Iglesia pakistaní: el gobierno tutele el derecho a la vida de los ciudadanos
Luego de la masacre de Quetta, la Comisión Justicia y Paz recuerda que en los últimos 15 años la provincia de Balochistán ha sufrido más de 1400 episodios de violencia: “La situación es inaceptable, estamos y estaremos al lado de la población”. Movimiento civil se apresta a pedir cuentas a Islamabad sobre el desastre en el plano de la seguridad. En el ataque al hospital, reivindicado por ISIS y por los talibanes pakistaníes, murieron más de 70 personas, además de provocar más de 200 heridos.
Quetta (AsiaNews) – Balochistán “ha sufrido más de 1400 episodios de violencia en los últimos 15 años. Matar inocentes, atacar hospitales son actos inhumanos. El gobierno debe intervenir de una vez por todas: La Iglesia católica está y seguirá siempre al lado de la población, sobre todo en estas horas de sufrimiento. Es lo que dice a AsiaNews Joseph Arshad, obispo de Faisalabad y presidente de la Comisión nacional Justicia y Paz, comentando la enésima masacre ocurrida ayer en Quetta.
Un kamikaze, que se presume era miembro del ISIS, emprendió un ataque contra un hospital municipal. El saldo sigue siendo, lamentablemente, provisorio: los últimos datos hablan de 74 muertos y cerca de 200 heridos. La brigada anti-explosivos confirmó que la explosión se originó con un ataque suicida y también que fueron usadas esquirlas de metal para provocar más víctimas.
Quien contestó la reivindicación del Estado Islámico fueron los talibanes pakistaníes: el Jamaat-ul-Ahrar, facción que se separó del grupo originario de fundamentalistas, declaró que efectuó el atentado y que es el responsable del homicidio del jurista Bilal Anwar Kasi, ocurrido ayer. Entre las víctimas del hospital hay cuando menos 18 abogados y periodistas, y no se excluye que el objetivo que se buscaba golpear hayan sido los letrados. Todos los miembros de la Asociación de Juristas de Balochistán, las víctimas, se oponían a la introducción de la sharia en la provincia.
El atentado, según fue subrayado por los medios pakistaníes, fue el más cruento del 2016. En un comunicado firmado por Mons. Arshad, el Pbro. Emanuel Yousef Mani y Cecil Shane Chaudry, la Comisión episcopal, “condena con fuerza todo lo ocurrido. Se trata de un gesto inhumano que no puede ser tolerado. El gobierno tiene el deber de mejorar las medidas de seguridad, garantizando el derecho a la vida de los ciudadanos”.
La sociedad civil también exige más seguridad. El “Rwadari Tehreek”, movimiento laico que está comprometido en “devolver la paz a Pakistán”, organizó una manifestación abierta a cualquiera, de cualquier itinerario de vida. Lo importante es que quiera la paz”. Samson Salamat, presidente del grupo, explica: “Necesitamos que el Ejecutivo se despierte. La única respuesta a ataques como este es una tolerancia cero en relación a quien propaga el terrorismo”.
La diputada Sadia Sohail agrega: “Ya parece evidente que afrontar la violencia extremista no es una prioridad de Islamabad. En lugar de gastar recursos y energías en cuestiones fútiles, necesita concentrarse en esto”.
17/04/2018 13:54