Misa y cercanía de los musulmanes, luego del atentado a la iglesia

de Mathias Hariyadi

Cuatro personas resultaron heridas en el atentado del 11 de febrero pasado. Perdonaron al agresor, un extremista islámico de 23 años de edad, Suliyono, que atacó la iglesia armado con una espada. Las organizaciones islámicas Muhammadiyah y GusDurian muestran su solidaridad para con los católicos.

Yogyakarta (AsiaNews) – Una misa, para “restaurar la fe y fortalecer la moral de los católicos del lugar”: la misma fue celebrada anoche, en la iglesia de Santa Liduvina, teatro del reciente atentado islamista en el cual fueron heridos un sacerdote alemán de avanzada edad, el P. Karl-Edmund Prier, y otras tres personas. Es lo que cuenta a AsiaNews el P. John “Santo” Dwiharsanto, párroco de Kumetiran, quien supervisa también la parroquia de Santa Liduvina. En tanto, los católicos perdonan al agresor y expresan su agradecimiento por la cercanía que han mostrado los musulmanes moderados de Indonesia. El autor del ataque, un extremista de 23 años de edad llamado Suliyono, quedó herido y se encuentra en prisión.

En el ataque, el padre Prier, de 81 años, recibió algunas heridas de gravedad en la espalda, en la cabeza y en las manos. A pesar de ello, el jesuita estuvo presente junto a los más de 2.100 fieles que participaron en la celebración, presidida por Mons. Robertus Rubiyatmoko, arzobispo de Semarang, quien estuvo acompañado por decenas de sacerdotes. Durante la ceremonia, Mons. Rubiyatmoko bendijo algunos lugares de la iglesia.

Al término de la misa, el arzobispo declaró a los medios presentes que la comunidad católica de Semarang no alberga rencor hacia Suliyono. “Desde los primeros días luego del ataque lo hemos perdonado y yo he alentado a los fieles a no tener malos sentimientos en relación a su persona. Debemos rezar por él y por su rápida recuperación”, afirmó Mons. Rubiyatmoko. Con anterioridad a ello, también el P. Prier había perdonado a su agresor. Por otro lado, la arquidiócesis invita a los fieles a dirigirse a la Comisión de Justicia y Paz, por cualquier cuestión vinculada al incidente.

El P. FX Endra Wiyanto, un sacerdote diocesano de Yogyakarta, afirmó que la solidaridad demostrada a los católicos por parte de la sociedad civil, pero sobre todo, por parte de los musulmanes moderados, ha “transformado” la experiencia traumática, abriendo una nueva etapa de respeto recíproco. La misma se manifiesta en un renovado sentido de unidad, fuerte estima y amor entre las distintas comunidades de Yogyakarta.

En la mañana de ayer, Mons. Rubyatmoko fue de visita a la casa de Buya Syafii Maarif (foto 1 y video), para expresar su gratitud al líder de Muhammadiyah, la segunda organización islámica moderada de Indonesia. En las horas que siguieron al atentado, Syafii visitó el lugar de la agresión. “La visita de Buya nos ha ayudado a calmarnos. Después del incidente, lo que ha surgido es una fuerte sensación de fraternidad”, afirmó Mons. Rubyatmoko. Syafii dijo estar feliz de dar la bienvenida al prelado, al decir: “Soy sólo un pequeño “tornillo”, que se esfuerza en promover la lógica y el pensamiento sano en este país”. Tres días atrás, el P. Prier había efectuado una visita de cortesía al líder de Muhammadiyah, cuya casa está ubicada a pocas cuadras de Santa Liduvina.

Pocos días después del atentado, decenas de musulmanes moderados se dirigieron a la iglesia para limpiar los vestigios del ataque. El 14 de febrero, muchos miembros de GusDurian, el movimiento juvenil afiliado a Nahdlatul Ulama (NU), la organización musulmana más grande de la nación, visitaron el edificio para testimoniar su cercanía con los católicos (foto 2). “Hemos venido aquí para visitar la iglesia y mostrar a la víctimas nuestra compasión. Semejante violencia ha enlodado el entramado social de la nación. Somos todos ciudadanos indonesios”, afirmó Kiai Hajj Umar Masdar, mentor de la sección de Yogyakarta.