Israel, elecciones: la Lista árabe apoya a Gantz como premier, para “poner fin a la era Netanyahu’

Por primera vez en 30 años, los árabes se pronuncian a favor de un potencial jefe de gobierno. Una decisión que rompe con el tradicional boicot aplicado a las listas sionistas. Lieberman no tiene intenciones de participar de una coalición sostenida por árabes, a los que define como “nuestros enemigos”. Para Netanyahu, se perfila el “peligro” anunciado en la campaña electoral.

Jerusalén (AsiaNews/Agencias) - Para poner fin al dominio de Benjamín Netanyahu e impedir un quinto mandato, por primera vez en casi 30 años, los representantes del Partido árabe barajan el nombre de un potencial jefe de gobierno: Benny Gantz, de la coalición “Azul y Blanco”. Una decisión sorpresiva, tomada ayer, que representa un importante giro respecto al tradicional boicot de representantes de listas sionistas por parte del elemento árabe. La cuestión desencadenó la furia del Likud, que a pesar de las rivalidades internas todavía se muestra unido en su apoyo a la conducción del premier saliente.

En estas horas, el presidente israelí Reuven Rivlin sigue realizando consultas con varios líderes partidarios, para decidir cuál será la personalidad a la que se confiará el mandato exploratorio de formar el nuevo gobierno. Las elecciones del 17 de septiembre pasado han confirmado la situación de punto muerto, que impide en los hechos que una de las dos agrupaciones políticas más importantes pueda dar vida a una mayoría capaz de sumar al menos 61 escaños (sobre un total de 120) en la Knesset, el Parlamento israelí.

Con tal de sobrevivir a nivel político y eludir procesos judiciales, Netanyahu ha ofrecido a Gantz un gobierno de unidad y una alternancia en el mando de gobierno; una propuesta que fue rechazada por el líder de la coalición de centro. Las tratativas para la formación del nuevo gobierno israelí se chocan con los intereses y proyectos opuestos de dos vencedores: la Lista árabe unida, con sus 13 escaños, e Israel Beytenu, del halcón de derecha Avigdor Lieberman, un ex aliado de “Bibi” Netanyahu.

La jugada de los partidos árabes podría otorgar al ex general Benny Gantz el número de votos suficientes para formar gobierno; pero al mismo tiempo, le haría perder -de momento- el apoyo de Lieberman, que con sus ocho escaños funciona como una aguja de la balanza entre el Likud y la alianza “Azul y Blanco”.

Antes de reunirse con el presidente, el líder de la lista árabe Ayman Odeh afirmó su voluntad de apoyar a Gantz porque “queremos poner fin a la era Netanyahu”. En un editorial publicado en el New York Times él luego explicó que los ciudadanos árabes “ya no pueden seguir siendo rechazados o ignorados”. “Nuestra decisión de señalar a Gantz como futuro Primer ministro -agregó-, sin aguardar el resultado de las tratativas para el gobierno de unidad nacional, es un claro mensaje”, de que “el único futuro para este país, en un futuro compartido” y esto no será posible “sin una plena e igualitaria participación” de los ciudadanos árabes.

La réplica de los demás líderes principales no se hizo esperar: “No formaremos parte de un gobierno con los partidos ultra-ortodoxos, y mucho menos de uno sostenido por la Liga árabe”, declaró el ex ministro de Relaciones Exteriores Lieberman, quien agregó que “los ultraortodoxos son nuestros adversarios políticos, pero los árabes son nuestros enemigos”. Al referirse al tema, Netanyahu, habló de un “peligro”, sobre el cual “habíamos advertido” durante la campaña electoral. “Ahora tenemos dos opciones: un gobierno de minoría sostenido por aquellos que reniegan de Israel como nación judía y democrática, y alaban a los terroristas [...], o un gobierno más amplio, de unidad nacional”.