Musulmán linchado a muerte en Jharkhand. La denuncia de católicos y laicos

Tabrez Ansari tenía 24 años. Atado a un poste, fue torturado durante ocho horas y obligado a cantar alabanzas a los dioses hindúes. Bajo el gobierno de Narendra Modi han aumentado los crímenes de odio, especialmente aquellos vinculados a la cuestión de las “vacas sagradas”.

Nueva Delhi (AsiaNews) – Un joven musulmán fue atado a un poste, torturado por ocho horas, y luego entregado a la policía, y pese a que estaba agonizando, permaneció en prisión durante cuatro días; finalmente fue llevado al hospital, donde fue declarado muerto. En diálogo con AsiaNews, activistas laicos y católicos condenan el enésimo episodio de violencia ejercida contra las minorías religiosas y exigen justicia. Según Lenin Raghuvanshi, director ejecutivo del Peoples’ Vigilance Committee on Human Rights (PVCHR) de Varanasi, “el linchamiento en masa es el homicidio de la minoría. La India se está convirtiendo cada vez más en un Estado fascista, fundado sobre la alianza de las castas, la fobia a las minorías, la hegemonía del nacionalismo machista y la economía política liberal”.

El joven se llamaba Tabrez Ansari y tenía 24 años. El 18 de junio había partido de Jamshedpur, distrito de East Singhbum, junto a un grupo de amigos. Fue capturado en la aldea de Dhatkidih, distrito de Seraikela-Kharsawan. El motivo de la violencia fue el presunto robo de una motocicleta.

Atado a un poste de electricidad, donde fue golpeado durante horas, mientras el linchamiento era registrado con celulares y difundido en las redes sociales, el joven fue obligado a recitar una oda al dios hindú Ram (“Jai Shri Ram”), si bien él profesaba el islam. Al día siguiente, en estado inconsciente, fue llevado al departamento central de policía, donde permaneció agonizante sin la posibilidad de recibir atención médica ni de ver a sus parientes. El 22 de junio los agentes lo trasladaron al Tata Main Hospital de Jamshedpur, donde el personal sanitario constató el deceso.

La sociedad india está consternada por el episodio. Por su lado, la policía de Jharkhand niega haber actuado con negligencia. En tanto, en el día de hoy, las investigaciones condujeron al arresto de 11 personas. Ram Puniyani, presidente del Center for Study of Society and Secularism de Bombay, explica que “en los últimos años, el país está asistiendo a un aumento de crímenes de odio. Principalmente, ligados a la cuestión de las ‘vacas sagradas’. Un reporte de IndiaSpend sobre hechos de violencia ocurridos entre el 2010 y el 2017 resalta que los musulmanes han sido blanco del 51% de los casos de violencia vinculados a bovinos. El 86% de los 28 muertos en 63 incidentes registrados pertenecía a la comunidad islámica”.

El intelectual de Bombay subraya que “el 97% de los ataques se produjo desde que el primer ministro Narendra Modi subió al poder (mayo de 2014). Su reelección puede haber envalentonado a los que se dedican a fabricar el odio. Esperamos que ellos puedan ser controlados, para poder poner freno a la difusión del odio hacia las minorías”. Según él, Modi “debiera condenar abiertamente el brutal homicidio”.

John Dayal, secretario general del All India Christian Council y presidente de la All India Catholic Union, destaca un aspecto crítico, que tienen que ver precisamente con el gobierno: “El hecho de que Amit Shah, extremista hindú y presidente del Bharatiya Janata Party (BJP), se haya convertido en Ministro del Interior, plantea un serio interrogante sobre un conflicto de interés y la imparcialidad de la policía y del proceso judicial”. Según el activista católico, “los demonios sectarios soltados en la campaña electoral del 2019, no fueron encerrados en la botella. Ellos dan rienda suelta a su furia con total libertad: son la demostración de las campañas de odio”.

Para Raghuvanshi, “la India debiera aprobar una ley contra los linchamientos y poner en marcha programas para eliminar este crimen organizado contra la humanidad. Hay que educar en el pluralismo: en las escuelas, en las universidades, en la sociedad y en la política”.