes y no intenten negociarlos. En su discurso de apertura del JICM, Aung San Suu Kyi reafirmó ayer que ambas partes deben escuchar al gobierno civil, llamado a desarrollar la función de mediador.

La Iglesia birmana sostiene los esfuerzos realizados por la líder birmana para la reconciliación nacional, individuando en el diálogo entre las religiones una componente clave para el logro de los coloquios entre el gobierno y las minorías, algunas de las cuales con una fuerte componente cristiana. El Card. Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y primer purpurado de la historia del país, varias veces se hizo promotor de iniciativas interreligiosas. La unidad demostrada por los católicos durante el histórico viaje apostólico del Papa Francisco a Myanmar (27-30 noviembre de 2017) fue de ejemplo para todo el pueblo birmano y no obstante las nuevas tensiones, sus palabras continúan encontrando eco en todo el país. Durante su visita, el pontífice varias veces invocó la paz y la reconciliación del país, invitando a los fieles a rechazar la lógica de la venganza y a los líderes de la Iglesia “a favorecer la unidad, la caridad y la restauración en la vida del pueblo”.