Israel y Hamas: ‘todos perdieron’ y solo queda esperar más violencia
Activistas e intelectuales israelíes y palestinos critican la escalada del conflicto que deja sin resolver los problemas de fondo. Católico palestino: "Los conflictos y las tensiones reflejan el fracaso de la política". Es necesaria una "renovación" del liderazgo. Activista israelí: La victoria militar no es un viático "para lograr la paz".
Jerusalén (AsiaNews) - Días de violencia, cohetes y bombas que llueven sobre civiles indefensos en Israel y en la Franja, cientos de víctimas, entre ellas decenas de niños, y un enclave, el de Gaza, que es una cárcel a cielo abierto, donde se derrumban estructuras ya precarias. Un conflicto relámpago que duró 11 días y al final del cual los frentes -el gobierno del primer ministro interino Benjamin Netanyahu y las milicias extremistas de Hamas y la Yihad Islámica- se atribuyen la derrota del "enemigo", pero en el que nadie puede llamarse realmente vencedor. Además, las cuestiones que desencadenaron la escalada -desde la crisis política en Israel hasta las propiedades en disputa en el barrio de Sheikh Jarrah, pasando por el libre acceso de los musulmanes a la Explanada de las Mezquitas- siguen sobre la mesa y parecen cada vez más difíciles de resolver, agravadas por los focos de tensión internos.
Bernard Sabella, ex representante de Fatah y secretario ejecutivo del servicio de refugiados palestinos del Consejo de las Iglesias del Oriente Medio, está convencido de que ambas partes "han perdido y queda un profundo dolor por las víctimas, asesinadas sin sentido". En diálogo con AsiaNews, Sabella explica que tras 11 días de guerra, "todavía estamos en el punto de partida. Se necesita más colaboración internacional para llevar a cabo las negociaciones de paz, pero la fractura sigue siendo la misma: los israelíes dicen que los palestinos no quieren la paz, mientras que los palestinos acusan a los israelíes de no quererla. Cuando llegó la noticia de la tregua -recuerda- yo estaba en directo en un programa de televisión y algunos representantes israelíes estaban en contra, porque querían continuar hasta que Hamas fuera eliminado por completo".
"Nadie ganó, todos perdieron", dice Sabella, y "los conflictos y tensiones internas [en Israel y Palestina] son el espejo del fracaso de la política para desarrollar un proyecto de paz". No creo que el diálogo pueda reanudarse en estas condiciones; los liderazgos actuales, por diferentes razones, son débiles y carecen de una visión, incluso en el lado palestino. No se puede discutir sin desarrollar, internamente, un enfoque unificado sobre cómo regular las relaciones con los israelíes en el futuro. La debilidad palestina no ayuda, el fracaso está ligado a una falta mutua y recíproca".
“La esperanza surge de grupos de jóvenes que exigen soluciones al conflicto y que luchan por la paz", , continúa el líder palestino. Sin embargo, "nosotros, como palestinos, debemos renovar el liderazgo político y volver a la mesa de negociaciones basándonos en el derecho internacional y consolidando una visión post-conflicto”, en la que se apunte a “compartir la tierra". “En este sentido -concluye- es necesario el apoyo europeo y estadounidense que, por otra parte, ha faltado hasta ahora por haber favorecido implícita o explícitamente la política de expropiación de tierras perpetrada por los colonos judíos".
Jeremy Milgrom es un rabino israelí, miembro de la ONG Rabbis for Human Rights (Rabinos por los Derechos Humanos). Él condena un conflicto sin vencedores "pero que ha alimentado la propaganda de los distintos frentes: el de Hamas en la Franja y el de Netanyahu, que sólo quiere mantener el control del gobierno" para escapar de los problemas judiciales. Y arremete: "Todo esto es terrible, porque no conducirá a nada bueno para la población civil. Debemos cambiar la forma de pensar y dejar de considerar la victoria militar como un viático para lograr la paz".
"Estoy convencido -continúa Milgrom- de que muchos israelíes están contentos de que la violencia haya terminado, algunos de ellos están realmente apenados por las heridas infligidas a los palestinos. Sin embargo, las numerosas cuestiones sin resolver, como la seguridad de las poblaciones del sur de Israel cercanas a la Franja, así como el acceso a los lugares de culto para la oración, pueden generar nuevos actos de violencia en el futuro. Tras las elecciones de las últimas semanas, recuerda, "se dieron pasos hacia una mayor integración en el gobierno del componente árabe", pero los misiles han frenado, si no hundido, este proceso. "La injusticia y la violencia sólo generan más inestabilidad y no ayudan al proceso de cambio. Ante una situación que sigue siendo difícil, no debemos perder la esperanza y seguir trabajando por la paz y la justicia".