Marib, violentos enfrentamientos entre fuerzas del gobierno y hutíes dejan 47 muertos y numerosos heridos
Entre las víctimas hay 16 miembros de las fuerzas del gobierno, incluyendo seis oficiales. Los hutíes llevan meses intentando arrebatar el último bastión del norte. Fuentes locales informan de ataques violentos, con el uso de misiles y drones. El intento de tregua con la mediación de Omán, en un punto muerto. Enviado de la ONU: "Las partes no han resuelto sus diferencias".
Saná (AsiaNews/Agencias) - Una nueva ola de violentos combates entre el ejército gubernamental y los rebeldes hutíes tuvo lugar el pasado fin de semana en la ciudad de Marib, en el norte de Yemen. Los enfrentamientos culminaron con un saldo de al menos 47 muertos y numerosos heridos. Según fuentes militares, entre las bajas hay 16 miembros de las fuerzas leales al gobierno -reconocidas por la comunidad internacional- y seis de ellos son oficiales. En los últimos años, miles de personas, civiles y soldados murieron en la batalla por el control del territorio.
Los hutíes llevan meses intentando arrebatar el último bastión del gobierno en el norte del país; la zona tiene una importancia estratégica debido a los numerosos pozos de petróleo que rodean la ciudad.
Fuentes cercanas al gobierno afirman que los hutíes "lanzaron ataques en varios frentes para intentar avanzar, pero fueron ampliamente repelidos". También intervinieron en la operación aviones de combate saudíes, que atacaron "posiciones enemigas". A través de su canal de televisión al-Masirah, los rebeldes pro-iraníes acusaron a la fuerza aérea del reino wahabí de lanzar 17 ataques más, en diferentes zonas de la provincia de Marib, donde continúa la ofensiva hutí. Las milicias rebeldes respondieron a la campaña militar en la zona con el lanzamiento de misiles y el envío de drones contra objetivos en territorio saudí, incluyendo pozos petrolíferos. El sistema de defensa aérea saudita habría interceptado y derribado al menos 11 drones procedentes de territorio yemení.
A principios de mes, funcionarios de Omán -mediador de larga data en los conflictos regionales, especialmente entre Riad y Teherán- visitaron Saná para intentar convencer a los rebeldes de aceptar un alto el fuego. Sin embargo, tras el resurgimiento del conflicto armado, los esfuerzos diplomáticos parecen cada vez más inútiles -y la perspectiva de un acuerdo, cada vez más remota. En efecto, el actual enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, declaró ante el Consejo de Seguridad que "las partes no han resuelto sus diferencias".
La guerra en Yemen estalló en 2014 como un enfrentamiento interno entre funcionarios del gobierno, pro-saudí, y los rebeldes chiítas hutíes, cercanos a Irán. En marzo de 2015, con la intervención directa de Riad, el conflicto se exacerbó dejando 10.000 muertos y 55.000 heridos. Organismos independientes fijan el saldo de víctimas (entre enero de 2016 y finales de julio de 2018) en unos 57.000 muertos. Para las Naciones Unidas, la guerra en Yemen ha desatado la "peor crisis humanitaria del mundo", sobre la que el Covid tendría efectos "devastadores". Millones de personas están al borde de la inanición y los niños sufrirán las consecuencias durante los próximos 20 años.
