La joven iraní que se quitó el velo fue condenada a dos años de prisión
Había participado en la protesta pacífica contra la obligación de cubrirse la cabeza. En las últimas semanas fueron arrestadas 29 mujeres. Dispersaron a los manifestantes que se habían reunido para festejar el Día de la Mujer. Khamenei: el hiyab protege a las mujeres iraníes de los estilos de vida desviados.
Teherán (AsiaNews/Agencias) – Dos años de cárcel por haberse descubierto la cabeza en las calles de Teherán: es la condena que recibió una mujer iraní, cuya imagen dio la vuelta al mundo, tras ser capturada por la policía hace algunas semanas, mientras protestaba contra el velo obligatorio.
Algunos medios locales identificaron a la mujer como Nargess Husseini, de 32 años de edad, quien fue arrestada durante la ola de protestas pacíficas que terminó con el arresto de 29 mujeres. Según el fiscal Abbas Jafari Dolatabadi, la mujer estaba intentado “alentar a la corrupción a través de la remoción del hiyab [velo islámico, ndr] en público”.
Normalmente, las mujeres que son arrestadas por no llevar prendas de vestir “apropiadas” son liberadas luego del pago de una multa de aproximadamente 20 euros, o son sometidas a una pena de prisión breve. La policía –que el 27 de diciembre pasado había anunciado que ya no se procedería a arrestar de manera inmediata a las mujeres sorprendidas sin el velo que cubre la cabeza- sostiene que las manifestantes fueron “inducidas” a quitarse el velo por una campaña lanzada por iraníes que viven en el exterior.
Ayer, las autoridades impidieron el desarrollo de una manifestación con la que se pretendía celebrar el Día de la Mujer. Algunas activistas por los derechos humanos habían anunciado que llevarían adelante una protesta pacífica frente al Ministerio de Trabajo, pidiendo “que esta ciudad pase a ser nuestra, volver a casa al terminar la jornada, sin que nos hayan despedazado los huesos”. Por cuanto refieren los perfiles de las redes sociales, los hombres y mujeres que trataron de reunirse para la manifestación fueron dispersados por las fuerzas de seguridad, y más de una decena de personas fueron demoradas.
Desde que se produjo la Revolución, la República islámica impone un código moral rígido, que incluye la obligación de cubrirse la cabeza y el cabello, en el caso de las mujeres. El líder supremo Khameini intervino sobre la cuestión valiéndose de Twitter, defendiendo la vestimenta femenina que promueve el islam, la cual, según él, impide que las mujeres emprendan “un estilo de vida desviado”: el hiyab es un instrumentos de inmunidad, no una restricción”. El modelo de mujer iraní “incluye la modestia, la castidad, la reputación, protegerse a sí misma de los abusos de los hombres, abstenerse de humillarse a sí misma por contentar a los hombres”, y se diferencia del [modelo de mujer] occidental, “símbolo del consumismo, los cosméticos, la exhibición ante los hombres [colocándose a sí misma] como instrumentos de excitación masculina”. Khamenei luego entregó a las iraníes “la bandera de la independencia de identidad y [de la independencia] cultural”, la cual “exportan al mundo, en tanto mantienen su #yijab”.
Hay mucha mujeres iraníes que no están de acuerdo con la posición del líder supremo, y desafían estas reglas tratando de romper el tabú que les impide su ingreso a los estadios. Desde que estallaron las manifestaciones entre fines de 2017 y principios del nuevo año, el pueblo iraní parece ser cada vez menos tolerante hacia el sistema teocrático: el mes pasado, intelectuales, activistas, académicos y personalidades de la sociedad civil suscribieron un documento en el cual solicitan un referéndum, y se descargan contra la teocracia. El presidente Hassan Rouhani ha sido el primero en abrirse a la consulta popular luego de dirigirse a la autoridades, algunos días antes, a modo de llamamiento: se necesita escuchar la voz del pueblo para no correr el riesgo de terminar igual que el Sah.
17/12/2016 13:14