Manama quiere la extradición del futbolista Hakeem al-Araibi, bloqueado en Bangkok
Para los activistas, el caso del joven de 25 años es una “emergencia absoluta”. Él fue condenado en contumacia a 10 años por actos vandálicos. El jugador niega las acusaciones, que estarían motivadas políticamente. Ayer, la Corte Suprema confirmó una sentencia definitiva, condenando a cadena perpetua al líder de la oposición chiita Ali Salman.
Bangkok (AsiaNews/Agencias) – El caso del jugador disidente bahrenita Hakeem al-Araibi “se ha convertido en una emergencia absoluta”; el joven de 25 años goza del estatus de refugiado en Australia, tras haber dejado su país de origen en el 2014, bajo amenaza de arresto. Sin embargo, desde el 27 de noviembre pasado, él se encuentra retenido por las autoridades tailandesas en el aeropuerto internacional de Bangkok –un caso similar al de la joven saudita Rahaf- donde llegó en viaje de bodas.
El ex capitán del Australia Craig Foster, que coordina el trabajo diplomático para obtener la liberación de al-Araibi, se reunió ayer con la cúpula directiva de la FIFA, el máximo organismo del fútbol a nivel mundial. Él alertó sobre la situación, subrayando que Manama está ejerciendo mayor presión para obtener la extradición y que “el caso arriesga asumir una derivación” preocupante.
El reino árabe confirma que las operaciones tendientes a la extradición “están bien orientadas”. En un comunicado, el ministro del Interior, el jeque Rashid bin Abdullah al-Khalifa, acusó la existencia de “influencias externas en los asuntos internos del Bahréin”, hecho que definió como “inaceptable”.
Al-Araibi huyó a Australia en 2014, donde tres años más tarde obtuvo asilo político. Actualmente juega para el Pascoe Vale de Melbourne.
Asimismo, en el 2014, el joven fue condenado en contumacia a 10 años de prisión por actos vandálicos contra una comisaría policial. Dichas acusaciones han sido negadas por el jugador, quien considera que hay motivaciones políticas detrás de su caso. Los activistas del Bahréin Institute for Rights and Democracy (BIRD) afirman que está “en grave peligro de ser torturado, en caso de deportación”.
El ex capitán de Australia afirma que la FIFA debiera amenazar con sanciones o represalias contra Bahréin y Tailandia en caso de concretarse la deportación del futbolista. En el 2017, la FIFA adoptó una política marcada por el respeto de los derechos humanos, que demanda esfuerzos para ser llevada a la práctica.
En defensa del jugador de Bahréin salieron otros ex colegas de fama internacional, como el ex atacante de Inglaterra, Gary Lineker, que difundió en Twitter la campaña #SaveHakeem. Una petición que pide por su liberación ya ha conseguido sumar 50.000 firmas.
Bahréin es una monarquía del Golfo gobernada por una dinastía sunita. En el país la mayoria de la población (al menos entre un 60 y un 70%) es chiita y hace tiempo que clama por cambios constitucionales y derechos sociales y económicos. En el 2011, siguiendo la estela de las primaveras árabes, hubo varias revueltas que el rey –aliado de Washington y sostenido por Riad- derrotó con tropas enviadas por Arabia Saudita.
En los últimos años, las autoridaes han arrestado y condenado a activistas y líderes religiosos chiitas, suspendiendo las actividades del Al-Wefaq, el principal grupo chiita de la oposición. Se lo acusa de “terrorismo, extremismo y violencia” además de señalar sus lazos con una potencia extranjera (léase Irán). En este contexto, ayer, la Corte Suprema –el máximo organismo judicial del país – confirmó con un sentencia definitiva la condena a cadena perpetua para el líder opositor chiita, el jeque Ali Salman.
11/02/2019 16:58
16/09/2021 09:56