La tenacidad de las mujeres, de la lucha armada en Líbano a los "escombros del mundo"

El libro "Tenazmente mujeres", de las periodistas Cristiana Caricato y Alejandra Buzzetti, cuenta 12 historias, testimonios de figuras "activas en medio de los prófugos, enfermos de Sida, leprosos, emarginados". Como aquella de Jocelelyne Khoueiry, que dejó la kalashnikov para fundar el movimiento católico La Libannaise- Femme du 31 Mai.

Roma (AsiaNews)- "Nací en Beirut, en una familia creyente, maronita. En 1975 se desató la guerra entre el Olp. y Líbano. El 6 de mayo de 1976, yo junto a otras 12 mujeres soldados, era responsable de un edificio en una zona del frente. La más anciana tenía 20 años. A un cierto punto sentí el canto de los enemigos. Sentí una presencia y me arrodillé. He rezado a la Virgen y me ofrecí de ser la primera en caer. Hemos combatido hasta que terminamos las municiones y defendido el barrio cristiano".

Quien habla es Jocelyn Khouiry, fundadora del movimiento católico La Libannese- Femme du 31 Mai. Su testimonio de ex mujer soldado es una de las 12 "voces femeninas" contadas en el volumen "Tenazmente mujeres (Ed. Paolinas), escrito a cuatro manos por las periodistas y vaticanistas, Cristina Caricato y Alejandra Buzzetti.

Jocelyn cuenta que cuando usaba la kalishnicov, no tenía más que 18 años, pensaba que "quien elegía al Lïbano, no podía elegir a Jesús". Luego, un largo camino y lleno de fatiga camino de conversión, que finalizó en la fundación de un movimiento que quiere "construir puentes entre personas, familias y comunidades", siguiendo el camino mostrado por Juan Pablo II en su viaje a Beirut en 1997.

"Tenazmente mujeres", cuenta historias de mujeres "activas entre los escombros del mundo, en medio a los prófugos, a los enfermos de Sida, a lo leprosos, emarginados, listas a acoger sufrimientos, frenar devastaciones y inventar curas". Mujeres de coraje que en el "escenario del mundo o escondidas en el anonimato, testimonian la belleza generadora de la fe". Doce figuras, subraya el prefacio de Maria Voce, presidente del movimiento de los Focolares, "diversísimas por los lugares en las cuales están situadas, por su elección personal, por las problemáticas en las cuales fueron probadas para dar una respuesta".

En común tienen "el amor, el amor de una madre". Y es sobre el modelo de maría, "la Madre de cada hombre", que cada una de estas mujeres, "tiene la específica vocación de ser portadoras de Dios, de aquel amor, que el valor más grande y eficaz para renovar la Iglesia y la sociedad".