Mindanao, Duterte: Tregua con los rebeldes comunistas para tener una ‘Navidad apacible’

El presidente espera que la contraparte haga otro tanto. El proceso de paz se interrumpió a causa de los ataques de los maoístas. Los líderes de varias organizaciones religiosas expresan su apoyo al cese del fuego. En Mindanao, continúan las acciones violentas de los grupos paramilitares anti-rebeldes.

Manila (AsiaNews) – El presidente filipino Rodrigo Duterte declaró un cese del fuego unilateral de 10 días con los rebeldes comunistas, para permitir a la población celebrar las fiestas navideñas “sin estrés”, a dos semanas de haber fracasado los coloquios de paz con los insurrectos. Duterte ayer ha ordenado al ejército y a la policía que procedan a suspender las ofensivas desde el 24 de diciembre hasta el 2 de enero, “para reducir la aprehensión del público en este período navideño”. El presidente agrregó que espera que los maoístas y sus líderes políticos también “cumplan un gesto similar de buena voluntad”. “No quiero sumar más dolor a las personas que ya están sufriendo” dijo a los periodistas.

Por el momento, no hay ningún comentario por parte del movimiento rebelde comunista, cuyos líderes viven exiliados en Holanda desde fines de la década del ’80. Duterte ha puesto en marcha un proceso de paz que actualmente se encuentra estancado, y ha liberado a varios líderes comunistas como gesto de buena fue, al asumir sus funciones en el cargo el año pasado, pero recientemente abandonó los coloquios a causa de una escalada en los ataques de los rebeldes.

En reiteradas oportunidades, el presidente ha acusado de doble juego al Partido Comunista de las Filipinas (CPP) y a su brazo armado, el New People's Army (NPA), declarándolos “organizaciones terroristas” y poniendo fin a un proceso de paz que llevaba treinta años. Estimadas en torno a los 3.000 miembros, las fuerzas rebeldes llevan adelante una guerrilla en las zonas rurales desde hace casi 50 años, en un conflicto en el cual ya han muerto 40.000 personas.

A pocas horas de su declaración, los líderes de las distintas organizaciones religiosas expresan su apoyo al cese del fuego. La Philippine Ecumenical Peace Platform (PEPP), foro ecuménico de cinco instituciones cristianas que incluye a la Conferencia episcopal, define la tregua como “un regalo maravilloso para la familia filipina”.

A pesar de la declaración del presidente, en el sur de las Filipinas la situación sigue siendo tensa. Fuentes de AsiaNews en Mindanao declaran: “En un primer momento, la noticia del cese del fuego fue recibida favorablemente. Sin embargo, continúan los abusos y la violencia de los grupos paramilitares como el Magahat Bagani Force o la Citizens' Armed Forces Geographic Unit, vinculados a las fuerzas del gobierno y que son los que más fastidian a las comunidades locales. Ellos acusan a los tribales de colaborar con los rebeldes y promueven acciones intimidatorias contra las asociaciones humanitarias que trabajan con la población. Incluso amenazan con cerrar las escuelas para niños que no pueden costearse una educación. A pesar de los reclamos de las autoridades civiles y militares, los paramilitares alimentan las tensiones”.

Según diversas organizaciones en defensa de los derechos humanos, como Human Rights Watch, el ejército regular tiene grandes responsabilidades en lo que atañe a ocultar o dejar impune su destrucción. “En tanto el ejército no logre controlar a estos grupos armados –continúa la fuente- no habrá tregua alguna que sea eficaz. Es importante que se ponga fin a esta lógica de “riña de gallos”, porque es una guerra entre desesperados, en la cual nadie sale beneficiado. Los pequeños campesinos tienen miedo, ni siquiera pueden ir a trabajar sus tierras. La única esperanza de esta gente es que se reinicien los coloquios de paz entre el gobierno y los rebeldes. A tal fin, el 29 de noviembre pasado, las organizaciones civiles entregaron a las autoridades, a las fuerzas de seguridad y a los grupos armados, la Peoples’ Peace Agenda, un documento fruto del diálogo entre las comunidades que apunta a brindar lineamientos para un verdadero proceso de reconciliación”.