Kabul: el boom demográfico, una amenaza para los talibanes
Además de la oposición interna, los militantes islamistas tendrán que afrontar y gestionar rápidamente el crecimiento de la población. En el país, cada mujer tiene en promedio cuatro hijos. Todos los meses, alrededor de 600 mujeres encinta y 4.000 bebés afganos pierden la vida en el parto o poco después del nacimiento. La violencia incesante y el Covid-19 agravan el problema.
Ginebra (AsiaNews) - El boom demográfico afgano amenaza el dominio talibán. Además de la oposición interna, los militantes islamistas, que han recuperado el control del territorio afgano tras la retirada de las fuerzas militares de Estados Unidos y la OTAN, tendrán que afrontar y gestionar el rápido crecimiento de la población. Con una tasa de más de cuatro hijos por mujer, la población de Afganistán ha crecido en casi un millón de habitantes al año, hasta alcanzar 38 millones, según el Banco Mundial. Este aumento implica un mayor estrés para un país devastado, cuyo sistema sanitario sufre de enormes carencias.
En tiempos "normales", Afganistán ha tenido dificultades para proporcionar a la población una atención sanitaria de calidad. A pesar de las importantes mejoras de los últimos 20 años, el país sigue teniendo una de las tasas de mortalidad materna y neonatal más altas del mundo, y la más alta de Asia. A modo de comparación, la mortalidad materna en el vecino Pakistán es una quinta parte de la de Afganistán. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada mes unas 600 mujeres embarazadas y 4.000 bebés afganos pierden la vida en el parto o poco después del nacimiento.
Los recién nacidos mueren principalmente por complicaciones derivadas de un parto prematuro, por eventos durante el mismo (por ejemplo, asfixia) o infecciones; las madres pierden la vida por hemorragias, infecciones y complicaciones derivadas de abortos de riesgo. La mayoría de las muertes son evitables mediante la prestación de servicios sanitarios de calidad durante el embarazo, el parto y los primeros días de vida. Sin embargo, en Afganistán, menos del 60% de los partos en son supervisados por profesionales de la salud calificados.
Considerando el ritmo de crecimiento de la población, se necesitan más médicos, enfermeras, productos sanitarios e infraestructuras para satisfacer las crecientes necesidades. Sin embargo, los años de violencia han desgastado el frágil sistema de salud nacional. Hasta ahora, se mantuvo a flote gracias a los servicios prestados por los operadores humanitarios del extranjero. Como el personal sanitario también se ve afectado por los combates -a veces son víctimas directas de los ataques-, las instalaciones sanitarias y las salas de maternidad quedan parcial o totalmente desatendidas.
La población está cada vez más asustada y teme salir de casa a causa de la violencia. Por tanto, el acceso a la atención sanitaria ha caído drásticamente. Considerando que se esperan más de 100.000 nacimientos por mes en los próximos meses, hay una necesidad inmediata de garantizar la continuidad de los servicios sanitarios en todo el país.
A las necesidades de atención sanitaria materno-infantil se suman las crecientes heridas traumáticas provocadas por los estragos de la violencia. La situación ha desatado un aumento de los servicios médicos y quirúrgicos de urgencia y de os mecanismos de apoyo psicológico. Las interrupciones en la prestación de servicios sanitarios aumentan el riesgo de epidemias, y casi la mitad de la población infantil está desnutrida.
En medio de los conflictos en curso, el Covid-19 provoca más sufrimiento: la OMS ha registrado 153.000 contagios y 7.076 muertes en Afganistán, con un gran número de casos positivos que no se reportan. La violencia continua y la tradicional hostilidad de los talibanes a las vacunas afectarán a la capacidad de inmunizar a la población (al día 20 de agosto, solo el 0,6% de la población estaba vacunada). Los disturbios políticos en curso no harán más que alimentar una ola incontenible de coronavirus -como ha sucedido en Myanmar- que llevará al colapso del sistema de salud.
Es urgente lograr el cese inmediato de la violencia y el compromiso para una transición pacífica. La OMS ha hecho un llamamiento a todas las partes en Afganistán para que respeten y protejan a los civiles, al personal sanitario, a los pacientes y a los centros de salud. Sin un apoyo internacional sustancial e inmediato para socorrer y reconstruir un sistema sanitario devastado, es probable que la situación se convierta en un desastre humanitario y que los más vulnerables paguen el precio más alto. El tiempo corre en Afganistán: mañana, 3.500 mujeres darán a luz. ¿Quién se ocupará de ellas y de sus bebés?
*Director del programa sanitario de Terre des hommes Foundation. Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no reflejan necesariamente las de la organización en la que trabaja
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