Irán: la economía, más que el islam, mueve la aguja de la balanza en las elecciones presidenciales
Se vota el 19 de mayo. Desde 1979 el líder saliente siempre obtuvo un segundo mandato. Desafía a Rouhani un fidelísimo del gran ayatolá, Ebrahim Raisi y Hamid Baghaei, ex número dos de Ahmadinejad, que anuncia su candidatura ante un estupor generalizado. Los desafiantes acusan a Rouhani de haber abandonado la economía; el presidente responde con datos que indican “progresos”.
Teherán (AsiaNews)- En vista de las elecciones presidenciales en Irán, programadas para el 19 de mayo próximo, el ala conservadora-fragmentada en facciones a a menudo en oposición entre ellos- busca un candidato unitario para poder ganarle al presidente saliente Hassan Rouhani, exponente de los moderados. Una tarea no simple, visto que desde la Revolución islámica de 1979 todos los líderes de la República fueron reelegidos para un segundo mandato.
Para evitar la debacle de 2013, los conservadores confían en las primarias, que se realizaron el 9 de abril pasado, que han decretado como principal contrincante de Rouhani un fidelísimo del ayatolá Ali Khamenei: Ebrahim Raisi. Definido el “jinete” de la guía espiritual y máxima institución chií de Irán, él es un exponente de la línea dura que se opone a la actual dirigencia. Raisi guía la potente fundación caritativa AStan Quds Razavi y es el guardián del mausoleo del Imán Reza, uno de los lugares más importantes de las peregrinaciones chiíes a Mashaad, ciudad del nordeste y tierra natal del candidato a presidente.
En el reciente pasado surgió su nombre como potencial del ayatolá Khamenei de 77 años. Por esto Raisi habría ganado tiempo antes de recibir la candidatura. Una derrota en las presidenciales, de hecho, disminuiría mucho sus posibilidades de aspirar-en el futuro- al cargo más alto y prestigioso del país. Su perfil reasegura a los conservadores y atrae la atención de la parte más “religiosa” del electorado, aunque si su figura no parece-por ahora- asegurarse la mayoría de los consentimientos. Descendiente- del Profeta y retrato con su turbante negro, el líder conservador de 56 años, hizo carrera en la justicia hasta convertirse en 2014 como procurador general de Irán.
Otro posible desafiante entre los ultra conservadores es Hamid Baghaei, estrecho colaborador del ex presidente Mahmoud Ahmadinejad. Justamente Ahmadinejad volvió al centro de la escena política anunciando ayer, entre el estupor general, la propia registración en las listas de los candidatos presidenciales. No acatando las indicaciones de Khamenei, que había “bloqueado” la carrera al tercer mandato, considerando que su figura es demasiado “divisiva”, el líder ultra conservador vuelve a la pista y define las palabras pronunciadas por el guía supremo como “sólo un consejo”. Los apoyan la franja radical y extremista de la dirigencia iraní, que quiere un “hombre fuerte” para contraponerlo a Trump.
Ahora le corresponde al Consejo de los Guardianes de la Constitución evaluar las candidaturas y anuncias, el próximo 27 de abril, la lista oficial de los candidatos.
Sin embargo, más que la inspiración religiosa, Raisi y Baghaei (y el mismo Ahmadinejad) para derrotar a Rouhani entienden apuntar a temas como la pobreza y la corrupción, acusando al presidente saliente de haber empeorado la situación económica del país. También el acuerdo sobre lo nuclear, según estas voces críticas, no habría impreso aquella acelerada tan deseada frente a un parcial abandono del programa atómico y de “concesiones” a la comunidad internacional.
El tema económico será central en la próxima campaña electoral y no es un caso que, justo en estos días y aún antes de anunciar una nueva candidatura, el presidente Rouhani haya tenido una conferencia de prensa en la cual defendió con fuerza los resultados obtenidos bajo su mandato. Rechazando las críticas de los conservadores, el jefe de Estado habló de mejorías tangibles en los sectores agrícola, sanitario, energético y en la difusión de internet.
“En cada elemento tomado en examen-declaró Rouhani- las cifras que después (del acuerdo nuclear) hay un mayor espacio de movimiento y de progresos” en campo económico. La compra de aviones gracias a los contratos firmados con Boeing y Airbus permitirán queden en las arcas del país los 4 millardos de dólares que los iraníes gastan para viajar.
Él no ahorró duras críticas a los EEUU por haber impuesto sanciones a Irán y haber atacado una base aérea en Siria, uno de los aliados claves de Teherán, en respuesta a un presunto ataque químico por parte de Damasco contra rebeldes y yihadistas en la provincia de Idblib. Él definió “irracional” las sanciones impuestas por Donal Trump en este inicio de mandato y acusó a Washington de obrar “como si pensase ser el líder del mundo”. Contrariamente, Rouhani tiende la mano al rival histórico en la región, Arabia saudita, subrayando que Teherán está “lista a mejorar las relaciones” con Riad, en el caso se “detengan los ataques” en el vecino Yemen.
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