Jilin, vacunas del escándalo: un funcionario intenta suicidarse. Los males del proteccionismo chino
No cesan las protestas. Las autoridades arrestaron a 18 empleados de Changsheng Biotech. Entre ellos, figura el presidente de la compañía, Gao Junfang. Además de denunciar la corrupción y la falta de controles, los expertos consideran el proteccionismo como un causal de la baja calidad de los medicamentos; los controles y la burocracia alejan del mercado a las empresas farmacéuticas extranjeras.
Beijing (AsiaNews/Agencias) – Las autoridades arrestaron a 18 personas de la farmacéutica Changchun Changsheng Biotech, con casa matriz en Jilin, luego de que la empresa quedara envuelta en el escándalo de vacunas DTP (difteria, tétanos y pertussis o tos convulsa) y antirrábicas. Entre los arrestados figura el presidente de la compañía, Gao Junfang. Hoy se dio a conocer la noticia de que el director del departamento de gestión de vacunaciones de Shandong, Song Lizhi, intentó suicidarse inyectándose una importante dosis de insulina. En este momento el funcionario se encuentra hospitalizado, en condiciones críticas.
En una reunión del Consejo de Estado presidida por el premier Li Keqiang, se decidió que las empresas y las personas implicadas en el escándalo serán penadas por la ley y quedarán proscriptas de por vida en el ámbito de la salud pública. El Consejo también ha pedido que se lleve a cabo una investigación a fondo sobre los incumplimientos de los funcionarios públicos y de los órganos de control estatales intervinientes.
En tanto, no cesa la protesta de los ciudadanos chinos en Internet. En Weibo, el Twitter chino, muchas personas que usan la plataforma expresaron su ira por la forma en que se ha manejado la situación en China. Un usuario escribe: “Lo único que quiero saber es si algún funcionario asumirá la responsabilidad, presentará su renuncia o será penado por esto”. “¿Por qué nuestro ente regulador no intervino al ver que sucedía algo semejante?”, pregunta otro. Se ha derrumbado la confianza de los ciudadanos en los productos farmacéuticos. Muchos padres ya decidieron que viajarán con sus hijos a Hong Kong o al Japón para administrarles allí las vacunas.
Es el último de una larga serie de escándalos que plantean varios interrogantes sobre las medidas proteccionistas adoptadas por Beijing contra la importación de vacunas extranjeras. En su blog, el economista Wang Fuzhong escribió que el gobierno debiera abrirse a la importación de vacunas extranjeras. De esta manera, los productos nacionales tendrían el sano beneficio de la competencia. “Un mercado competitivo y eficiente mejora la seguridad en el sector. Por el contrario, un mercado cerrado conduce a ineficiencias, a la corrupción y a riesgos para la salud”, afirma Wang.
En los últimos años, las autoridades han exacerbado las medidas proteccionistas. En el año 2012, las vacunas importadas representaban un 5%, en tanto el año pasado el porcentaje cayó, pasando a ser un 2,5%. El 80% de las vacunas disponibles en China son de categoría 1, es decir, están incluidas en el programa estatal de prevención, son obligatorias y sólo pueden ser fabricadas por empresas chinas. El 20% restante corresponde a vacunas de categoría 2, la cual está abierta a la competencia de productos extranjeros.
La CFDA otorga una licencia para los productos extranjeros, que debe ser renovada cada cinco años. El órgano de control puede optar por no conceder el permiso, sin alegar los motivos de su decisión. Fue lo que le sucedió a la empresa farmacéutica Pfizer. En el año 2015, el CFDA no renovó la licencia de venta de la vacuna contra el neumococo Prevenar 7, producida por la firma americana, y no brindó ninguna explicación al respecto.
Las autoridades chinas se tomaron 18 meses para aprobar la versión actualizada de la vacuna, la Prevenar 13, y mientras tanto, dejaron al país sin cobertura contra la bacteria. En ese período, el Dr. George Kuo, presidente del Servicio de Ginecología y Obstetricia Sino-americano de Shanghái “contrabandeó” 13.000 dosis vacunas, entre las cuales figuraba la Prevenar 7. Fue descubierto y condenado a siete años de prisión por vender “medicinas falsas”.
Un caso similar fue el del laboratorio Sanofi Pasteur. La empresa suspendió la exportación de vacunas antirrábicas hacia China luego de que cambiaran los estándares aplicados a los medicamentos, en el año 2010. En ese momento, la farmacéutica Changseng Biotech –la misma que ha quedado en el centro de los escándalos de las últimas semanas- aprovechó la retirada de Sanofi Pasteur del mercado. La empresa de Jilin pasó a ser el segundo distribuidor de vacunas en el país, adjudicándose el 23% del mercado, y devino el primer proveedor de la vacuna antirrábica a nivel nacional.
17/08/2018 14:12