Mandalay, 8 personas asesinadas; entre ellas, un niño de 14 años
Casi 300 soldados irrumpieron en un barrio para despejar las barricadas de los activistas. Siete semanas después del golpe, el número de víctimas trepa a 261. El vocero del ejército culpa a los manifestantes por la violencia y recuerda que también murieron nueve soldados. La Unión Europea dicta sanciones contra 11 generales de la Junta militar. Indonesia y Malasia presionan para convocar a una reunión urgente de la ASEAN.
Rangún (AsiaNews) – Un niño de 14 años se encuentra entre las ocho personas asesinadas por las fuerzas de seguridad ayer en Mandalay. Los soldados irrumpieron en el barrio residencial de Chanmyathazi para eliminar las barricadas construidas por los activistas para defender su huelga y continuar con la desobediencia civil. Chanmyathazi es un vecindario donde viven muchos empleados públicos y jubilados. Entre los muertos hay una mujer que aún no ha sido identificada; las demás víctimas tienen entre 19 y 38 años. Dos fueron asesinadas mientras intentaban recuperar los cuerpos de sus compañeros sin vida. Según Myanmar Now, los soldados eran al menos 300 y realizaron decenas de arrestos. La Asociación de Ayuda a los Presos Políticos afirma que ya suman 261 las personas asesinadas por la Junta en las siete semanas transcurridas desde el golpe de Estado.
A pesar del creciente número de muertos, las manifestaciones se multiplican, pero la gente trata de evitar los enfrentamientos directos con los soldados. En Rangún, las marchas de protesta se despliegan en las calles laterales a aquellas donde se encuentran las fuerzas de seguridad, o por la noche, con velas encendidas. En otras ciudades utilizan globos con mensajes, o muñecos con carteles que critican a la Junta.
La comunidad internacional occidental ha condenado el golpe de Estado y exige la liberación de los presos políticos. Ayer, la Unión Europea (UE) dictó sanciones contra 11 generales que derrocaron al gobierno democrático. Entre ellos figura el actual líder de la Junta militar, el general Min Aung Hlaing, que ya había sido golpeado con sanciones en el 2018 por su accionar contra los rohinyás.
La UE también ha establecido un embargo sobre la venta de armas a Myanmar. Algunos diplomáticos europeos declararon que en un futuro próximo se dictarán sanciones contra las actividades empresariales de los militares. Hasta ahora, la Junta militar ha guardado silencio, pero no ha dado señales de retroceder, tras las condenas que ha recibido. Esta tarde, el vocero de la Junta, Zaw Min Tun, criticó la violencia de los activistas y manifestantes, citando los incendios que se produjeron en el distrito de las fábricas chinas, en Rangún como justificación de la violencia de los militares contra ellos. Zaw también dijo que hasta el momento ya murieron nueve soldados.
A continuación, reiteró las acusaciones de fraude en las elecciones de noviembre del año pasado y las denuncias de corrupción contra Aung San Suu Kyi, mostrando vídeos de presuntos "testigos". El discurso de Zaw podría ser utilizado para justificar la actitud de China, India y los países de la ASEAN, los principales socios comerciales de Myanmar, que siguen sin condenar el golpe. Sin embargo, Indonesia y Malasia están presionando para convocar a una reunión urgente de la ASEAN y tratar la cuestión de la crisis birmana.
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