Los líderes de Occupy Central fueron nominados para el Nobel de la Paz

de Paul Wang

Se trata de Joshua Wong, Nathan Law y Alex Chow. Son las primeras personalidades de Hong Kong en ser nominadas para el premio, y figuran entre los más jóvenes. Se elogia su compromiso no-violento y pacífico en defensa de los derechos humanos en el territorio. La potencia de Beijing se alza contra el premio.

Hong Kong (AsiaNews) – Joshua Wong, Nathan Law y Alex Chow, tres de los líderes del movimiento de Occupy Central, han recibido la nominación para el Premio Nobel por la Paz. Sus nombres fueron entregados al Comité del Nobel de Oslo por un grupo del Congreso de los EEUU, un hecho que, sin lugar a dudas, irritará a China.

Es la primera vez que personalidades de Hong Kong son nominadas al premio internacional.

Una carta que fue entregada por parlamentarios de los EEUU al Comité, justifica la decisión “reconociendo sus esfuerzos pacíficos tendientes a realizar reformas políticas y a la autodeterminación de Hong Kong, protegiendo la autonomía y la libertad que fueran garantizadas a Hong Kong por la Declaración sino-británica”.

Asimismo, los tres activistas, que figurarían entre los más jóvenes en recibir el premio, fueron elogiados por su “coraje civil, extraordinario liderazgo e inquebrantable labor por una Hong Kong libre y próspera que sostiene el estado de derecho, las libertades políticas y los derechos humanos”.

El movimiento Occupy Central reunió, durante casi dos meses, a cientos de miles de jóvenes y adultos del territorio, en un acampe en las zonas céntricas de Hong Kong, en respuesta a la decisión de Beijing de impedir cualquier desarrollo democrático del territorio, contraviniendo los pactos convenidos con Gran Bretaña en el pasado, cuando Hong Kong hizo su retorno a la madre patria.

El movimiento también es denominado “de los paraguas”, porque durante la represión de la protesta, los jóvenes utilizaban paraguas para protegerse tanto del agua lanzada por los camiones hidrantes, como del spray pimienta de la policía.

El largo acampe se desarrolló bajo la bandera de la no-violencia, prosiguiendo los estudios y sosteniendo debates, e incluso manteniendo el ambiente limpio. Algunos parlamentarios chinos juzgaron que éste era “contrarrevolucionario”, e invocaron la intervención del ejército, acusando a los jóvenes de estar siendo maniobrados por “potencias extranjeras”. Pero muchos activistas democráticos en China han apreciado la iniciativa, describiéndola como un valiente modo de defender los derechos humanos.

Es probable que Beijing use todo el poder y toda la diplomacia a su alcance para bloquear la nominación, tal como sucedió en el pasado en ocasión de la entrega del Nobel de la Paz al escritor Liu Xiaobo, quien fue dejado morir en prisión, a raíz de sus escritos sobre la democracia.